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Última tirada larga pre-maratón Fuengirola-El Chaparral-La Cala de Mijas-Entrerríos-Fuengirola 2013, Sábado 16 de Noviembre


15 días después de la tirada larga post-Halloween volvimos a las andadas y repetimos entrenamiento, con algunos kilómetros de propina (personalmente es mi última tirada larga antes de la maratón), en el que repetimos todos salvo Rocío, que tenía curso de entrenadora en Algeciras (espero que acabes pronto muchacha, que no es lo mismo, cuantos más mejor, y con cuánta más energía, mejor aún).

Ayer por la noche estuve haciendo series de 400 sobre arena (la arena estaba muy compacta pero el viento era horrible y me frenaba por todos lados), pero sin embargo esta mañana me encontraba muscularmente fresco, salvo por un poco de agujetas en las plantas de los pies.








Tras levantarme a las 6:00 am, vestirme y desayunar un par de plátanos con yogur de frutos rojos salí de casa, y lo primero que noté (aparte de que era noche cerrada, ya que esta vez habíamos quedado más temprano), fue que había refrescado bruscamente con respecto a días anteriores.

Llegué a la virgen dando saltitos cada pocos pasos mientras trotaba, para intentar mantenerme caliente, y tras llegar a la virgen estuve dando esprintando al comienzo del carril bici, y observando una monumental tormenta eléctrica que tenía lugar mar adentro, con un promedio de casi a relámpago por minuto (como estaba lejos no se oían los truenos).


Sobre las 7:10 llegó Julio, y prácticamente al minuto Luis Alberto, y tras él Manolo, y cuando ya estuvimos los “4 fantásticos” comenzamos la sesión, los primeros metros andando, mientras el gps cogía señal, y después corriendo, empezando un ritmo cómodo.

Tras un primer kilómetro a 7 (teniendo en cuenta que comenzamos andando los primeros metros), nos pusimos a 5:40 hasta llegar al 4º kilómetro, en el que cambiamos el paseo marítimo por la subida al Chaparral (esta vez al ruta ha sido ligeramente diferente, y me ha gustado muchísimo más, ha tenido mucho más campo y mucha más naturaleza, enhorabuena a Julio por la elección de recorrido).

La zona por la que tiramos esta vez hasta llegar a la cala fue preciosa, con carriles de tierra cubiertos con mantos de agujas de pino y rodeados de árboles que parecían un oasis de naturaleza en medio del mar de asfalto y cemento de la costa del sol.

Es verdad que este tramo fue un poco más exigente físicamente, debido al desnivel sobre todo, pero compensa con creces esa dureza adicional con las vistas y la sensación de libertad que otorga.

Desde aproximadamente el kilómetro 4, en el que comenzamos a subir, hasta el 10, en el que bajamos a la rotonda que hay pasado el faro de Calaburras (primer faro aéreo-marítimo español) rodamos a un ritmo de entre 6:00 y 6:30 minutos por kilómetro, dependiendo de lo accidentado del tramo, pero fue la parte que más rápido se me pasó de todo el entrenamiento con diferencia.

Además de las vistas y de la compañía, la conversación era de lo más interesante; creo que estos entrenamientos no sólo me vienen bien físicamente para preparar mi primera maratón, sino además para saber cómo afrontarla, ya que entre Manolo, Julio y Luis Alberto pueden sumar, si no 50 maratones una cifra cercana a esa, y pienso que sus consejos y experiencias de primera mano me van a ser útiles tanto en Málaga como en las próximas maratones en las que participe, hasta que haya acumulado la experiencia suficiente como para conocer todos los entresijos de la prueba, lo que me puede llevar años perfectamente.

Pero dejemos las maratones y volvamos al entrenamiento; Una vez recuperamos el contacto con el asfalto y cogimos la autovía bajamos el ritmo hasta 5:44 durante los dos primeros kilómetros, hasta el 11, luego nos pusimos a 5:36 y llegamos a La Cala de Mijas pasando el kilómetro 13 a un promedio de 5:20 minutos por kilómetro.

Hasta ese momento habíamos ido o los 4 en paralelo, cuando la vía lo permitía, o en dos hileras de a dos, todos juntos, pero empezando a subir hacia Entrerríos Manolo comenzó a subir un poco el ritmo, y me pegué a su lado para ir tirando un poco cada uno a cada tramo.

Aunque subimos un puntito el esfuerzo, el crono subió un poco, a 5:34, 5:42 y 5:54 en los kilómetros 14, 15 y 16 respectivamente, ya que la subida era bastante constante, pero tampoco nos separamos excesivamente de Julio y Luis Alberto, que nos seguían de cerca.

De hecho, una vez que se igualó el terreno tras la tachuela del kilómetro 16 y nos pusimos a 5:05 Luis Alberto nos pasó como una exhalación, en el mismo punto en el que lo hizo en el entrenamiento anterior.

Lo vimos bastante más fuerte que la última vez, pero tras un sprint en el que se puso a cerca de 4 minutos por kilómetro para cogernos no tardó mucho en venirse abajo, tras algo más de un kilómetro.

El 18 lo hicimos juntos los 3, Julio venía un poco más atrás, y bajamos a 4:54, ritmo que prácticamente mantuvimos el kilómetro siguiente, que se nos marcó llegando al puente de Entrerríos, a 5:01.

En ese punto Luis Alberto ya venía un poco atrás, y a Julio se sacábamos puente y medio más o menos, aunque en el kilómetro de la bajada al carril rodamos a 5:30.

A partir de ahí empezamos a apretar un poco más Manolo y yo, rodando a entre 4:54 y 5:03 hasta llegar a cerca del kilómetro 25, donde Manolo se notó una molestia en la pierna y nos paramos un momento.

Acabábamos de hablar sobre una molestia que arrastraba desde hace algún tiempo en el psoas ilíaco, y en ese momento me temí lo peor, ya que nos paramos en seco y al intentar arrancar le molestó de nuevo, pero hemos hablado tras el entreno y por fortuna es sólo una sobrecarga.

Me dijo que siguiese yo, así que continué ese tramo un poco más lento, a 5:20, pero me alcanzó tras unos metros y me dijo que siguiese yo, que él iba ya a terminar pero sin forzar, así que tras despedirme subí un poco más el ritmo, ya que se estaba acabando el entrenamiento, e intenté hacer los últimos kilómetros más rápido, aunque el ritmo no tenía nada que ver con la última tirada que hicimos, en la que Manolo y yo nos pusimos a 4:30, 4:10 y 3:45 en los últimos 3 kilómetros.

Establecí un ritmo más rápido y seguí solo, pasando por el kilómetro 26 a 4:45, aunque llegando al parque fluvial tuve que esperar en la carretera que va al Parque Miramar por el tráfico y me salió el paso por el kilómetro 27 a 5:14 minutos por kilómetro.

Desde que pasé por debajo del puente del Castillo Sohail y prácticamente hasta llegar a casa (decidí que ya que iba solo le daría la vuelta a la estatua de la Virgen del Carmen y seguiría por el arroyo hasta llegar a casa, para no enfriarme) fui rodando a un ritmo progresivamente más alto, 4:45 en los kilómetros 28 y 29, 4:36 en el kilómetro 30, y tras subir los dos tramos de escaleras del tramo que va del santuario de la Virgen del Carmen hasta la ermita de la esquina llegué al kilómetro 30,980 (no llegué a los 31 por 20 metros, aunque con los que hicimos al inicio caminando creo que puedo decir que hice 31) haciendo un promedio de 4:41 en el último tramo.

Creo que el ritmo mantenido durante los últimos 6 kilómetros fue bastante bueno, teniendo en cuenta que llevaba ya 25 en las piernas, pero como dije antes no es un final tan bueno como el de la tirada anterior, ya que además de echar de menos la compañía no tenía a nadie para “picarme” y tirar más fuerte, pero estoy contento con el resultado.

Paré el crono en la puerta de casa en 2:48:35, tras haber recorrido 31 kilómetros; El promedio fue de 5:26, 13 segundos más lento de media por kilómetro que en la tirada realizada 15 días atrás, el 1 de noviembre, pero hay que tener en cuenta que esta vez en lugar de recorrer 26,8 kilómetros hicimos más (yo 31), que el primer kilómetro fue más lento, y que en lugar de llegar a La Cala de Mijas por la autovía tiramos por el Chaparral, así que considero que hemos realizado un mejor entrenamiento que en la anterior ocasión.

Comparando el ritmo en parciales de 5 kilómetros, como en la sesión del 1 de noviembre, pasamos los primeros 5 kilómetros en 32:36 (frente a 29:18 en la sesión del día 1), el kilómetro 10 en 1:02:50 (frente a 57:18 en la sesión del día 1), el kilómetro 15 en 1:30:54 (frente a 1:23:43 en la sesión del día 1), el kilómetro 20 en 1:57:22 (frente a 1:49:28 en la sesión del día 1), el kilómetro 25 en 2:22:28 (frente a 2:14:36 en la sesión del día 1), y el 30 lo pasé en 2:46:52.

Una vez más el madrugón ha valido, con creces la pena, con compañeros así y un clima tan bueno (que aunque ya refresca sigue siendo suave, no es nada comparado con el de otros lugares) salir a correr es una experiencia muy placentera, con la que elevo a 113,6 los kilómetros recorridos esta semana, a falta de los 5 kilómetros de la I Transplant Run Ciudad de Málaga de mañana y a una posible tirada nocturna esa misma tarde, si me veo con fuerzas y consigo un frontal.

Por cierto, tras el entrenamiento, una buena ducha y desayunar unas tostadas integrales tamaño XXL con mermelada natural de higos he ido con Javi al estadio de atletismo de Málaga, y ya lo tengo todo preparado para la carrera solidaria:


Con esta semana cierro el capítulo de tiradas largas y acumular kilómetros para la maratón, la semana que viene recorreré aproximadamente un 75% del kilometraje de esta semana, a la siguiente el 50% y la semana previa a la maratón saldré 3 días a entrenar como mucho, ya todo lo que se podía mejorar está hecho, toca mantener el tipo y aguantar el último tironcillo hasta el día de la carrera.

Me quedo con ganas de más entrenamientos de este tipo, que creo que es lo importante, así que espero que para próximas maratones (Sevilla, por ejemplo), sigamos organizando tiradas de este estilo, ya que disfruto en ellas infinitamente más que en mis solitarias tiradas a Torremolinos.

¡Que dura es la vida del maratonista pero como me gusta!

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