Características:
Grosor suela: 10 milímetros
Drop: 0 milímetros
Peso: 211 gramos
Adquirida el: 6 de Diciembre de 2014
Primeras impresiones tras 67 kilómetros:
Sería totalmente imparcial hacer un análisis sobre un producto que puede alcanzar centenares e incluso miles de kilómetros habiendo recorrido apenas una centena con él, pero ya puedo compartir mis primeras impresiones sobre este calzado tan en boca (y pies) de muchos últimamente.
El año pasado por estas fechas estaba prácticamente comenzando mi transición hacia el minimalismo, comenzando a meter kilometraje a mis Fivefingers Bikila LS; este año, gracias a un regalo familiar de cumpleaños, toca probar las Luna Sandals Oso.
Primeras impresiones tras 67 kilómetros:
Sería totalmente imparcial hacer un análisis sobre un producto que puede alcanzar centenares e incluso miles de kilómetros habiendo recorrido apenas una centena con él, pero ya puedo compartir mis primeras impresiones sobre este calzado tan en boca (y pies) de muchos últimamente.
El año pasado por estas fechas estaba prácticamente comenzando mi transición hacia el minimalismo, comenzando a meter kilometraje a mis Fivefingers Bikila LS; este año, gracias a un regalo familiar de cumpleaños, toca probar las Luna Sandals Oso.
Mi abuela, alucinando con la caja de mis nuevas "zapatillas" |
Los primeros ajustes |
Lo primer que hice fue calzármelas y recorrer toda mi casa con ellas puestas, pero como el día siguiente participé en la maratón de Málaga, acabando contra todo pronóstico, me di de descanso hasta la vuelta de reyes, por lo que no había tenido la oportunidad de recorrer con ellas más de 6-7 kilómetros trotando suavemente hasta principios de mes.
Las primerísimas impresiones con ellas, caminando, fueron geniales, pero a la hora de trotar no conseguía dar con el ajuste ideal (aún ando en su búsqueda), y, o me "bailaba" demasiado el pie o estaba tan ajustado que se me cortaba la circulación; además, mi pulgar izquierdo es levemente más largo que el derecho y "asomaba" fuera de la zapatilla, por lo que llegué a plantearme el cambio de talla.
No obstante nunca hay que fiarse de la primera impresión, y tras probarlas sobre asfalto, arena, tierra, senderos y en campo a través, en poco más de medio centenar de kilómetros (experimentando con los ajustes cada día) he conseguido sujetar el pie con firmeza sin dejar los pulgares asomando, mejorando las sensaciones con ellos.
Sin extenderme más, ya que cuando haya recorrido suficientes kilómetros y pasado suficientes horas sobre las Luna Sandals Oso las evaluaré, expondré mis primeras impresiones con este tipo de calzado tan poco habitual (todavía) entre los corredores.
Lo peor:
-El "chancleteo" constante, insufrible sobre asfalto, especialmente al principio, pero cuantos más kilómetros recorro con las Luna menos "chancleteo" producen.
-Cuando, corriendo por montaña, una piedrecita se cuela dentro del arco del pie yendo cuesta abajo y justo apoyas ese pie... doloroso, pero igual de doloroso que si se te mete un guijarro dentro de unas zapatillas.
-La "ciencia" del ajuste, ya consigo apañármelas bastante bien, usando dos tipos de ajuste diferente para andar y correr, pero aun no termino de dominarlos del todo, y afrontando desnivel a veces voy muy tirante y otras demasiado holgado; las cintas ATS están sin estrenar aun, cuando me entienda con las normales comenzaré a usarla.
Lo mejor:
-Esa sensación cuando corres con ellas... es difícil de explicar, notas el sol calentando tus pies, el viento acariciando tus dedos, el tacto del huarache en la planta del pie, esa ligereza y comodidad zancada a zancada... el modelo aúna las ventajas de las zapatillas con las sensaciones de correr descalzo.
-La sencillez para eliminar "elementos extraños" (guijarros, abrojos, arena...) que se puedan colocar entre el pie y el huarache, como comente antes; basta con parar un segundo, deslizar un dedo entre pie y huarache para continuar corriendo, nada de atar y desatar cordones ni pelearse con calcetines.
-Como también mencioné, la protección que otorgan es soberbia, he corrido con ellas por terreno técnico, subiendo y bajando campo a través pisando rocas y piedrecitas de todo tipo, abrojos, algunas zarzas... he pasado sobre cristales y asfalto desintegrado en carretera... y ni una molestia, de hecho, no hay ni rastro de esos elementos en la suela del huarache, sin atisbo de desgaste todavía con respecto a los primeros kilómetros.
Algún pequeño corte si me he llevado yo como recuerdo en mis tiradas campestres, pero, como vemos en la imagen, nada reseñable, algún pequeño arañazo de zarza que posiblemente hubiese atravesado la membrana igualmente, de haber llevado zapatillas puestas.
Por el momento esto es todo, todavía no voy a probarlas en competición ya que me hace falta más rodaje, pero mi debut con ellas en carrera está cercano, tengo que terminar de definir mi "estilo" de ajuste e introducir las ATS y rodar con ellas hasta terminar de "domarlas".
Con esto quiero también recordar que, aunque estemos totalmente o muy adaptados al minimalismo, si tenemos un parón no podemos volver a correr de golpe, como si nada, la musculatura puede haber perdido fuerza y volver a realizar entrenamientos de gran volumen sin respetar de nuevo una progresión (aunque sea de pocas semanas) puede derivar en molestias o lesiones.
Por el momento y en lo que a mi respecta, vuelvo a coger continuidad entrenando, y disfruto corriendo sin molestias una vez más, espero que durante muchos miles de kilómetros.
¡Un abrazo a todos!
Las primerísimas impresiones con ellas, caminando, fueron geniales, pero a la hora de trotar no conseguía dar con el ajuste ideal (aún ando en su búsqueda), y, o me "bailaba" demasiado el pie o estaba tan ajustado que se me cortaba la circulación; además, mi pulgar izquierdo es levemente más largo que el derecho y "asomaba" fuera de la zapatilla, por lo que llegué a plantearme el cambio de talla.
No obstante nunca hay que fiarse de la primera impresión, y tras probarlas sobre asfalto, arena, tierra, senderos y en campo a través, en poco más de medio centenar de kilómetros (experimentando con los ajustes cada día) he conseguido sujetar el pie con firmeza sin dejar los pulgares asomando, mejorando las sensaciones con ellos.
Los huaraches, comenzando a amoldarse al pie |
Lo peor:
-El "chancleteo" constante, insufrible sobre asfalto, especialmente al principio, pero cuantos más kilómetros recorro con las Luna menos "chancleteo" producen.
-Cuando, corriendo por montaña, una piedrecita se cuela dentro del arco del pie yendo cuesta abajo y justo apoyas ese pie... doloroso, pero igual de doloroso que si se te mete un guijarro dentro de unas zapatillas.
-La "ciencia" del ajuste, ya consigo apañármelas bastante bien, usando dos tipos de ajuste diferente para andar y correr, pero aun no termino de dominarlos del todo, y afrontando desnivel a veces voy muy tirante y otras demasiado holgado; las cintas ATS están sin estrenar aun, cuando me entienda con las normales comenzaré a usarla.
Lo mejor:
-Esa sensación cuando corres con ellas... es difícil de explicar, notas el sol calentando tus pies, el viento acariciando tus dedos, el tacto del huarache en la planta del pie, esa ligereza y comodidad zancada a zancada... el modelo aúna las ventajas de las zapatillas con las sensaciones de correr descalzo.
-La sencillez para eliminar "elementos extraños" (guijarros, abrojos, arena...) que se puedan colocar entre el pie y el huarache, como comente antes; basta con parar un segundo, deslizar un dedo entre pie y huarache para continuar corriendo, nada de atar y desatar cordones ni pelearse con calcetines.
-Como también mencioné, la protección que otorgan es soberbia, he corrido con ellas por terreno técnico, subiendo y bajando campo a través pisando rocas y piedrecitas de todo tipo, abrojos, algunas zarzas... he pasado sobre cristales y asfalto desintegrado en carretera... y ni una molestia, de hecho, no hay ni rastro de esos elementos en la suela del huarache, sin atisbo de desgaste todavía con respecto a los primeros kilómetros.
66,6 kilómetros recorridos |
9 kilómetros recorridos |
Pies tras tirada por montaña |
Con esto quiero también recordar que, aunque estemos totalmente o muy adaptados al minimalismo, si tenemos un parón no podemos volver a correr de golpe, como si nada, la musculatura puede haber perdido fuerza y volver a realizar entrenamientos de gran volumen sin respetar de nuevo una progresión (aunque sea de pocas semanas) puede derivar en molestias o lesiones.
Por el momento y en lo que a mi respecta, vuelvo a coger continuidad entrenando, y disfruto corriendo sin molestias una vez más, espero que durante muchos miles de kilómetros.
¡Un abrazo a todos!
ACTUALIZADO EL 22/05/2015 TRAS 374 KILÓMETROS
Al igual que los comienzos con las Fivefingers, mi experiencia con las Oso ha sido muy progresiva, sin prisa, dejando que pie el pie se adapte a los nuevos requerimientos musculares sin forzar ritmos ni volúmenes.
Inicialmente solo las usé por casa, buscando el ajuste ideal, sin mucho tino, y llegué a pensar en cambiarlas ya que no terminaba de encontrar el ajuste y, o los dedos se me deslizaban por fuera de la zapatilla, o el ajuste de las cintas era tal que me provocaba rozaduras.
Debido a un absceso de grasa que me salió en el dedo gordo justo después de mi cumpleaños (al menos pude "correr" la Maratón de Málaga), hasta después de reyes no pude trotar con ellas por vez primera, con bastantes problemas.
Me hice a las zapatillas a base de largas caminatas, probando el ajuste y reajustándolas durante la marcha hasta que encontraba la posición ideal, y entonces sí pude disfrutar corriendo con ellas.
Una vez dominé el ajuste introduje las cintas "ATS" (All Terrain Strapping", de sencillísimo uso y gran utilidad para las tiradas por montaña, pero que debía reajustar (rápida y cómodamente) después de los pasos técnicos para asegurar la zapatilla.
La temporada iba avanzando, me sentía cada vez más cómodo con las Oso y llegué a plantearme realizar con estas zapatillas la Ultra Trail Tabernas Desert, pero precisamente durante el simulacro de carrera tuve un percance que me hizo cambiar de idea...
En una zona de descenso, no demasiado técnica, tras cubrir 18 kilómetros en poco más de 2 horas tuve un tropiezo y le pegué una patada a una piedra; de haber ido con zapatillas, probablemente, la uña me la hubiese roto igual, pero como con los huaraches el pie va descubierto tuvimos que acabar la sesión por asfalto para que no me entrase polvo y suciedad en la herida.
Aun así y pese a no ser una experiencia muy positiva, me sirvió para, una vez recuperado (al final corrí en Tabernas con las Merrel Trail Glove 3), volver a correr con ellas, de forma cada vez más frecuente y centrándome más en la técnica.
De hecho, desde que hace un mes llegase el verano a la costa del sol (salvo algún día ventoso o fresco), son prácticamente mi único calzado, que comenzaré a simultanear con otros huaraches en breve.
He vuelto a usar las Oso en montaña, pero el "fantasma" de la uña que me rompí me acecha en los tramos técnicos, lo que me hace ir con excesiva precaución, aunque en carriles y senderos llanos o con poco desnivel no ten problema alguno.
La experiencia me ha demostrado que las "pegas" que muchos corredores ponen sobre este tipo de calzado en montaña, salvo que tengas un tropiezo, de lo que no te libra ningún calzado, son infundadas, ya que he recorrido decenas de senderos por las sierras malagueñas, y aparte de con la uña no he tenido ningún problema.
Pese a estar pensadas para la montaña, me va fenomenal con las Oso en asfalto también, aunque aun no me he decidido a competir con ellas; este verano seguro que alguna prueba cae.
No obstante, hay un terreno en el que las Oso sí que me han "fallado", al correr por la orilla de la playa; la arena en sí no es problema, aunque en mi zona suele estar muy batida, pero ni la arena ni las molestas conchitas, que algunas veces se quedan entre la suela y el pie me resultan tan molestas como las olas.
Lo mismo me sucede en rutas donde hay que atravesar arroyos, o en asfalto los días lluviosos o zonas mojadas, ya que, aunque es un alivio y una sensación increíble meter los pies en agua fría en pleno entrenamiento, el ajuste cede muchísimo, lo que me suele obligar a hacer paradas en esos momentos.
Antes de cada sesión le dedico unos minutos antes de salir de casa a conseguir un ajuste óptimo, en el que las cintas están en un punto en el que agarran y mantienen el pie en su sitio.
El problema es que al mojarse, las cintas ceden, por lo que tengo que parar y volver a ajustarlas, causándome a veces heridas abrasivas debido al roce si no doy con la posición ideal.
Pienso que esto podría solucionarse con cintas de material impermeable, aunque esto quizá provoque una sudoración excesiva en las zonas de contacto con la piel; todo sería estudiarlo.
Tras algo más de 300 kilómetros he llegado a la conclusión de que la suela, alma del huarache, es inmortal en este modelo, ya que aunque los elementos que la rodean puedan estropearse, la suela sigue casi como el primer día.
Algunos de sus elementos si acusan un ligero deterioro tras este periodo de tiempo, como la separación de la suela y la entre suela en uno de los huaraches (el otro está impecable), y las cintas, que han comenzado a deshilacharse ligeramente en ambos huaraches.
He comentado estos problemas con otros corredores minimalistas que también usan las Oso con asiduidad y ambos han pasado por lo mismo, pero en el caso de la separación de las capas de la suela, una aplicación de silicona en un caso y pegamento de contacto en otro han resuelto el problema.
En cuanto al desgaste de las tiras, a un compañero le siguen yendo fenomenal, aunque se vean deshilachadas, mientras que otro las ha sustituido por unas nuevas, ¡y a seguir corriendo!
Inicialmente solo las usé por casa, buscando el ajuste ideal, sin mucho tino, y llegué a pensar en cambiarlas ya que no terminaba de encontrar el ajuste y, o los dedos se me deslizaban por fuera de la zapatilla, o el ajuste de las cintas era tal que me provocaba rozaduras.
Debido a un absceso de grasa que me salió en el dedo gordo justo después de mi cumpleaños (al menos pude "correr" la Maratón de Málaga), hasta después de reyes no pude trotar con ellas por vez primera, con bastantes problemas.
Me hice a las zapatillas a base de largas caminatas, probando el ajuste y reajustándolas durante la marcha hasta que encontraba la posición ideal, y entonces sí pude disfrutar corriendo con ellas.
Una vez dominé el ajuste introduje las cintas "ATS" (All Terrain Strapping", de sencillísimo uso y gran utilidad para las tiradas por montaña, pero que debía reajustar (rápida y cómodamente) después de los pasos técnicos para asegurar la zapatilla.
La temporada iba avanzando, me sentía cada vez más cómodo con las Oso y llegué a plantearme realizar con estas zapatillas la Ultra Trail Tabernas Desert, pero precisamente durante el simulacro de carrera tuve un percance que me hizo cambiar de idea...
Uña rota y dedo machacados por una piedra |
Aun así y pese a no ser una experiencia muy positiva, me sirvió para, una vez recuperado (al final corrí en Tabernas con las Merrel Trail Glove 3), volver a correr con ellas, de forma cada vez más frecuente y centrándome más en la técnica.
De hecho, desde que hace un mes llegase el verano a la costa del sol (salvo algún día ventoso o fresco), son prácticamente mi único calzado, que comenzaré a simultanear con otros huaraches en breve.
He vuelto a usar las Oso en montaña, pero el "fantasma" de la uña que me rompí me acecha en los tramos técnicos, lo que me hace ir con excesiva precaución, aunque en carriles y senderos llanos o con poco desnivel no ten problema alguno.
Recorriendo Sierra Blanca con las Luna Sandals Oso, sin incidentes |
La experiencia me ha demostrado que las "pegas" que muchos corredores ponen sobre este tipo de calzado en montaña, salvo que tengas un tropiezo, de lo que no te libra ningún calzado, son infundadas, ya que he recorrido decenas de senderos por las sierras malagueñas, y aparte de con la uña no he tenido ningún problema.
Pese a estar pensadas para la montaña, me va fenomenal con las Oso en asfalto también, aunque aun no me he decidido a competir con ellas; este verano seguro que alguna prueba cae.
211 gramos, lo más ligero que he calzado tras las VFF Bikila LS |
No obstante, hay un terreno en el que las Oso sí que me han "fallado", al correr por la orilla de la playa; la arena en sí no es problema, aunque en mi zona suele estar muy batida, pero ni la arena ni las molestas conchitas, que algunas veces se quedan entre la suela y el pie me resultan tan molestas como las olas.
Lo mismo me sucede en rutas donde hay que atravesar arroyos, o en asfalto los días lluviosos o zonas mojadas, ya que, aunque es un alivio y una sensación increíble meter los pies en agua fría en pleno entrenamiento, el ajuste cede muchísimo, lo que me suele obligar a hacer paradas en esos momentos.
Antes de cada sesión le dedico unos minutos antes de salir de casa a conseguir un ajuste óptimo, en el que las cintas están en un punto en el que agarran y mantienen el pie en su sitio.
El problema es que al mojarse, las cintas ceden, por lo que tengo que parar y volver a ajustarlas, causándome a veces heridas abrasivas debido al roce si no doy con la posición ideal.
Rozadura entre pulgar e índice provocada por un ajuste ineficaz |
Tras algo más de 300 kilómetros he llegado a la conclusión de que la suela, alma del huarache, es inmortal en este modelo, ya que aunque los elementos que la rodean puedan estropearse, la suela sigue casi como el primer día.
324 kilómetros recorridos |
Si hay desgaste no es apreciable aun para el ojo humano... |
Algunos de sus elementos si acusan un ligero deterioro tras este periodo de tiempo, como la separación de la suela y la entre suela en uno de los huaraches (el otro está impecable), y las cintas, que han comenzado a deshilacharse ligeramente en ambos huaraches.
Un par de grietas en uno de los huaraches |
Las tiras, algo deshilachadas |
He comentado estos problemas con otros corredores minimalistas que también usan las Oso con asiduidad y ambos han pasado por lo mismo, pero en el caso de la separación de las capas de la suela, una aplicación de silicona en un caso y pegamento de contacto en otro han resuelto el problema.
En cuanto al desgaste de las tiras, a un compañero le siguen yendo fenomenal, aunque se vean deshilachadas, mientras que otro las ha sustituido por unas nuevas, ¡y a seguir corriendo!
Pasemos a una valoración más específica:
Precio: Rondan 110 euros con los gastos de envío incluidos en la web de luna sandals spain, barato no es, pero visto que la suela está como está (nueva, tras varios meses de uso), estoy seguro de que este es un calzado que se acaba amortizando con creces.
Precio: Rondan 110 euros con los gastos de envío incluidos en la web de luna sandals spain, barato no es, pero visto que la suela está como está (nueva, tras varios meses de uso), estoy seguro de que este es un calzado que se acaba amortizando con creces.
Agarre en montaña: En subida excelente, incluso con piedras sueltas y tierra seca (se podrá desprender al pisar, pero los pies suben seguros); en bajadas muy técnicas no puedo correr con comodidad, pero lo achaco a un ajuste inadecuado, ya que me hace daño el final de la tira que pasa entre los dedos pulgar e índice, seguiré probando combinaciones.
Agarre asfalto: Perfecto, incluso sobre asfalto mojado; sobre superficies lisas puede derrapar un poco yendo sobre mojado a ritmos altos, pero como todo.
Agarre en mojado: El agarre de las Oso en sí va genial en mojado, pero sobre barro una gran cantidad se adhiere a la suela, lastrando las mismas, y si al pisar sobre mojado salpica o el agua moja la suela, echará al traste el ajuste hasta ese momento, ya que las tiras cederán.
Desgaste: Tras más de 300 kilómetros de uso, en las suelas es imperceptible, tiene sus puntos débiles, como he señalado anteriormente, pero la integridad del conjunto no peligra de momento (y espero que tarde en hacerlo).
Impermeabilidad: Secan con gran rapidez, pero otro de sus puntos débiles es que, estando mojadas, el pie se desliza con facilidad dentro del huarache, forzando las tiras al cambiar de dirección o ritmo, lo que hace incómodo su uso durante unos minutos, hasta que se seca.
Transpirabilidad: Sin comentarios, el único lugar por donde podría sudar el pie es por la planta, pero salvo con temperatura ambiente superior a 30 grados no me ha sucedido.
Flexibilidad: La relación flexibilidad-rigidez es prácticamente perfecta, se amolda lo necesario al movimiento del pie, pero se mantiene lo suficientemente firme como para que piedras, rocas, raíces y otros elementos no produzcan daño alguno al correr sobre ellos.
Protección: Realmente buena, salvo algunas piedras afiladas de gran tamaño sobre las que aterricé sin esperármelo (fue doloroso en el momento, pero sin secuelas de ningún tipo), no he sentido daño alguno corriendo sobre ninguna superficie; en asfalto, la protección es hasta excesiva.
Amortiguación: Toda la que el pie necesita, la suela protege, la mediasuela amortigua lo justo y necesario y el pie hace el resto; para eso fue diseñado.
Protección: Realmente buena, salvo algunas piedras afiladas de gran tamaño sobre las que aterricé sin esperármelo (fue doloroso en el momento, pero sin secuelas de ningún tipo), no he sentido daño alguno corriendo sobre ninguna superficie; en asfalto, la protección es hasta excesiva.
Amortiguación: Toda la que el pie necesita, la suela protege, la mediasuela amortigua lo justo y necesario y el pie hace el resto; para eso fue diseñado.
Valoración personal: 8/10
La recomiendo para: Pienso que es un buen calzado para realizar la transición al minimalismo, ya que protege mucho más que las mono o las venado, de la misma marca, y por su fisionomía puede usarse tanto en carretera como en montaña.
La recomiendo para: Pienso que es un buen calzado para realizar la transición al minimalismo, ya que protege mucho más que las mono o las venado, de la misma marca, y por su fisionomía puede usarse tanto en carretera como en montaña.
No la recomiendo para: Corredores acostumbrados al calzado amortiguado tradicional que busquen una zapatilla para entrenar o competir (como calzado casual siempre vienen bien, y en verano, para el día a día), o corredores de climas muy lluviosos, ya que en el modelo que estoy testando, el pie se resbala en mojado (en posteriores modelos, por lo que he leído, se ha solucionado esto).
Esto es todo por el momento, ¡nos vemos corriendo!
ACTUALIZADO EL 09/02/2018 TRAS 429 KILÓMETROS
No he realizado muchos kilómetros con las Oso en estos 3 años ya que pese a ser el primer modelo de sandalias que calcé, no acerté con la talla y me cuesta mucho encontrar un ajuste que no termine haciéndome roces en la zona del pulgar o el talón.
Con otros modelos en apenas un par de kilómetros puedo ajustarlas y se mantienen al poner y quitar mientras que con las Oso (también las cojo muy de vez en cuando), cada vez que quiero correr con ellas una distancia reseñable paso un par de días buscando un ajuste eficaz.
No obstante he hecho un gran descubrimiento gracias a los amigos del grupo de Amigos del Minimalismo, que consiste en que con la ayuda de un tabi de neopreno, las Oso se pueden transformar en un excelente calzado para correr media y alta montaña cuando hay nieve.
Hace varias semanas y en previsión de subir a explorar la sierra con nieve, pedí consejo para correr con huaraches y me recomendaron probar estos escarpines con las sandalias.
Quedé encantado por 2 motivos, el primero, porque pude recorrer la Sierra de las Nieves con temperaturas cercanas y bajo 0 sin problema alguno durante más de 6 horas.
El segundo, porque al llevar el neopreno recubriendo talón y dedos, no tuve ni un solo problema con las cintas al correr.
Es más, al quedar el tabi completamente sujeto al huarache (parecían una prolongación de los mismos), pude correr a buen ritmo por pasos técnicos y bajadas escarpadas sin problema alguno.
Todo esto, claro, sobre nieve polvo, aunque ya he visto unas cadenetas tipo Yacktrack que pueden servir como crampones para correr por hielo... seguiremos informando...
Con otros modelos en apenas un par de kilómetros puedo ajustarlas y se mantienen al poner y quitar mientras que con las Oso (también las cojo muy de vez en cuando), cada vez que quiero correr con ellas una distancia reseñable paso un par de días buscando un ajuste eficaz.
No obstante he hecho un gran descubrimiento gracias a los amigos del grupo de Amigos del Minimalismo, que consiste en que con la ayuda de un tabi de neopreno, las Oso se pueden transformar en un excelente calzado para correr media y alta montaña cuando hay nieve.
Escarpines de surf tipo tabi, 16 euros en Decathlon |
Hace varias semanas y en previsión de subir a explorar la sierra con nieve, pedí consejo para correr con huaraches y me recomendaron probar estos escarpines con las sandalias.
Probando ajustes en casa y funcionamiento con polainas |
Apretando las cintas del tabi en los tobillos evitaba la entrada de nieve al hundirse los pies, evitando el uso de las polainas |
No es lo mismo que correr con huaraches a pelo, pero fue una experiencia muy grata el poder correr con sandalias por nieve |
Todo esto, claro, sobre nieve polvo, aunque ya he visto unas cadenetas tipo Yacktrack que pueden servir como crampones para correr por hielo... seguiremos informando...
Hola Juan, sin animo de ser pesado, estoy revisando tus entradas, y primero felicitarte por el blog. El cual es bastante útil. Disfrutar corriendo y compartiendo en las redes. De forma muy profesional y amena. Lo de las zapatillas para mí como novato ha sido un calvario. Siempre mirando la economía, primero empecé con una marca blanca de la tienda franquicia de turno, después las nike revolution 2 que todavía las uso y finalmente después de leer sobre el minimalismo y el famoso libro y algún que otro que ha caido, cualquiera no se anima. Iba para probar buscando las merrell que tan bien hablaba ValentinSanjuan y compañía, y llegué a encontrarlas a muy buen precio por la red, pero no me atrevía con la talla. Así que finalmente en el nike store de plaza mayor, ví las nike free 3.0 trainer, por lo que veo unas desconocidas, porque buscar algo en la red sobre el drop, reportaje, etc.. es bastante complicado. Por lo que he averiguado son sólo 206 gr. y por ahora no me cambio a zapatillas mas pesadas. Se agarran como un guante y agarran perfectamente, se portaron perfectas en la mlk trail, ya veremos con mas kilómetros, por ahora sólo llevo tres meses con ellas. Y las considero una opción ideal para la transación, aunque nike vende la moto que son como ir descalzo, cosa que dudo. La adaptación a las zapatillas muy bien, aunque como muy bien sabes la técnica es esencial. Me encantaría probar las merrel, five fingers o las huaraches y aprender y disfrutar con las sensaciones. Tiempo al tiempo. Un saludo y ya nos contarás que tal.
ResponderEliminarNada de pesado, en absoluto, ¡es un placer tener movimiento y recibir comentarios!
EliminarLo de comprar online siempre tiene ese problema, yo me la jugué con las Fivefingers y las Luna Sandals, con las primeras genial, las segundas regu al principio pero fui pillándoles el truco... tuve suerte.
El modelo me suena de oídas, pero no he leído tampoco nada sobre él, no parece que haya pegado demasiado fuerte... pero mira, si te va bien, ¡fenomenal! sobre gustos no hay nada escrito y porque una zapatilla sea menos conocida o de marca blanca no significa que sea peor, no tiene nada que ver.
Lo de ir descalzo, desde luego, solo se consigue yendo descalzo, el que venda lo contrario se engaña (y engaña).
Llevo camino de 300 kilómetros con las Luna, ya mismo caerá la evaluación, y precisamente hoy he encargado unas zapas nuevas, que últimamente estoy en racha rompiendo las membranas...
Ya iré contando, como siempre, ¡un placer tenerte por aquí de nuevo!