Es increíble como cambia la vida en un año... aunque hay algo que no cambia, si no es el primer domingo de septiembre, el último de agosto los runners malagueños tenemos una cita en Mijas Pueblo.
El año pasado por estas fechas aun no había creado este blog, pero decidí redactar la crónica de la prueba en octubre por el cariño que le tengo a la misma, motivo por el cual decidí que la de la XXXV edición fuese mi primera crónica.
El año pasado por estas fechas aun no había creado este blog, pero decidí redactar la crónica de la prueba en octubre por el cariño que le tengo a la misma, motivo por el cual decidí que la de la XXXV edición fuese mi primera crónica.
Aún recuerdo mi primera participación, en la edición del año 2008, en la que mi padre nos llevó a mi y a Gonzalo, un amigo que estaba comenzando a entrenar con nosotros, a Mijas Pueblo, y en la misma mañana nos inscribimos, en un dorsal adhesivo nos escribieron el número con permanente en un momento y ya estábamos preparados para participar en la prueba.
Fue una edición "divertida", además de por ser mi estreno en la Carrera de la Feria de Mijas, porque dimos una vuelta de "reconocimiento" al circuito, nos perdimos y llegamos justo a punto para la salida, para desmayo de Gonzalo.
Al final ambos hicimos podio, en nuestras respectivas categorías, así que tampoco creo que le importase tanto, aunque a día de hoy, aún me lo recuerda.
Ese año fui tercero en la categoría Juvenil, y desde entonces he ido alternando desde la primera hasta la tercera posición, pasando por Juvenil, Junior y Promesa; este año me tocaba el turno como senior.
El año pasado conseguí que Kevin, un amigo de toda la vida, comenzase a correr y se apuntase a la carrera, en la que ocupó la segunda posición como promesa, pero este año no pudo repetir, al igual que Gonzalo, por diversos motivos.
Sin embargo, convencí a mi hermana, Marina, y a una buena amiga, Emily (mi hermana ha participado en varias pruebas, Emily previamente tan solo en la Milla de La Cala de Mijas, en el XX Circuito de Millas Populares de Mijas, en la que corrimos juntos), a las que recogí a las 8:50 am.
Poco después nos dirigimos a Mercacentro, punto de encuentro de los compañeros del Club de Atletismo Fuengirola, donde Rocío nos haría entrega de nuestras camisetas y nuestras bolsas del corredor (con revistas deportivas).
Desde luego la Carrera de la Feria de Mijas es todo un referente en atletismo, bajo mi humilde opinión, en tiempos donde la crisis ha convertido las carreras gratuitas en un evento en peligro de extinción y donde tan solo se recorta en detrimento del corredor, en lugar de en el precio de las inscripciones, no sólo no ha empeorado, sino que se mejora y supera exponencialmente año tras año.
Ello ha conseguido que este año, a casi una semana de la prueba y para preservar la calidad de la misma, se cerrasen las inscripciones para la misma, al agotarse el cupo inicialmente previsto de 400 plazas, todo un éxito desde mi punto de vista.
Una vez nos encontramos todos los compañeros del club y nos organizamos, subimos a Mijas Pueblo, donde tuvimos la suerte de encontrar un aparcamiento justo en la entrada del pueblo, así que dimos un pequeño paseo y ya estábamos colocados en la zona de salida, donde, a falta de más de una hora para el inicio de la prueba, el ambiente era inmejorable.
Además, y por primera vez si mal no recuerdo, el día amanecía ligeramente nublado, por lo que la prueba, tradicionalmente tórrida, iba a gozar de una brisa fresquita que, presumiblemente, ayudaría a bajar los tiempos de la prueba.
Yo personalmente me veía, antes de comenzar la prueba, bajando el tiempo de la misma, ya que considero que mi estado de forma actual es muy superior al del mismo periodo en el año pasado, pero arrastraba una leve molestia en el tobillo derecho provocada por el impacto de una piedra la mañana anterior en la III Edición de la Carrera de las 24 Horas Deportivas de Istán; Aún así, mis inseparables Vibram Fivefingers Bikila LS me acompañarían en otra carrera más, levantando, como suele ser habitual, expectación entre los curiosos que no conocen el modelo todavía.
Cuando llegamos a la plaza decidimos echarnos una foto los tres juntos en el mirador hacia el repetidor de Mijas, que tanto frecuento últimamente, y tras ella, nos dispusimos a darle una vuelta a la zona, saludando a decenas de corredores conocidos.
Estaban casi todos, del Club Atletismo Fuengirola Rocío, Manolo, José Luis, Javi, Luis Alberto, Ramón, Leo, Sergio, Laura, José Adán, Pepe, Claudio... del Primeguis Husky, conocido ya de varias pruebas, como la I edición del Trail Ciudad de Málaga, del San Pedro el hombre del dorsal 34 con el que coincidí ayer en Istán, del Torremolinos Caba, del Mijas Rubén Espejo y Elio...
Muchas caras conocidas y otras no tan conocidas, corredores populares, experimentados y profesionales, como María Vasco, Estela Navascués y María Pérez, referentes en el mundo del atletismo a nivel internacional, participando en una prueba de poco más de dos kilómetros pero cuyos organizadores se dejan la piel y el corazón para prepararla año tras año, lo que hace que el nivel de la misma sea el que es.
Tras tanto saludo nos dimos cuenta de que las carreras de las categorías inferiores iban a comenzar, así que nos colocamos cerca de la salida, y vimos las salidas, separadas entre sexos por motivos de logística y operatividad, de las categorías inferiores.
Cuando acabaron, y antes de comenzar nuestra prueba, dimos una vuelta de calentamiento a la Plaza Virgen de la Peña, donde me encontré con un amigo del Triatlón Fuengirola con el que realicé un curso de instrucción deportiva en el Higuerón, poco después de participar en su carrera benéfica.
La hora de la salida se iba acercando, por lo que nos fuimos colocando tras la línea de salida, y tras mucho batallar por ganar centímetros, conseguimos colocarnos todos justo debajo del arco de salida, donde estaba en aproximadamente, tercera fila, pero sin comprender como dos chicos que me llegaban por la cintura empujaban para abrirse paso justo delante mía.
Habría que tener ojo en la salida, un tropezón inicial puede ser doloroso, ganar o perder dos segundos más o menos no merece la pena con semejante riesgo.
Todo estaba a punto para la salida, pero... Un vecino de Mijas ajeno a la carrera, sufrió un infarto, por lo que tuvimos que romper la formación de salida para dar paso a la ambulancia para permitir su evacuación.
No sabíamos cuanto tardaría en resolverse el problema, así que reinicié el GPS y anduve a pasos largos, con el objetivo de matar el tiempo.
Finalmente se decidió que la ambulancia avanzaría varios metros, a fin de permitir que se efectuase la salida, y tras batallar nuevamente hasta que los jueces dieron el visto bueno, comenzó la prueba.
Luchaba por no perder puestos, pero al llegar a la zona de la Calle Málaga estaba casi sin aliento y me dolía bastante más de lo que habría imaginado el talón derecho, ya que la piedra que se atravesó en mi camino en Istán me dejó un pequeño moratón en el pie y los adoquines de la calle se las ingeniaban para golpearme justo en ese punto paso tras paso.
Decidí aumentar la velocidad y amplitud de zancada a fin de que el talón tuviese el mínimo contacto posible con el suelo, pero el sobreesfuerzo hizo que tuviese que bajar un poco el ritmo, y de repente, vi una camiseta azul a mi lado.
Era José Luis, que estaba corriendo con los escarpines Tribord del Decathlón (he realizado cerca de 100 km con un par con bastante buen resultado, pero en mi caso las costuras me molestan por el roce al comenzar); pensaba al inicio de la prueba que iría muy lento y no correría del todo bien, pero ahí estaba el tío, a un ritmo que pensaba que me iba a dejar atrás por momentos.
Giramos en el punto álgido de la prueba, al final de Calle Campos, y "gracias" a la pendiente, pude apoyar la planta del pie completamente contra el suelo, aquí liso, notando un instantáneo alivio en pies y gemelos.
Sin embargo, una vez ascendimos la abrupta pendiente, y con media carrera por delante, comenzó el descenso, nuevamente adoquinado, donde no tenía más remedio que apoyar ambos talones.
No sé si sería por estar más caliente o por casualidad, pero pillé menos adoquines con mala leche, por lo que, aunque tenso, pude emprender la bajada a un ritmo bastante bueno.
Miré de reojo a los lados y no pude ver a José Luis, aunque esperaba que corriese cerca y sin dificultades, y bajé con bastante velocidad las serpenteantes calles de Mijas Pueblo, camino, nuevamente, de la Plaza Virgen de la Peña.
Espero equivocarme, no quiero juzgar sin saber, pero justo llegando al desvío que nos devolvía, nuevamente, a la Avenida de Méjico, vi a un joven, posiblemente cadete o juvenil, con la camiseta de la Unión Deportiva Benalmádena que salía de una de las puertas de las casas de la calle, y emprendía un rápido sprint calle abajo, sacándome varios metros en los primeros instantes pero perdiéndolos después rápidamente.
Como digo, no quiero juzgar, pero me pareció sospechoso que parase casi al final de la carrera.
No le di importancia y continué a lo mio, notando aliviado el cambio de adoquines a asfalto y metiendo la última marcha, con la motivación extra de ver al atleta del San Pedro que en Istán llevaba el dorsal 34 (y hoy el 276) a tiro pocos metros por delante de mi.
Tomé la curva bruscamente, al tratar de no apoyar el tobillo derecho, y aceleré hasta que lo dejé atrás, a escasos 200 metros para llegar a la línea de salida.
Traté de acelerar más aún, pero ya iba al límite y no me fue posible, así que me centré en tratar de mantener esa velocidad punta hasta pasar por meta, aunque comencé a desacelerar pocos metros antes de pasar bajo el arco de meta; 09:42 marcaba mi crono, al menos 8 segundos más rápido que el año pasado (paré el crono tarde pasando de 10 minutos por pocos segundos); estaba muy contento.
Saludé y di la enhorabuena a los compañeros que llegaron justo detrás de mi, y, más dolorido al andar que al correr, me dirigí a la plaza Virgen de la Peña, a por una barrita energética, un botellín de agua fría y una lata de limonada; mejor avituallamiento en meta que en muchos 10k, espero que más de uno tome buena nota.
Cuando le daba la vuelta a la plaza vi a lo lejos a Emily, exultante de felicidad, como siempre, y poco después llegó Marina, mi hermana, aparentemente algo más cansada pero muy contenta también.
Estuvimos recuperando y charlando sobre la prueba, entre nosotros y con todas las caras conocidas que fueron llegando a la plaza, y en un momento ya estaban colgadas las clasificaciones y estaba comenzando el sorteo de premios, de varias decenas de minutos de duración y con regalos de la talla de pulsómetros Polar, zapatillas New Balance o vacaciones de 7 días con todo incluido (recuerdo una vez más la gratuidad de la prueba, no conozco ninguna con semejante trato al corredor).
El nivel en esta edición se notó bastante, no sé si finalmente se superarían o no los récords de la prueba, pero mi posición dentro de mi categoría como octavo (y trigésimo quinto en la absoluta) con un tiempo oficial de 9 minutos 34 segundos habiendo entrado el año pasado, con un tiempo cercano a los 10 minutos, entre los 20 primeros, certifica el aumento de nivel general de la misma.
El siguiente fue mi resumen técnico de la prueba:
Este año no fuimos afortunados en el sorteo, así que tras el mismo y un Ice Bucket Challengue de categoría (que colgaré incrustado en el vídeo de la prueba una vez lo edite y suba a Youtube) nos despedimos, por el momento, de la carrera por excelencia para iniciar la temporada en la provincia de Málaga.
Agradezco a la organización la dedicación con respecto a la misma, como corredor, sinceramente veo pocos aspectos a mejorar, así que espero que el año que viene se mantenga el nivel de calidad de la misma (no sé como podría mejorarse).
Un saludo a todos, y nos vemos la semana que viene en la Subida Bajondillo-La Nogalera, donde debutaré en cronoescalada; ¡Hasta entonces!
PD: Aquí os dejo el vídeo de la prueba, ¡disfrutad!
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