He corrido varias ediciones de la Carrera Urbana de San Pedro, pero solo en una de ella me llevé trofeo, al quedar en sexta posición en la categoría cadete, hace ya muchos años.
Este
año sabía que no habría sorpresas en cuanto a si ocuparía alguna de las seis
posiciones (gran decisión por parte de la organización de la carrera, ya que
motiva muchísimo a los atletas, sobre todo a los más jóvenes) que conforman el
podio de esta carrera urbana.
En
mi primer año como corredor sénior las posibilidades de alzarme con un trofeo
eran algo más que remotas, puesto que el año pasado, sin ir más lejos, de entre
los 25 primeros corredores en cruzar la línea de meta, había 7 pertenecientes a
la categoría sénior, 4 de ellos entre los 10 primeros clasificados de la absoluta.
Por esto mismo mi planteamiento fue el de un entrenamiento con liebres, salir con los primeros a un muy buen ritmo, descolgarme cuando no pudiese más y recuperar a un ritmo más cómodo y durante la segunda vuelta intentar mejorarlo aún más, hasta que me diesen las fuerzas.
La
verdad es que me tomé la carrera de forma muy relajada al saber que no me
jugaba nada, pensaba que al no tener el estímulo de poder conseguir premio ni
rebajar marca (para ello suelo usar carreras de distancias exactas y
cronometradas por chip, de 10, 15 o 21 km), iba a correr con una motivación
menor, pero la verdad es que corrí totalmente libre de presiones y me sentí muy
cómodo.
Pero comencemos el relato de la carrera por el principio: La noche anterior.
Vaya
semanita de feria, se dice mucho de si se prohíben o no estilos de música pero
ni con doble acristalamiento, persianas bajadas y tapones en los oídos hay
quien pegue ojo… no descansé nada, y a las 8, en pie.
Pero
bueno, la motivación de correr, aunque sea una distancia cortita y en una
categoría muy exigente me daba energías.
Tras
desayunar un plátano, un yogur y un batido, cogí mis cosillas y fui empezando
la ruta de recogida de acompañantes.
En
Marbella me llevaron, pero hoy me tocaba a mi conducir, y comencé yendo a Los
Pacos a recoger a Gonzalo, que tras correr en Torremolinos se volvió a animar a
competir (a ver si lo engancho del todo, lo motivo para entrenar y se mete de
lleno en el mundillo).
Después
fui a recoger a Sergio, que estaba algo resfriado y no había podido entrenar
desde la Media Maratón de Marbella, por lo que no esperaba hacer un gran tiempo
este año.
Y
por último, recogimos a María José, habitual acompañante en carreras de esta
temporada, y a María, que tras una temporada de casi dos años por Suecia ha
vuelto a España, y ya que estaba por aquí decidió venir también.
Llegamos
a las 10 a San Pedro, y tras confundirnos de polideportivo, encontramos el arco
de salida y meta, donde los más pequeñines estaban ya compitiendo.
Gonzalo
y yo ya teníamos inscripción hecha, pero Sergio y otros compañeros del club
habían reservado dorsal como club, por lo que hablaron con Toni para
preguntarle dónde los podían retirar.
Recogimos
los dorsales y, aunque yo, precavido como siempre, había llevado imperdibles de
casa, ya se habían acabado, y Gonzalo y Sergio tuvieron que buscárselos, pero
como los atletas de categorías inferiores tenían y acaban antes de empezar
nosotros, no tuvieron problema en conseguir unos pocos para sujetar el dorsal.
En
el recinto de llegada a meta nos encontramos con compañeros del Club de
Atletismo Fuengirola, como Manolo, Javi y José Manuel, al que no vi en piragua
en la Media Maratón porque la corrió también, ya me pareció extraño en su
momento… Y nuestras acompañantes nos sacaron una foto de grupo.
Estuvimos
charlando animadamente y viendo correr al futuro del atletismo, muy bien
promocionado en esta carrera, hasta que empezó la entrega de trofeos de las
categorías inferiores (un acierto, ya que así los niños no se impacientan
esperando hasta que acabemos los mayores), en el cual empezamos a trotar
ligeramente.
Como
Gonzalo no conocía el circuito se lo fui explicando, y lo guie por la bajada y
los primeros kilómetros de carrera, para enseñarle lo rápida que es la prueba
en general, sobre todo en el inicio.
Al
paso por meta a la vuelta estaba acabando ya la entrega de trofeos, y decidí
ocupar una posición central bajo el arco de meta, ya que, a falta de escasos 15
minutos para el comienzo de la prueba quería reservar una buena posición, a fin
de que no se repitiese el comienzo tan lento que tuve en Marbella en la media
maratón.
Además,
al ser una carrera rápida y tener el planteamiento de empezar fuerte, mejor no
tener obstáculos nada más empezar para arrancar con buen ritmo.
Aun
así hubo gente que acabó colocándose delante de mí, pero ocupaba una buena posición,
dentro de lo que cabe (empecé 3 hileras por detrás de donde pretendía).
El
comienzo fue rapidísimo, como siempre, y durante el primer kilómetro me mantuve
en cuarta posición, hasta que llegando el kilómetro y medio me empecé a
descolgar un poco y una decena de atletas me pasaron.
Mantuve
el ritmo constante, pero desacelerando ligeramente, y al girar en la rotonda
para subir y pasar por primera vez por meta, volví a apretar un poco, cogiendo
a algunos atletas que me habían adelantado durante la subida, entre ellos, la
primera clasificada femenina.
La
primera vuelta se me pasó volando, pasando por poco los 11 minutos según miré
de reojo al sobrepasar el arco de meta, y en la bajada volví a incrementar de
nuevo un poco el ritmo.
No
quise forzar demasiado para poder llegar con más fuerzas, pero cuando veía que
podía alcanzar a alguien apretaba un poco y al pasarlo desaceleraba suavemente.
Mi
objetivo favorito eran los corredores del San Pedro Atletismo, ya que había una
gran representación en la carrera y las camisetas rojas eran muy vistosas y me permitían
identificarlos desde lejos.
En
la cuesta en la que me había adelantado la atleta que ocupaba en ese momento la
primera posición femenina durante la vuelta anterior, comencé a verla de lejos,
y decidí intentar pasarla en el mismo punto en el que ella me había pasado a mi
antes, pero había más de 50 metros entre nosotros y a medio cambio de ritmo
decidí reservar fuerzas, ya que aún quedaba el último tramo de subida.
Me
fui acercando más y más, pasando a la gran mayoría de corredores que me habían
adelantado durante mi bajada de ritmo de la primera vuelta, y subí la cuesta
final a buen ritmo, llegando al arco de meta casi sin aliento del esfuerzo.
Como
sabía que no iba a tener opciones de alzarme al podio ni remotamente, no seguí
mi tradición de acabar con un sprint, y en el descenso suave para entrar en el
recinto de meta mantuve el ritmo de la subida y recobré el aliento, entrando
por meta con una velocidad considerable pero no siendo ni de lejos un sprint.
Paré
el cronómetro en 00:21:28, tiempo clavado al oficial, es decir, más de 2
minutos más rápido que en mi mejor tiempo en el circuito, conseguido el año
pasado (00:23:39), en el que ocupé la posición 110 de la clasificación general.
Llegué
con la boca súper seca, así que tras coger mi camiseta conmemorativa de la
prueba (Mi más sincera enhorabuena a quien se le ocurriese lo de “Relaxing Cusp
with zapatillas, se le va a dar muchísima publicidad a la prueba, al menos por
mi parte, luciendo la camiseta), me dispuse a coger un vaso de agua y uno de
refresco, pare rehidratar.
Aún
me parece increíble que habiendo estado todo el invierno y media primavera sin
hacer absolutamente nada de ejercicio físico sea capaz de empezar la temporada
de esta manera, batiendo records en cada prueba que corro, y con ritmos medios
impensables para mí el año pasado, como el de esta carrera, de 3:34 minutos por
kilómetro, 21 segundos por kilómetro más rápida que la Carrera de San Miguel de
Torremolinos, que ya la hice a buen ritmo.
Con
la camiseta echada al hombro y un vaso en cada mano salí a la zona del arco de
meta, para ir viendo la llegada de mis compañeros y animarles en los últimos
metros.
El
primero en llegar fue Manolo, que está que se sale esta temporada, y una vez
más hizo un tiempazo.
Tras
él, llegó Sergio, que
tuvo problemas para respirar debido al resfriado e incluso se tuvo que parar
durante el transcurso de la prueba.
Mientras llegaba Gonzalo decidí que la camiseta ya había
empapado suficiente sudor, y me puse la original camiseta de la prueba.
A los pocos segundos de cambiarme, vi como Gonzalo empezaba
a afrontar el final de la cuesta y comenzaba a recorrer el leve descenso que
guiaba hasta el arco de meta, y que cruzó en menos de 30 minutos, con un tiempo
de 00:29:44, es decir, a un ritmo medio de 4:57 minutos por kilómetro, bajando en casi un minuto el ritmo por
kilómetro respecto al ritmo que hizo en la Carrera de San Miguel de
Torremolinos, en la que corrió a 5:45 minutos por kilómetro de media.
Es una progresión increíble, y más teniendo en cuenta que no
entrena en absoluto (o eso me cuenta, tendré que investigar), ya que si es
capaz de bajar casi un minuto por kilómetro sin entrenar puede tener una
progresión estratosférica con un programa de entrenamiento adecuado y fuerza de
voluntad para cumplirlo.
Cerraron la representación del Club Atletismo Fuengirola
Javi y José Manuel, no fuimos una comitiva muy numerosa pero creo que los que
fuimos cumplimos, cada uno dentro de su nivel.
Nos estuvimos rehidratando mientras compartíamos nuestras
experiencias y opiniones de la carrera, y coincidimos justo al lado con el
campeonísimo Javier Díaz Carretero, que muy amable él se ofreció a echarse una
foto con nosotros y a entregarnos unas tarjetas firmadas.
Tras unos instantes nos comunicaron que las clasificaciones
estaban siendo colgadas en el lateral del recinto, y allá que fuimos todos, ya
que aunque fueron nombrando a los campeones de cada categoría, quería ver mi
posición en mi primera carrera como sénior y mi posición en la general.
Había un tumulto considerable, y tras unos eternos minutos
de espera logré ver mi nombre en la clasificación, aunque no podía creerme lo
que estaban viendo mis ojos.
Había obtenido la octava posición (en un principio pensé que
era la séptima, o lo vi mal o en posteriores actualizaciones de la
clasificación corrí un puesto al añadir un corredor que se hubiesen saltado, no
sé cuál fue el caso).
No me podía creer que por menos de dos segundos no fuese a
obtener posición en el podio, especialmente tras haber acabado con un final
relajado, de haberlo sabido hubiese entrado dándolo todo y un poco más.
Ahora que veo que fui el octavo no me importa tanto, puesto
que el 6º clasificado sénior entró doce segundos por delante de mí, y
posiblemente no lo hubiese pillado aun esprintando.
Aun así esperamos a la entrega de premios, por si acaso caía
algo, pero no fue el caso (tal y como esperaba se rompió mi racha de podios del
inicio de temporada), así que nos encaminamos vuelta al coche.
Me llevo muy buen sabor de boca de la carrera porque las
sensaciones que tuve fueron muy buenas, me vi con muchísimas fuerzas y creo que
el año que viene estoy en condiciones de estrenarme en la carrera como sénior
(crucemos los dedos).
A la vuelta fue difícil establecer otro tema de conversación
que no fuese el atletismo, pasando de la carrera a maratones, de maratones a
medias, de medias a ultras… El trayecto de vuelta se me hizo súper corto,
especialmente comparado con el de la ida, en el que iba preocupado de encontrar
el camino correcto con el tiempo apurando y no pudiendo acelerar (ir a 80 es un
crimen en esa carretera, pero con todo lleno de radares ni se me pasa por la
cabeza subir la velocidad).
Dejé a Gonzalo y a Sergio, me duché, y me fui con mis
acompañantes favoritas a recoger fuerzas, al Bistró Vegetalia (te hubiese
encantado Gonzalo, vente un día), en el que repusimos todo lo perdido con
hamburguesitas de soja, estofado de verduras, arroz vegetal y verduras varias.
Es un sitio íntimo, familiar, con un ambiente súper
agradable y una comida muy buena a un precio asequible, desde aquí animo a
todos aquellos que no hayan estado nunca a probarlo.
Fue un final fenomenal para una mañana inmejorable, que
espero que se repita dentro de poco (y quién sabe si el año que viene con
participación de nuestras acompañantes en la carrera, como Javi propuso, todo
se verá).
Con esto finalizo la crónica de la carrera, un saludo a
todos, ¡y nos vemos en la próxima! (para mí Motril, en 8 días).
Fue un día genial!! Muchas Gracias por invitarme Juan y después de ver el entusiasmo de todos, el ambiente de la carrera; me han entrado el gusanillo de correr en la próxima y de empezar a correr otra vez pero poquito a poco.
ResponderEliminarAsí que cuando empiece iré mandándote mis tiempos y distancias (aunque van a ser cortitas).
Muchas Gracias por todo Juan.
Fue muy divertido!!
No hay de qué, gracias a ti por asistir =p
EliminarSi quieres que te aconseje con lo que sea sabes que aquí me tienes María ;)
Un besito!