No, no es que siga mi propio calendario ni que vaya por libre, es que trasteando por entradas antiguas del bloc de notas del móvil acabo de encontrar una lista de "retos" que me planteé yendo de Cham a Zug, en la madrugada del 1 de enero de este año.
No me había vuelto a acordar si quiera de ellos, y aunque alguno lo tengo muy presente, otro o no lo había pensado dos veces o no sabía muy bien que implicaba, pero como en ese momento pensé que podía y tengo aun más de 9 meses... ¡qué narices, habrá que intentarlo!
Os paso la imagen y os explico en que consiste cada reto, y me voy a poner fecha ya, que si no estas cosas se dejan y nos plantamos en diciembre teniendo que realizar una lista de tareas que riéte tú de los recados de Hércules...
Vamos por el primero... Correr un maratón con zapatillas minimalistas.
En ese momento había corrido poco con las Fivefingers, lo que se nota, ya que de no haber corrido nunca con este tipo de zapatillas (aunque si que llevo varios meses entrenando descalzo al menos una vez por semana) a plantearse acabar un maratón hay un abismo.
Sin embargo creo que es el objetivo que más a mi alcance tengo actualmente, ya que mi plan de transición progresivo va "sobre dedos" y planeo debutar en media maratón con minimalistas en la media de Málaga.
Bueno, ¿qué se considera correr un maratón con zapatillas minimalistas?
Pues en correr 42.195 metros con un calzado de 0 milímetros de drop (desnivel entra la suela y el talón) y un máximo de 12 milímetros de separación entre los pies y el suelo.
Tengo pensado probar este desafío al final del año, sin prisa, ya que considero que aun me queda mucha transición por delante y el riesgo de una lesión por estrés es muy elevado si no se hacen las cosas bien, aunque sea bastante ligero para mi altura.
Por lo tanto, me aventuraré con él en noviembre o diciembre, en las maratones de Murcia o Málaga.
¡Segundo reto! Clasificarme para la maratón de Bostón.
Considerada la maratón más elitista del mundo, se reserva el derecho de admisión de los participantes, que deben cumplir con un certificado acreditativo de un tiempo determinado en maratón (no vale cualquier maratón, ha de ser cronometrado por algún organismo acreditado internacionalmente para que sea reconocido) previamente.
Estos son los tiempos establecidos para el año 2014, cuyas inscripciones llevan meses cerradas, y son susceptibles de endurecerse el año que viene debido a la grandísima demanda que tiene esta prueba:
Mi grupo de edad es el más exigente, pero no es un tiempo imposible.
No quiero decir que voy a intentarlo en Sevilla porque tengo la experiencia muy cercana del maratón de Málaga, en el que pagué con creces empezar corriendo con revoluciones de más, pero si paso el kilómetro 35 con buenas sensaciones (dentro de lo que cabe) tened por seguro que pelearé hasta el último metro para conseguirlo, pero no es mi idea inicial, con disfrutar de la carrera hasta pasado "el muro" y bajar la marca obtenida en Málaga me doy por satisfecho.
Según acabe este domingo (bueno, si acabo por debajo de 3:05:00 ya no hace falta) consideraré en qué maratón podría intentarlo este año, aunque me gustaría mucho probarme en Berlín, maratón famoso por ser el más rápido del mundo y que se celebra en una de las pocas ciudades famosas alemanas en las que no he estado todavía (bueno me faltan varias, pero siendo la capital tiene delito).
Y finalmente, el último reto, clasificarme para el Spartathlon, la carrera sobre asfalto más dura del mundo para muchos.
Se celebra anualmente el último fin de semana de septiembre y discurre a lo largo de 246 kilómetros, en los que los corredores han de atravesar con éxito más de 75 puntos de control muy exigentes para no ser descalificados por el camino.
Empieza a las 7 de la mañana y termina tras cerca de 40 horas para la mayoría de los mortales, aunque algunos súper hombres han sido capaces de acabarla en casi la mitad de tiempo.
El récord de la prueba aun lo mantiene el primer ganador de la prueba, Yiannis Kouros, con 20:25:00.
¿Cómo se clasifica uno para semejante barbaridad? Pues hay varios métodos:
Haber completado un Spartathlon previamente en 36 horas como máximo.
Haber llegado al punto de control Nestani dentro del límite de 24,5 horas en una edición anterior del Spartathlon.
Habiendo corrido al menos 180 km en una carrera de 24 horas.
Habiendo corrido al menos 280 km en una carrera de 48 horas.
Habiendo completado una carrera de 200 km en menos de 37 horas.
Habiendo completado una carrera de 100 km en menos de 10,5 horas.
Habiendo completado la carrera de Olimpia en menos de 28 horas.
Habiendo completado la carrera de Éfidas en menos de 11 horas.
La carrera más larga que conozco en España es el Ultra Trail Sierras del Bandolero, de 150 kilómetros, por lo que mi opción más realista es hacerlo intentándolo con las carreras de 100 km en menos de 10 horas y media.
Podría intentarlo en los 101 km de Ronda en mayo, pero va a ser mi primer ultra de esa longitud y quiero ir para disfrutar, no ir preocupado por ritmos o relojes, así que me planteo hacerlo en la carrera de 100 km de Madrid-Segovia en septiembre, ya que he oído muy buenas críticas sobre ella y creo que puedo llegar con un buen entrenamiento y la experiencia de otros ultras previos que me ayuden a afrontar el objetivo con posibilidades.
Sé que son objetivos muy ambiciosos, de hecho, con conseguir uno de los 3 ya me daría por satisfecho, pero como soy una persona muy optimista y con muchas ganas de hacer cosas, yo voy a intentar hacer pleno.
Que se puede, bien, que no, que no se diga que no puse toda la carne en el asador.
Y vosotros, ¿Qué propósitos tenéis para este 2014?
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