Características:
Capacidad física: 4 bidones pequeños y un bolsillo con cremallera
Capacidad hídrica: 460 mililitros (115 mililitros por bidón)
Tipo de ajuste: A la cintura, velcro
Adquirido el: 25 de Octubre de 2011
Mi primer cinturón de hidratación llegó a mis manos por pura casualidad, ya que fue el contenido estrella de la bolsa del corredor de la media maratón de inicio de temporada por excelencia de cualquier runner de la provincia de Málaga, la media maratón de Marbella.
Al principio, cuando lo saqué, no sabía ni qué era, y otros compañeros del Club Atletismo Fuengirola bromeaban diciendo "¿es tu primer cinturón de inmolación?"
Nunca había entrenado una distancia mayor a 16 kilómetros, por lo que nunca había llevado líquido conmigo entrenando (además, en cualquier momento podía bajar a las duchas de la playa a por un trago), así que inicialmente lo dejé cogiendo polvo en la buhardilla, pero conforme comenzaba a realizar sesiones de entrenamiento más largas, fue convirtiéndose en algo casi tan necesario como las zapatillas de correr o las mallas, sobre todo, en época estival.
El primer día me sentí un poco raro con él en la cintura, y de hecho, me hicieron rozadura con el movimiento, pero poco a poco le encontré la postura, le cogí el truco a beber corriendo sin parar y fui encontrándome más cómodo.
El ajuste de velcro era ideal para ajustármelo a la cintura, la cantidad de agua era buena, sin llegar a molestar su peso, y el bolsillito con cremallera me servía para meter un paquete de clínex y las llaves cuando realizaba tiradas de cerca de dos horas (o más).
Tras cerca de 3 millares de kilómetros (quizá más, ya que en 2011 el registro de entrenamientos y competiciones que efectuaba era manual), está muy dado de si y bastante machacado, el velcro no cierra adecuadamente a veces y tengo que apretármelo con fuerza para que los bidones no se bamboleen al correr, pero ha aguantado estoicamente durante años, y lo sigo empleando para tiradas "cortas" por montaña o como complemento en los ultras (con imperdibles me cuelgo varias bolsitas en las que meto frutos secos, golosinas, pasas...).
Al principio, cuando lo saqué, no sabía ni qué era, y otros compañeros del Club Atletismo Fuengirola bromeaban diciendo "¿es tu primer cinturón de inmolación?"
Nunca había entrenado una distancia mayor a 16 kilómetros, por lo que nunca había llevado líquido conmigo entrenando (además, en cualquier momento podía bajar a las duchas de la playa a por un trago), así que inicialmente lo dejé cogiendo polvo en la buhardilla, pero conforme comenzaba a realizar sesiones de entrenamiento más largas, fue convirtiéndose en algo casi tan necesario como las zapatillas de correr o las mallas, sobre todo, en época estival.
El primer día me sentí un poco raro con él en la cintura, y de hecho, me hicieron rozadura con el movimiento, pero poco a poco le encontré la postura, le cogí el truco a beber corriendo sin parar y fui encontrándome más cómodo.
El ajuste de velcro era ideal para ajustármelo a la cintura, la cantidad de agua era buena, sin llegar a molestar su peso, y el bolsillito con cremallera me servía para meter un paquete de clínex y las llaves cuando realizaba tiradas de cerca de dos horas (o más).
Tras cerca de 3 millares de kilómetros (quizá más, ya que en 2011 el registro de entrenamientos y competiciones que efectuaba era manual), está muy dado de si y bastante machacado, el velcro no cierra adecuadamente a veces y tengo que apretármelo con fuerza para que los bidones no se bamboleen al correr, pero ha aguantado estoicamente durante años, y lo sigo empleando para tiradas "cortas" por montaña o como complemento en los ultras (con imperdibles me cuelgo varias bolsitas en las que meto frutos secos, golosinas, pasas...).
Pasemos a una valoración más específica:
Precio: En su momento, por curiosidad, busqué el precio y rondaba los 20 euros, actualmente el mismo modelo seguramente no estará disponible, pero tendrán mejores.
Sujeción: Inicialmente tenía demasiado ajuste y molestaba un poco esa presión, pese a poder ajustarse con el velcro; con los kilómetros se fue quedando perfectamente ajustado, pasando a ser óptimo, y actualmente está demasiado holgado.
Accesibilidad: En un momento puedes coger cualquiera de las 4 botellas con un simple gesto; inicialmente es un poco raro coger las de detrás, pero en 3-4 sesiones puedes realizar el movimiento de forma perfecta sin cambiar el ritmo.
Número de compartimentos: Tiene pocos compartimentos, con capacidad para 4 bidones y un pequeño bolsillito para llaves y similar, compartimentos que pueden ampliarse enganchando bolsitas con imperdibles o combinándolo con una riñonera.
Transpirabilidad: La transpiración es bastante pobre, al llevarla la zona de la cintura de la malla se empapa en poco más de 30 minutos, el tejido no permite a la piel respirar.
Desgaste: Hasta que no comencé a competir en ultra trail nunca pensé que podría desgastarse tanto, pero al llevar peso extra y usarlo durante tantos kilómetros ha ido perdiendo calidad.
Valoración personal: 9/10
Desgaste: Hasta que no comencé a competir en ultra trail nunca pensé que podría desgastarse tanto, pero al llevar peso extra y usarlo durante tantos kilómetros ha ido perdiendo calidad.
Valoración personal: 9/10
Lo recomiendo para: Corredores que estén comenzando, especialmente en época estival, corredores de montaña en distancias cortas, senderistas y hasta para personas que caminen durante periodos de tiempo prolongados, ya que te permite tener a mano una reserva de agua sin ser especialmente molesta o pesada.
No la recomiendo para: Corredores que estén acostumbrados a entrenar durante periodos de tiempo prolongados, especialmente si sus entrenamientos superan las 2 horas, ya que la reserva de agua va a ser insuficiente con total seguridad.
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