Sexto asalto contra la condromalacia

Tras una sesión de pista accidentada ayer por la mañana (estoy probando el Garmin Forerunner 310 XT, ya os hablaré de el en una entrada dentro de poco), sin molestia alguna, hoy he vuelto a realizar el entrenamiento que realicé el miércoles y el viernes pasado.

Me levanté poco antes de las 9, preparé el GPS, me vestí, me calcé las Fivefingers y salí a correr.

Haré un brevísimo resumen, ya que no hay mucho que contar, lo cual, por fin, es buena noticia.

Salgo de casa, temperatura ideal; espero a que el Garmin pille satélite, compruebo que la banda pectoral detecta mi frecuencia cardíaca y comienzo a correr, pasando de un trote suave subiendo la cuesta de la ermita de mi calle hasta estirar la zancada en la posterior bajada, ya en la avenida, a velocidad cómoda.

Km 1 - 5:07 min/km (viernes en 4:55 min/km): Voy ojeando el Garmin cada pocas zancadas e intento estabilizarme en torno a 5 min/km; voy más concentrado en el reloj que en mi ritmo o las sensaciones que me transmite mi cuerpo, pero no detecto molestia alguna.

Km 2 - 5:01 min/km (viernes en 4:47 min/km): Consigo estabilizar el ritmo óptimo y a media altura en la Avenida de las Gaviotas, y me centro ahora en el pulso; 160 pulsaciones por minuto, no suelo entrenar con pulsómetro y desde 2009 no usaba mi viejo Polar, así que no recuerdo si es "bueno" o no, pero me siento realmente cómodo a este ritmo.

Km 3 - 5:14 min/km (viernes en 5:15 min/km): Al comenzar a subir suben un poco las pulsaciones, hasta 170, y el ritmo se incrementa un poco (lo había perdido de vista por momentos), pero en la curva de los olimpos aprieto un poco el paso; sobre el kilómetro 3 y medio noto un leve chasquido en la rodilla izquierda, pero extiendo y recojo la pierna izquierda al correr durante un par de zancadas y me olvido de la molestia.

Km 4 - 4:43 min/km (viernes en 5:59 min/km): Voy prestando atención al reloj y a mis sensaciones, con auténtico pánico ante la repentina aparición de la molestia antes de comenzar la subida, que fue donde la última vez empezó a molestarme; visualizo la llegada a meta de los 101 km de Ronda con luz, y me imagino subiendo la cuesta del cachondeo, mientras, al volver a la realidad, compruebo el ritmo en el reloj, inferior a 5:00 min/km pese a que me siento muy cómodo, y me evado de nuevo.

km 5 - 5:05 min/km (viernes en 5:46 min/km): Noto una sensación rara en la rodilla izquierda, pero mi mente continúa en Ronda hasta que doy el giro en la rotonda de los Elefantes; giro en 24:12, mientras que en la última ocasión fue en 27:15, y Ángel Carmona, corredor de Trail y ex entrenador de mi gran amiga y atleta Emma Baxter, pasa con el coche y me saluda justo cuando me dispongo a dar la vuelta, lo que me impulsa a apretar un poco más el rimo.

km 6 - 4:45 min/km (viernes en 5:47 min/km): La sensación rara se torna dolorosa, pero lejos de parar, incremento el ritmo, repitiendo la técnica de exagerar el movimiento de zancada, en carrera, hasta que el chasquido se desvanece, y ataco la subida hacia los olimpos con energía.

km 7 - 4:48 min/km (viernes en 5:55 min/km): El pulso se me dispara, pero yo sigo obcecado en correr por debajo de 5:00 min/km, y mi cuerpo parece estar, por primera vez desde el Skoda Triathlon Series, dispuesto a permitírmelo.

km 8 - 4:44 min/km (viernes en 5:55 min/km): Afronto un tramo de bajada, la larga recta de la Avenida de las Gaviotas, y la última tachuela; ya prácticamente todo el recorrido que me espera es llano, y en mi mente, recorro las calles de Ronda, buscando el parque donde la meta aguarda.

km 9 - 4:27 min/km (viernes en 5:43 min/km): Atravieso el puente sobre el arroyo Pajares con el recuerdo del dolor de la última sesión en el recorrido que estoy terminando, y, sumamente aliviado, llego al otro lado sin ningún problema; Acelero, tan solo quiero acabar sin tener que pararme, cuanto antes, y poder decir que por fin he disfrutado en una sesión de entrenamiento de inicio a fin.

km 9,7 (10 según Strava) - 4:13 min/km (viernes en 7:48 min/km): Recorro la avenida hasta casa acelerando más y más, hasta la cuesta y posterior bajada de la ermita, saludo a mi madre, que pasea a Brutus (mi cerdito-mascota) y aumento el ritmo hasta llegar a la misma puerta de casa.

¡¡Lo he conseguido!! una sesión a un ritmo decente (para mi 5:00 min/km es el ritmo de entrenamiento ideal, no me cuesta en absoluto mantenerlo hasta recorrer aproximadamente 30 kilómetros), haciendo la segunda mitad del entrenamiento más rápido que la primera y sin molestias lo suficientemente fuertes como para obligarme a detenerme o modificar el ritmo.

A la vuelta me pelearía con el Garmin y el pc para sincronizar los datos con Strava, y de paso me descargaría los programas de esta plataforma, aunque esto es otra historia.

En resumen, 46:58 minutos para completar el recorrido, frente a 1:00:59 en la sesión del viernes pasado, promediando 4:50 min/km de media frente a 5:48 de la última ocasión, y con una frecuencia cardíaca media de 166 pulsaciones por minuto y máxima de 181, parámetro que comenzaré a tener en cuenta en futuras tiradas.

Creo que muchas veces el pensar en una cosa nos obsesiona con ella y hace que le demos mucha más importancia de la que realmente tiene, otorgándole, psicológicamente, mucha más fuerza.

Sé que no estoy "curado" (estoy a la espera de que me hagan resonancias, radiografías y pruebas diversas), pero al menos, ya sé que puedo volver a disfrutar corriendo.

Por ello, es posible que esta sea la última entrada de mi "batalla" contra la condromalacia, en caso de sufrir tanto en una futura tirada que tenga que modificar drásticamente el ritmo, o incluso parar, lo compartiría, pero en caso de seguir disfrutando como lo he hecho hoy, lo obviaré.

Espero poder sustituir pronto estas entradas con crónicas de carreras, tan pronto como vuelva a estar en forma para competir.

¡Nos leemos!