El año pasado cometí casi todos los errores posibles al afrontar mi debut en esta mítica prueba: entrenamiento insuficiente, falta de experiencia, exceso de material y sin embargo carencia de material fundamental (como las sales), carencia de estrategia, salida el mismo día de la prueba...
Todo ello hizo que en mi primera edición de los 101 kilómetros de Ronda acabase en 17 horas 7 minutos 10 segundos (5 horas 6 minutos los primeros en los primeros 50 kilómetros, 12 horas 11 minutos en los segundos 51), tiempo que estaba dispuesto a pulverizar en esa edición.
Para ello llevaba entrenando desde la semana posterior al día de Reyes, con una planificación específica para rondar las 13 horas, que en su "test" en marzo, a dos meses de la prueba, me dio tan buenísimo resultado en el Ultra Trail Tabernas Desert, en el que pasé por el kilómetro 100 en 14 horas 2 minutos, bajando en más de 3 horas el tiempo que establecí en la pasada edición de los 101.
Para ello llevaba entrenando desde la semana posterior al día de Reyes, con una planificación específica para rondar las 13 horas, que en su "test" en marzo, a dos meses de la prueba, me dio tan buenísimo resultado en el Ultra Trail Tabernas Desert, en el que pasé por el kilómetro 100 en 14 horas 2 minutos, bajando en más de 3 horas el tiempo que establecí en la pasada edición de los 101.
Llegaba preparado, motivado, con un plan de carrera consistente, todo planificado hasta el último detalle y testado en carrera previamente, salvo las sales, ya que al desaparecer del mapa las 5 Electrolytes de Powerbar me decidí por las Salts de 226ers, probadas la semana previa a la competición para ver como asimilaba mi cuerpo el cambio de formato.
Pasaría la noche en un cortijo en Setenil el viernes y el mismo sábado tendría a Mayte y mis padres como grupo de apoyo en carrera, en diversos puntos; nada podía fallar.
Expectante, seguro y motivado, pero con cabeza fría, me dirigí a la salida poco antes de las 8 y media de la mañana, llegando tras aparcar a la cola de entrada al estadio poco después de las 9 y llamando a José, a quien había recogido el dorsal el día anterior.
Allí me encontré con multitud de marchadores conocidos, así como con mi compañero del Club Atletismo Fuengirola José Luis, que por vez primera afrontaba una prueba de distancia superior a maratón.
Mientras charlábamos e intercambiábamos impresiones sobre la aventura que nos esperaba fue avanzando la cola, recibimos el primer sello en nuestro pasaporte y nos adentramos en el estadio de fútbol, donde el ambiente era increíble.
Los primeros 20 minutos dentro del estadio se me pasaron volando, saludando a multitud de amigos y conocidos, del Club Atletismo Fuengirola, Grupo Alpino Benalmádena Irontriath, Amigos del Canal de Puente Genil, Media Trail Mijas, Susmuráis...
Los primeros 20 minutos dentro del estadio se me pasaron volando, saludando a multitud de amigos y conocidos, del Club Atletismo Fuengirola, Grupo Alpino Benalmádena Irontriath, Amigos del Canal de Puente Genil, Media Trail Mijas, Susmuráis...
Y entre otros atletas (los iré mencionando a lo largo de la crónica conforme vaya recordando, fueron muchísimos), quiero destacar a Emilio, de Medrunning, Mark Wooley y Joao Oliveira (ganador de la edición 2013 del Spartathlon), con quienes compartí unos momentos antes de comenzar la prueba.
Gracias a @medrunning por la instantánea |
En las gradas mis padres y Mayte nos animaban, y cuando se abrió el acceso a la zona de salida y entramos en ella, se desvivieron animándome, especialmente mi padre.
Quien me lo iba a decir, el año pasado aun ni le habían diagnosticado el cáncer y no le pude ni contar que iba a participar en la prueba... este año, tras un duro tratamiento y muchos meses de medicación había insistido por activa y por pasiva en acudir, y quería recorrer los últimos kilómetros conmigo; le había comprado una camiseta de legionario para dársela en meta, pero él aun no lo sabía.
La espera tras el arco si se me hizo más larga, ya que pese a haberme puesto crema factor 50 el sol quemaba en la piel, y la espalda se me comenzaba a entumecer por el peso de la mochila (apenas 2 kilos); no sabía como el año pasado pude aguantar la espera con algo más de 5...
José Luis y yo matamos la espera charlando sobre la prueba, entre nosotros y con los compañeros de nuestro alrededor, observando las maniobras del helicóptero de la Guardia Civil y disfrutando del ambiente a nuestro alrededor y en las mismas gradas; era toda una fiesta, solo por vivir ese ambiente merece la pena estar allí, como corredor y como público.
El mundo es un pañuelo, y prueba de ello es que un grupo de corredores que estaban a escasos metros de nosotros me reconocieron, y me comentaron que Cristóbal, el último fichaje del club, es compañero suyo, así que aprovechamos para charlar un rato.
Finalmente, tras los vivas reglamentarios y desearnos suerte entre nosotros, el cohete estalló, dando inicio a una nueva aventura.
A diferencia del año pasado, no tenía nada de nervios, sabía muy bien lo que me esperaba, qué debía hacer y cómo debía correr en cada momento, aunque al pensar en ello sentí un poco de nostalgia al recordar como partía el año pasado, tan iluso pero cargado de energía, hacia lo desconocido; los primeros 50 kilómetros me fue bien, el resto... ya lo conocéis.
Al pasar bajo el arco de salida mis recuerdos se esfumaron y me metí de lleno en la carrera, activé el GPS y comencé a "escurrirme" entre los corredores que avanzaban caminando por delante de mí.
Por los laterales de la marea humana que emanaba del estadio avanzaban varios corredores a buen paso, así que me separé del centro de la Calle Díaz Machuca y entré a buen paso en la Avenida de Málaga.
El primer kilómetro me permitiría salirme un poco de lo establecido a fin de evitar el tapón de la salida, aunque una vez el perfil se neutralizó e incluso lo tuvimos a favor, llegando a la zona peatonal, simplemente con alargar la zancada iba ganando posiciones.
Pasé a Marcos y Ana, del Club Media Trail Mijas, y vislumbré a José Luis a pocos metros, al cual me pegué y recomendé que bajase el ritmo, ya que aun teníamos 99 kilómetros por delante.
La vuelta a la plaza de toros fue una experiencia increíble, si de mi depende, la dejaría fija para todos los años, se me erizaron hasta los vellos de la nuca...
A José Luis le dio una pequeña molestia en una rodilla, pero en cuanto dejamos atrás el Puente Nuevo me pasó como un relámpago, descendiendo a gran velocidad por el empedrado hasta Calle Real; lo fui perdiendo, pero al llegar a la primera subida lo alcancé, ambos andando, y nos pusimos a la par.
Pasamos el primer avituallamiento, sin parar, en 24 minutos, algo más rápido de lo previsto, aunque había ido controlando pulsaciones en la bajada; aun así lo compensé en las posteriores subidas, que realicé andando sin pensármelo mucho (al principio me costó), pero recordando los consejos de Alex Barrera y la experiencia del año pasado, cambié el trote por paso.
Al igual que el año pasado el apoyo del público se hizo patente desde los primeros kilómetros, donde, con la ayuda de mangueras y mesitas nos avituallaban, complementando los no escasos avituallamientos que los caballeros legionarios tenían preparados para nosotros.
Llegamos a la Pista de Ronda a Yunquera (tramo final del HOLE) en 46 minutos, notando bastante ya el calor y quedándose José Luis poco a poco atrás.
Iba bebiendo cada 15 minutos, alternando agua e isotónica y aguantando las pulsaciones, bastante altas aunque el ritmo era el estimado, pero la incesante hilera de corredores que me dejaban atrás me hacían dudar por momentos; no, el ritmo estaba calculado al detalle, y los excesos se pagan con creces más adelante... tenía que mantenerme firme...
El tiempo "de menos" que había invertido en llegar al avituallamiento de la Circunvalación lo había "recuperado" al llegar al Pilar de Coca, que estaba exactamente como lo recordaba; llegué en 1 hora exacta, 1 minuto antes de lo previsto.
Aproveché el pilón para refrescarme, me avituallé y continué la marcha, camino a Navetas.
Ya pocos corredores me adelantaban, sobre todo equipos, como los Balas Perdías o varios "TERLEG", pero nos íbamos cruzando mientras atravesábamos un tramo de "sube y baja" constante.
Me acordé de David, que este año estaría presente en la Transvulcania, y mentalmente le mandé energía positiva, que en este momento rezumaba por todos los poros.
Estaba exultante, habían pasado meses hasta que había llegado el día de la prueba, soñando incluso con ella en estos últimos días, y ahora estaba ya caminando en la parte izquierda de la A-366, llegando al tercer avituallamiento, repleto de energía y clavando los tiempos de paso como un reloj suizo.
La pendiente del puente por el que dentro de varias decenas de minutos descenderíamos estaba colapsada por los ciclistas, que bajaban a muy buen ritmo, muchos de los cuales animaban con fervor, aunque nada comparado con el público en ese tramo, que prácticamente te lleva en volandas.
Notaba calor, más de lo que recordaba del año pasado, pero la brisa que ocasionalmente soplaba ayudaba mucho a refrescarnos, y los ánimos de los corredores y el público que me conocían, de vista o de lectura, me daban alas.
Llegué al avituallamiento de Navetas en 1:29:00 y salí en 1:30:00, clavando de una forma espectacular la previsión.
Seguía con la mirada a los ciclistas en la otra parte del circuito, evadiéndome de la mecánica tarea de avanzar paso a paso, casi flotando sobre el suelo, sin mucho esfuerzo pese a que comenzaba a notar el calor, motivo por el cual cambié el patrón de ingesta de líquidos a 10 minutos en lugar de 15.
No obstante, pese a que no tenía ganas de orinar, notaba que iba asimilando muy bien la estrategia, y los gajos de naranja y trozos de plátano que iba cogiendo de los avituallamientos me estaban sentando fenomenal.
En el tramo de mayor concentración de subidas hacia Ascari me disparé de pulsaciones, así que subí varias pendientes, aunque cortas, andando, perdiendo varias posiciones, pero como el pulso seguía muy alto acabé por silenciar el GPS (aunque continué andando).
Muchos de los corredores que me pasaban se detenían un rato a charlar conmigo, me felicitaban por las crónicas, el blog o por algunos consejos de los que había compartido y retomaban su camino; la sensación todavía se me hace rara, pero he de admitir que da mucha alegría y motivación.
En el descenso hacia el avituallamiento de Ascari (unos grifos donde me refresqué, me tomé la primera pastilla de sales y rellené mi bidón derecho) alargué la zancada y subí un pelín el ritmo, llegando en 2:00:00, 1 minuto antes de lo previsto.
Por ello, rodeando el gran árbol que nos comenzaba a devolver a Navetas (la hilera de corredores avanzando por el otro lado del campo, a varias decenas de metros de nosotros, era espectacular), cambié la carrera por trote hasta que estabilicé las pulsaciones, y seguí a muy buen ritmo.
Prefiero ir bebiendo las sales poco a poco, alternando su ingesta con la de agua, ya que antes de tomar el primer comprimido iba fenomenal, pero en algún tropezón había notado algún dedo un poco acalambrado, y tras tomarla noté como si se me relajase de más todo el cuerpo, perdiendo todo rastro de calambre o fatiga en pocos minutos, pero notándome más lento.
Sin duda prefiero ir poco a poco y controlando la ingesta en cada momento.
Mientras avanzaba "en solitario" envuelto en esos pensamientos (había muchos corredores por delante y por detrás, pero pocos a mi alrededor en ese momento), y de repente escuché unos pasos agitados, avanzando a gran velocidad.
Me adelantó un corredor y se volví y me dijo "errante, como curiosidad, me he metido en el recorrido de las bicis y llevo 6 kilómetros de más ya" y se volvió con una sonrisa, siguiendo su camino; creo que se llamaba Rafa, si mal no recuerdo, desde aquí le mando un saludo y espero que acabase genial sus "107 kilómetros de Ronda".
Las dos tachuelas previas a la bajada se me hicieron más largas de lo esperado, pero como mis tiempos de paso eran una guía, pese a superarlos (no por demasiado tampoco, aunque pasé un par de parciales a 6:40), decidí aguantarme y seguir por pulsaciones; en la segunda mitad tendría tiempo de "recuperar" si iba en condiciones, y eso era lo importante.
Atravesamos un par de "bajadas peligrosas", convenientemente señalizadas, y recordé el resbalón y caída de David el año pasado, justo al final de la misma.
Pese a que avanzaba en compañía de cientos de corredores, muchos de los cuales se paraban a hablar conmigo y animarme, estaba echando de menos la compañía "estable" de algún corredor.
Pensé en Mayte y Jesús Ortigosa, mi entrenador, y rápidamente, en el último ascenso hasta el avituallamiento, les mandé un mensaje a cada uno con mi posición e impresiones hasta el momento de la prueba.
Nada más guardar el móvil, a los pocos metros, me adelantó un grupo de corredores de Maratón Jerez, con los que compartí camino y charla durante varios metros.
Uno de ellos me preguntó, de forma personal, si llevaba algún tipo de grabadora en carrera para acordarme de todo, y medio en serio medio en broma me dijo que no se podía creer que me acordase "de todo" (hay muchas cosas de las que no me acuerdo, aunque quienes me lean no se lo crean, por ejemplo, los nombres de muchos de los corredores con que compartí camino ayer, lo que da coraje porque me gustaría agradecérselo a todos).
Comenzamos a cruzarnos a pocos metros con los corredores que ahora se dirigían hacia Ascari, y vimos entre ellos a... ¡Súper Paco!
Le gritamos ánimos, pero el siguió impertérrito, concentrado en su objetivo y avanzando a muy buen paso, incluso adelantando a varios corredores que se estaban tomando un respiro caminando unos metros.
Antes de despedirnos, ya que ellos llevaban mejor ritmo, uno de los corredores del Maratón Jerez, el que me explicó el por qué de su lema "dolor y victoria", me deseó suerte, y me dijo "de aquí a unos años tú vas a ser más famoso que Súper Paco"
La verdad es que no lo creo, por muchos motivos, pero el mero hecho de compararme con una leyenda como él hizo que hasta se me subiesen los colores, que entre el moreno y el esfuerzo de la carrera disimulé bien.
En el avituallamiento de Navetas, ahora en el lado opuesto, entré en 2:27; eché una ojeada a la chuleta con los tiempos de paso y comprobé, algo preocupado, que había empleado 10 minutos de más (según lo estimado) en llegar a este avituallamiento, pero confiaba en poder "recuperar" el tiempo más adelante.
Me bebí un sorbo de coca cola muy fresquita y un buen buche de isotónica, me refresqué en los grifos de fuera y afronté la bajada a buen ritmo, animado fervientemente tanto por el público como por varios corredores y corredoras que me conocían y avanzaban por el carril opuesto, ascendiendo hacia Ascari.
Por primera vez desde el comienzo de la prueba (ya me estaba empezando a preocupar), y justo en el punto en el que el año pasado paramos David y yo, noté ganas de orinar, así que me eché a un lado en el camino y micioné, apenas unas gotitas amarillas, pero menos era nada; supe que tenía que seguir hidratándome, así que, además de cada 10 minutos, daba un pequeño sorbito de vez en cuando, más que nada para refrescarme la boca, aprovechando para remojarme cabeza y cuello también.
Gracias a Mayte Córdoba por la instantánea |
Por primera vez desde el comienzo de la prueba (ya me estaba empezando a preocupar), y justo en el punto en el que el año pasado paramos David y yo, noté ganas de orinar, así que me eché a un lado en el camino y micioné, apenas unas gotitas amarillas, pero menos era nada; supe que tenía que seguir hidratándome, así que, además de cada 10 minutos, daba un pequeño sorbito de vez en cuando, más que nada para refrescarme la boca, aprovechando para remojarme cabeza y cuello también.
Recordé, al pasar bajo la A-367, en paralelo a la vía del tren (qué largo se hace ese tramo, sin un solo resguardo contra el sol), que el año pasado por ese punto aproximadamente a David y a mí comenzó a afectarnos la fatiga y realizamos algún tramo andando; este año estaba realizando de esa forma únicamente los ascensos, y porque me lo había planteado así, pero para nada me notaba fatigado o falto de fuerzas, y el mero recuerdo de las sensaciones del año pasado me reconfortaban, ¡tenía la marca a tiro!
Llegué al avituallamiento de Parchite en 2:42, 8 minutos más lento de lo previsto, pero recortando 2 sin demasiado esfuerzo con respecto al tramo anterior; bebí profusamente, me refresqué, cabeza, cuello, brazos y piernas, y continué, a buen ritmo.
Pillé un tramo con bastante brisa a favor y noté un alivio inmenso al sentir como bajaba mi temperatura corporal; estaba corriendo a gusto y disfrutando, parecía un sueño.
Iba tan a gusto que en ese tramo me confié un poco, y aprovechando la bajada a placer, aunque me pasé un poco de pulsaciones, alargué la zancada y pasé un par de parciales a ritmos cercanos a 4 minutos el kilómetro.
La gente en Arriate, como en todos los pueblos de paso e incluso caminos y cruces, estaba volcada con la prueba, animando, ofreciendo agua e incluso regándonos a manguerazos en la salida del pueblo.
Instantánea a la salida de Arriate cedida por Marta, de Medrunning |
Fui atento por si veía a mi familia, pero como sospechaba no les había dado tiempo a llegar a Arriate, lo que confirmé en la cuesta de subida en la Pista de Ronda vía email.
También hablé con Jesús Ortigosa, al que comenté que estaba haciendo mucho calor y veía difícil mantener el ritmo para hacer marca, aunque no se podía decir que no lo iba a intentar.
Del kilómetro 31 al 36 subí andando a buen paso, aprovechando para darle un bocado a la primera barrita de plátano (llevaba 3, una de almuerzo, una de merienda y una de cena), y beber a pequeños sorbitos hasta vaciar por completo el botellín de agua.
Llegué al Cortijo del Marqués en 3:13, 6 minutos más lento de lo previsto, pero a buen paso; aun así, la subida hasta el Cortijo Polear se me hizo eterna, gastando nuevamente mi recién rellenado bidón derecho de agua en ese mismo tramo, así como el izquierdo, de bebida isotónica.
No sabía que me pasaba, pero aun así tenía muchísima sed, y aunque tenía ganas de orinar, me aparté un momento del camino y no fui capaz de miccionar, notaba una punzada en el costado derecho; desistí y continué, con ganas de llegar al avituallamiento.
Al Cortijo del Polear llegué en 3:56, recuperando un minuto al margen de tiempo, ya que me preocupaba que pese a beber tanto siguiese con una sensación de sed acuciante y no orinase nada.
Pasé varios minutos ahí, aprovechando para tomarme el segundo comprimido de sales (que me costó una barbaridad tragarme en esta ocasión), y, con la boca pastosa y como hinchada, me refresqué tanto por dentro como por fuera y recargué las provisiones.
Además, avisé a Mayte de que tardaría un poco más en llegar a Alcalá (habíamos quedado allí), ya que había parado a recargar, y cuando estuve preparado, dejé atrás el avituallamiento, muy sofocado.
Me notaba hinchado, me molestaba la banda del GPS en el pecho y hasta el ajuste ventral de la mochila, y cuando intenté recuperar la marcha noté que me flaqueaban las piernas.
No estaban fatigadas ni acalambradas, simplemente las notaba como sin fuerzas, mientras la sensación de malestar estomacal iba en aumento.
Un kilómetro después de dejar el avituallamiento el malestar se tornó en fatiga, y con unas ganas de vomitar enorme me retiré a la derecha del camino, entre los árboles, y traté de orinar nuevamente, para ver si bajaba la presión; no pude, pero me el esfuerzo me sirvió para ir al baño, y, mucho más aliviado aunque aun con fatiga, volví al camino.
Me preocupé bastante, ya que pese a ir a un ritmo de trote cochinero (7:30 minutos el kilómetro, mucho más lento de lo previsto), iba a cerca de 170 pulsaciones, y cada zancada, con las piernas cada vez más pesadas, me provocaba ganas de vomitar.
Intenté evadirme y pensar en otra cosa, y de repente, escuché una voz conocida que decía "... y entonces, en el kilómetro 38, me encontré con mis amigos Marcos y Ana, de Mijas..."
Era Marcos, que me animó y preguntó como iba; le comenté lo del estómago y me dio ánimos y conversación, así que traté de pegarme a ellos.
Lo conseguí hasta pasado el camión cisterna de la CA-9122, cuyo refrescón me vino fenomenal, pero la fatiga era ya tal en ese punto que no me permitía ni caminar.
Me quité la banda del pulsómetro unos instantes, y el alivio fue inmenso, pero a mi pesar, me la volví a poner, ya que al quitármela, pese a ir andando, iba a 160 pulsaciones, lo que, unido al hecho de no orinar, me tenía preocupado de verdad, y cada vez más.
Notaba la boca súper seca e hinchada, el estómago completamente revuelto, y un dolor agudo en ambos costados, especialmente el derecho.
A pesar de tener muchísima sed y beber frecuentemente, no solo no se me quitaba la sensación de sed, sino que además la fatiga aumentaba.
Pude llegar intercalando trote y marcha al avituallamiento del Cortijo de la Manga, en 4:50, 12 minutos más lento de lo previsto y sufriendo como no recordaba en mucho tiempo.
En el tramo final de mi debut en la Ánimal Súper Trail del año pasado pude llegar a sentirme casi tan mal como en esos momentos, pero cada paso iba a peor y a peor, hasta el punto de convertirse con creces en el peor momento que he pasado corriendo en mi vida.
Ya había perdido toda esperanza de hacer marca, y de hecho, no sabía si quiera si sería capaz de llegar al siguiente avituallamiento.
Me notaba totalmente sofocado, muerto de sed, con unas ganas de vomitar inmensa y una fatiga estomacal increíble; en varios momentos me subió bilis a la boca, pero no venía acompañada de ganas de vomitar, así que simplemente la escupía sin más, notando un fuerte dolor en el costado derecho al escupir.
Sabía que tenía que seguir bebiendo, pero cada vez me costaba más, y ya no era si quiera capaz de marchar; me desabroché la mochila y ensanché ligeramente la banda del pulsómetro, notando un alivio increíble, aunque seguía queriendo que la tierra me tragase antes que seguir aguantando semejante calvario.
Ya ni en las cuestas abajo podía correr, y de hecho, cada pocos metros me veía obligado a pararme a la sombra.
Muchos corredores me reconocían al pasar y me daban las gracias por mis entradas sobre la prueba, algunos sorprendidos de verme en ese estado, pero ya me costaba hasta razonar adecuadamente y explicarme qué era lo que sentía.
Algunos me ofrecieron agua, sales, isotónica, dátiles... pero no me pasaba nada, así que lo rechazaba todo agradecido mientras les deseaba fuerza y suerte en la prueba.
Estaba casi seguro de que se trataba solo de un bajón psicológico acentuado por el calor y el peso psicológico de ver alejarse la marca por la que llevaba meses luchando, pero la parte más profunda de mi ser sabía que no era así...
En el kilómetro 45 tomé la decisión; estaba pasando uno de los peores momentos de mi vida, físicamente estaba machacado y anímicamente más aún, ya sin ninguna ilusión ni esperanza para recuperarme, aunque cada pocos metros probase a trotar de nuevo, infructuosamente.
Escribí a Mayte lo siguiente:
En otras condiciones posiblemente me hubiese hartado de llorar, pero apenas me quedaban fuerzas, consumidas de repente en cosa de 5 kilómetros, y sabía que tenía que llegar cuando antes, ya que de complicarse las molestias posiblemente necesitaría hasta asistencia; recordaba la evacuación de Julio, compañero del Club Atletismo Fuengirola en los 101, años atrás, que acabó con un ingreso hospitalario de varios días debido a un fallo renal.
Aunque intentaba alejar esos pensamientos de mi mente, pocos diagnósticos a mi estado se me ocurrían, aunque por más que buscaba lógica al por qué en ese momento y en ese día, no encontraba sentido.
Había seguido la estrategia que tantas veces me había funcionado, ingerido los productos de siempre, regulado el ritmo...
Me acordé de que llevaba geles con cafeína, y haciendo de tripas corazón, me tomé uno poco a poco, con agua, para ver si al menos conseguía llegar antes a Alcalá.
Craso error, me sentó aun peor añadir más carga al estómago, y ya descarté totalmente incluso trotar.
Fui charlando con un grupo en el que a uno de sus componentes le había pasado lo mismo, pero me descolgué porque ya hasta caminar me costaba.
Tardé prácticamente 1 hora en llegar a la entrada de Alcalá, donde, ante la proximidad de la evacuación y los ánimos de los corredores que me reconocían, me animé incluso a trotar un poco.
En pleno descenso me encontré con "El Último Bandolero", con quien coincidí en la bajada a Ojén en el II CxM Sierra Blanca, charlamos brevemente e incluso nos echamos una fotografía, pero en la misma entrada a Alcalá pagué el repentino sobreesfuerzo y me tuve que parar, sin aliento y con el corazón totalmente desbocado, a sentarme a descansar a la sombra en la parte derecha de la entrada al pueblo.
No quería preocupar a mi familia más de lo que estaban, así que les mandé un mensaje:
Tras un par de minutos recuperándome empecé a marchar, luego a trotar, y por último a correr; vi a Mayte con la cámara en la mano y a mi padre entre el público, les dije que iba al avituallamiento y al control y me retiraba.
Bebí profusamente en el avituallamiento, pasé andando el control, con mi padre, me puse en la acera y me quité el dorsal; ya estaba hecho.
6:24:06 en llegar al avituallamiento de Alcalá del Valle, 1 hora y 16 minutos más que el año pasado y en mucho peor estado; si hubiese tenido fuerzas, definitivamente, hubiese roto a llorar, pero el apoyo de mi familia hizo que me concentrase en seguir bebiendo, descalzarme y quitarme la ropa y centrarme en mis sensaciones para ver como estaba.
Vimos pasar a Félix, a muy buen paso, y se me cogió un nudo en la garganta, aunque las lágrimas seguían a raya.
Tras unos minutos sentado y bebiendo recobré las fuerzas y fui andando al coche, descalzo, notando el frescor de la carretera en los tramos de sombra y concentrándome en esa agradable sensación.
4 horas después, tras ingerir un litro de agua, uno de isotónica y dos jarras de leche con cacao, por fin pude orinar, escasamente, de color amarillo intenso y con fuerte olor, pero el dolor en los costados había desaparecido; no así las molestias en el estómago, que hasta que no cené, luchando contra mi fatiga, no se mitigaron.
Después de cenar pude miccionar de nuevo, como hasta ese momento, pero al menos, comenzaba a orinar; estaba más preocupado por mi integridad física que por la carrera, lo que creo que es una de las cosas más positivas que podría haber hecho, posiblemente hace un año hubiese acabado aunque llegase arrastrándome.
Durante la noche no paraba de ir y venir a la nevera, preocupado ya que de vez en cuando notaba pulsaciones en el costado derecho, peor pese a vaciar una botella de 2 litros de isotónica (a medias) y un botellín de agua (entero), no conseguí miccionar hasta después del desayuno, en una noche de escaso sueño.
Hoy ya he retomado la actividad urinaria casi normal, aunque sigo orinando muy poco pese a beber en ingentes cantidades y el color sigue siendo amarillo intenso, pero la fatiga no ha vuelto, ni el dolor en los costados.
Estos 49 y pico kilómetros me han dejado factura, no física, ya que salvaguardando los problemas con los riñones (me dicen compañeros que entienden que posiblemente sufrí una insuficiencia renal aguda), no tengo apenas molestias en piernas, espalda ni ninguna parte del cuerpo, estoy cansado por las horas corriendo, caminando y andando y por la fatiga del no dormir, pero podría hoy si quisiese.
Como le comenté a Emilio este mediodía, no estoy atravesando una crisis existencial porque por suerte, aunque es un gran pilar, mi vida no se sustenta en el correr (llevo para adelante estudios, oposiciones, trabajos esporádicos, pareja, amigos...), pero mentiría si dijese que no me ha afectado esta prueba.
Ha sido mi tercer abandono, el primero, el Ultra Trail Andorra Vallnord Mític, por falta de sueño y fatiga acumulada, el segundo, el Desafío del Tinto Ultra Trail, neutralizado por sufrir condromalacia rotuliana, y este el tercero.
Dos abandonos y una neutralización en 3 ultras en un año; da que pensar, especialmente después de pasar tantísimas horas entrenándolos y planificándolos.
Si fuese de improvisto o sin entrenar podría tener un pase, pero me he dado cuenta de que no puedo seguir así, por lo que he tomado varias decisiones.
La primera, olvidarme de marcas y tiempos de paso hasta que me apetezca de nuevo, seguiré corriendo, por supuesto, pero no me preocuparé por tiempos ni ritmos; correré por sensaciones y pulsaciones.
La segunda, espaciar más las competiciones; aun no me he puesto a indagar a fondo en las causas de la insuficiencia renal aguda en deportistas, pero intuyo que la falta de descanso puede tener mucho que ver, unida a las altas temperaturas y ritmos exigentes (aunque estuviese preparado para ello).
La tercera, que sigo meditando muy mucho, es dejar la larga distancia un tiempo, aunque sé que lo echaré mucho de menos.
De momento no me inscribiré ni en la Subida Internacional al Veleta, mi objetivo para el verano, ni a los 100 kilómetros de Madrid-Segovia, mi objetivo para el otoño junto a la Maratón de Murcia, en la que ya tengo claro que tampoco participaré, perdiéndomela por segundo año consecutivo.
Entrenaré bien para el Euráfrica Long Trail en Octubre, y quizás realice alguna competición de larga distancia pasado el verano, pero no será una prioridad; el maratón de Málaga si lo correré, vuelve a coincidir con mi cumpleaños y será un día especial, pero consideraré muy bien las competiciones que excedan la media maratón de ahora en adelante.
De momento participaré en las populares que me vengan bien en el calendario y me pillen cerca, y en una prueba que tengo ya pagada en junio, por parejas, pero si mi compañero quiere, nos la tomaremos como un entreno de calidad, ya que ahora mismo no me seduce la idea de competir "en serio".
Me "abre las carnes" la de muestras de apoyo que he recibido en las últimas horas, y eso que muy pocos saben de mi abandono... sois muy grandes, enormes, no sabéis la suerte que tengo al conoceros.
Muchos me decís, con razón, que una retirada a tiempo es una victoria, que tengo muchísimos años por delante para correr y que carreras hay todos los días.
Intento consolarme con ello, pero los 101 no son "una carrera", son "la carrera", una vez al año el año que consigues dorsal, y me duele en el alma no haber podido con esta segunda participación, en la que nada podía fallar.
Me tomaré unos días para descansar, reflexionar y dedicar tiempo a otros menesteres, pero cuando encuentre un ratito seguiré compartiendo inquietudes, noticias y demás a través del blog, aunque por las redes sociales posiblemente no esté tan activo.
Tengo que dar la enhorabuena:
-Todos los corredores, ciclistas y duatletas; ya con tomar parte en la línea de salida demostráis estar hechos de otra pasta.
-Al público, por su incansable apoyo.
-A los legionarios y voluntarios de todos los cuerpos, militares y civiles, por organizar el mejor ultra trail de España.
-Y por último y especialmente, a mi familia, amigos y mi prometida, Mayte, la roca a la que siempre puedo agarrarme cuando pierdo el rumbo.
No pude darle la camiseta a mi padre en los últimos kilómetros de la prueba, pero se la entregué en el cortijo; tengo la impresión de que algún año recorreremos la prueba juntos, aunque de momento, bastante tiene con salir vencedor en su ultra contra el cáncer.
Muchas gracias a todos por haber dedicado estos minutos a compartir mis experiencias sobre la prueba.
Gracias, de corazón.
Lo conseguí hasta pasado el camión cisterna de la CA-9122, cuyo refrescón me vino fenomenal, pero la fatiga era ya tal en ese punto que no me permitía ni caminar.
Me quité la banda del pulsómetro unos instantes, y el alivio fue inmenso, pero a mi pesar, me la volví a poner, ya que al quitármela, pese a ir andando, iba a 160 pulsaciones, lo que, unido al hecho de no orinar, me tenía preocupado de verdad, y cada vez más.
Notaba la boca súper seca e hinchada, el estómago completamente revuelto, y un dolor agudo en ambos costados, especialmente el derecho.
A pesar de tener muchísima sed y beber frecuentemente, no solo no se me quitaba la sensación de sed, sino que además la fatiga aumentaba.
Pude llegar intercalando trote y marcha al avituallamiento del Cortijo de la Manga, en 4:50, 12 minutos más lento de lo previsto y sufriendo como no recordaba en mucho tiempo.
En el tramo final de mi debut en la Ánimal Súper Trail del año pasado pude llegar a sentirme casi tan mal como en esos momentos, pero cada paso iba a peor y a peor, hasta el punto de convertirse con creces en el peor momento que he pasado corriendo en mi vida.
Ya había perdido toda esperanza de hacer marca, y de hecho, no sabía si quiera si sería capaz de llegar al siguiente avituallamiento.
Me notaba totalmente sofocado, muerto de sed, con unas ganas de vomitar inmensa y una fatiga estomacal increíble; en varios momentos me subió bilis a la boca, pero no venía acompañada de ganas de vomitar, así que simplemente la escupía sin más, notando un fuerte dolor en el costado derecho al escupir.
Sabía que tenía que seguir bebiendo, pero cada vez me costaba más, y ya no era si quiera capaz de marchar; me desabroché la mochila y ensanché ligeramente la banda del pulsómetro, notando un alivio increíble, aunque seguía queriendo que la tierra me tragase antes que seguir aguantando semejante calvario.
Ya ni en las cuestas abajo podía correr, y de hecho, cada pocos metros me veía obligado a pararme a la sombra.
Muchos corredores me reconocían al pasar y me daban las gracias por mis entradas sobre la prueba, algunos sorprendidos de verme en ese estado, pero ya me costaba hasta razonar adecuadamente y explicarme qué era lo que sentía.
Algunos me ofrecieron agua, sales, isotónica, dátiles... pero no me pasaba nada, así que lo rechazaba todo agradecido mientras les deseaba fuerza y suerte en la prueba.
Estaba casi seguro de que se trataba solo de un bajón psicológico acentuado por el calor y el peso psicológico de ver alejarse la marca por la que llevaba meses luchando, pero la parte más profunda de mi ser sabía que no era así...
En el kilómetro 45 tomé la decisión; estaba pasando uno de los peores momentos de mi vida, físicamente estaba machacado y anímicamente más aún, ya sin ninguna ilusión ni esperanza para recuperarme, aunque cada pocos metros probase a trotar de nuevo, infructuosamente.
Escribí a Mayte lo siguiente:
En otras condiciones posiblemente me hubiese hartado de llorar, pero apenas me quedaban fuerzas, consumidas de repente en cosa de 5 kilómetros, y sabía que tenía que llegar cuando antes, ya que de complicarse las molestias posiblemente necesitaría hasta asistencia; recordaba la evacuación de Julio, compañero del Club Atletismo Fuengirola en los 101, años atrás, que acabó con un ingreso hospitalario de varios días debido a un fallo renal.
Aunque intentaba alejar esos pensamientos de mi mente, pocos diagnósticos a mi estado se me ocurrían, aunque por más que buscaba lógica al por qué en ese momento y en ese día, no encontraba sentido.
Había seguido la estrategia que tantas veces me había funcionado, ingerido los productos de siempre, regulado el ritmo...
Me acordé de que llevaba geles con cafeína, y haciendo de tripas corazón, me tomé uno poco a poco, con agua, para ver si al menos conseguía llegar antes a Alcalá.
Craso error, me sentó aun peor añadir más carga al estómago, y ya descarté totalmente incluso trotar.
Fui charlando con un grupo en el que a uno de sus componentes le había pasado lo mismo, pero me descolgué porque ya hasta caminar me costaba.
Tardé prácticamente 1 hora en llegar a la entrada de Alcalá, donde, ante la proximidad de la evacuación y los ánimos de los corredores que me reconocían, me animé incluso a trotar un poco.
En pleno descenso me encontré con "El Último Bandolero", con quien coincidí en la bajada a Ojén en el II CxM Sierra Blanca, charlamos brevemente e incluso nos echamos una fotografía, pero en la misma entrada a Alcalá pagué el repentino sobreesfuerzo y me tuve que parar, sin aliento y con el corazón totalmente desbocado, a sentarme a descansar a la sombra en la parte derecha de la entrada al pueblo.
No quería preocupar a mi familia más de lo que estaban, así que les mandé un mensaje:
Tras un par de minutos recuperándome empecé a marchar, luego a trotar, y por último a correr; vi a Mayte con la cámara en la mano y a mi padre entre el público, les dije que iba al avituallamiento y al control y me retiraba.
Bebí profusamente en el avituallamiento, pasé andando el control, con mi padre, me puse en la acera y me quité el dorsal; ya estaba hecho.
6:24:06 en llegar al avituallamiento de Alcalá del Valle, 1 hora y 16 minutos más que el año pasado y en mucho peor estado; si hubiese tenido fuerzas, definitivamente, hubiese roto a llorar, pero el apoyo de mi familia hizo que me concentrase en seguir bebiendo, descalzarme y quitarme la ropa y centrarme en mis sensaciones para ver como estaba.
Vimos pasar a Félix, a muy buen paso, y se me cogió un nudo en la garganta, aunque las lágrimas seguían a raya.
Tras unos minutos sentado y bebiendo recobré las fuerzas y fui andando al coche, descalzo, notando el frescor de la carretera en los tramos de sombra y concentrándome en esa agradable sensación.
4 horas después, tras ingerir un litro de agua, uno de isotónica y dos jarras de leche con cacao, por fin pude orinar, escasamente, de color amarillo intenso y con fuerte olor, pero el dolor en los costados había desaparecido; no así las molestias en el estómago, que hasta que no cené, luchando contra mi fatiga, no se mitigaron.
Después de cenar pude miccionar de nuevo, como hasta ese momento, pero al menos, comenzaba a orinar; estaba más preocupado por mi integridad física que por la carrera, lo que creo que es una de las cosas más positivas que podría haber hecho, posiblemente hace un año hubiese acabado aunque llegase arrastrándome.
Durante la noche no paraba de ir y venir a la nevera, preocupado ya que de vez en cuando notaba pulsaciones en el costado derecho, peor pese a vaciar una botella de 2 litros de isotónica (a medias) y un botellín de agua (entero), no conseguí miccionar hasta después del desayuno, en una noche de escaso sueño.
Hoy ya he retomado la actividad urinaria casi normal, aunque sigo orinando muy poco pese a beber en ingentes cantidades y el color sigue siendo amarillo intenso, pero la fatiga no ha vuelto, ni el dolor en los costados.
Estos 49 y pico kilómetros me han dejado factura, no física, ya que salvaguardando los problemas con los riñones (me dicen compañeros que entienden que posiblemente sufrí una insuficiencia renal aguda), no tengo apenas molestias en piernas, espalda ni ninguna parte del cuerpo, estoy cansado por las horas corriendo, caminando y andando y por la fatiga del no dormir, pero podría hoy si quisiese.
Como le comenté a Emilio este mediodía, no estoy atravesando una crisis existencial porque por suerte, aunque es un gran pilar, mi vida no se sustenta en el correr (llevo para adelante estudios, oposiciones, trabajos esporádicos, pareja, amigos...), pero mentiría si dijese que no me ha afectado esta prueba.
Ha sido mi tercer abandono, el primero, el Ultra Trail Andorra Vallnord Mític, por falta de sueño y fatiga acumulada, el segundo, el Desafío del Tinto Ultra Trail, neutralizado por sufrir condromalacia rotuliana, y este el tercero.
Dos abandonos y una neutralización en 3 ultras en un año; da que pensar, especialmente después de pasar tantísimas horas entrenándolos y planificándolos.
Si fuese de improvisto o sin entrenar podría tener un pase, pero me he dado cuenta de que no puedo seguir así, por lo que he tomado varias decisiones.
La primera, olvidarme de marcas y tiempos de paso hasta que me apetezca de nuevo, seguiré corriendo, por supuesto, pero no me preocuparé por tiempos ni ritmos; correré por sensaciones y pulsaciones.
La segunda, espaciar más las competiciones; aun no me he puesto a indagar a fondo en las causas de la insuficiencia renal aguda en deportistas, pero intuyo que la falta de descanso puede tener mucho que ver, unida a las altas temperaturas y ritmos exigentes (aunque estuviese preparado para ello).
La tercera, que sigo meditando muy mucho, es dejar la larga distancia un tiempo, aunque sé que lo echaré mucho de menos.
De momento no me inscribiré ni en la Subida Internacional al Veleta, mi objetivo para el verano, ni a los 100 kilómetros de Madrid-Segovia, mi objetivo para el otoño junto a la Maratón de Murcia, en la que ya tengo claro que tampoco participaré, perdiéndomela por segundo año consecutivo.
Entrenaré bien para el Euráfrica Long Trail en Octubre, y quizás realice alguna competición de larga distancia pasado el verano, pero no será una prioridad; el maratón de Málaga si lo correré, vuelve a coincidir con mi cumpleaños y será un día especial, pero consideraré muy bien las competiciones que excedan la media maratón de ahora en adelante.
De momento participaré en las populares que me vengan bien en el calendario y me pillen cerca, y en una prueba que tengo ya pagada en junio, por parejas, pero si mi compañero quiere, nos la tomaremos como un entreno de calidad, ya que ahora mismo no me seduce la idea de competir "en serio".
Me "abre las carnes" la de muestras de apoyo que he recibido en las últimas horas, y eso que muy pocos saben de mi abandono... sois muy grandes, enormes, no sabéis la suerte que tengo al conoceros.
Muchos me decís, con razón, que una retirada a tiempo es una victoria, que tengo muchísimos años por delante para correr y que carreras hay todos los días.
Intento consolarme con ello, pero los 101 no son "una carrera", son "la carrera", una vez al año el año que consigues dorsal, y me duele en el alma no haber podido con esta segunda participación, en la que nada podía fallar.
Me tomaré unos días para descansar, reflexionar y dedicar tiempo a otros menesteres, pero cuando encuentre un ratito seguiré compartiendo inquietudes, noticias y demás a través del blog, aunque por las redes sociales posiblemente no esté tan activo.
Tengo que dar la enhorabuena:
-Todos los corredores, ciclistas y duatletas; ya con tomar parte en la línea de salida demostráis estar hechos de otra pasta.
-Al público, por su incansable apoyo.
-A los legionarios y voluntarios de todos los cuerpos, militares y civiles, por organizar el mejor ultra trail de España.
-Y por último y especialmente, a mi familia, amigos y mi prometida, Mayte, la roca a la que siempre puedo agarrarme cuando pierdo el rumbo.
No pude darle la camiseta a mi padre en los últimos kilómetros de la prueba, pero se la entregué en el cortijo; tengo la impresión de que algún año recorreremos la prueba juntos, aunque de momento, bastante tiene con salir vencedor en su ultra contra el cáncer.
Muchas gracias a todos por haber dedicado estos minutos a compartir mis experiencias sobre la prueba.
Gracias, de corazón.
Definición de maestro :Persona que enseña o forma, especialmente aquella de la que se reciben enseñanzas muy valiosas. Para mí hoy, te has ganado ese título.
ResponderEliminar¡Muchas gracias Jorge!
EliminarCuriosamente opositaré en poco más de un mes al cuerpo de maestros andaluces (otro ultra al que hay que echarle muchas horas...), con mensajes así no aprobar no entra como opción.
En el plano deportivo toca descansar y reflexionar, ya habrá más oportunidades; gracias por pasarte por aquí ;)
Eres una maquina, coño! no te fustigues tanto y quiérete un poco mas. Me atrevo a decirte que entre todo lo que llevas "p'alante" tendrías que encontrar un rato realmente para ti, sentarte en Zazen. Salud y nos vemos por el monte.
ResponderEliminar¡Muchas gracias compañero!
EliminarEres un fenómeno y demasiado auto exigente, me encanta tu poder de análisis y transmisión del conocimiento. Esta espinita que se te ha quedado en lo más profundo será tu fuente de motivación inagotable para cuando lo vuelvas a intentar. Bienvenido al run4fun, póngase usted cómodo porque aquí se está muy muy bien y quizás solo quizás no quieras salir jamás de ella. Un fuerte abrazo de @surman1
ResponderEliminar¡Muchas gracias Surman!
Eliminar¿Cómo te fue? Espero que nos veamos pronto por alguna popular de la provincia.
¡Un abrazo!
Buenos días Juan: (por cierto no sé si prefieres Juan Andrés)
ResponderEliminarLo siento mucho, pero como ya te habrán dicho muchos la salud es lo primero. Eres un máquina, de hecho durante la carrera coincidí con un par de corredores que uno de ellos también te leía y estuvimos charlando sobre lo máquina que eres y como disfrutamos leyendo tus crónicas. Me acordé mucho de tí y de tu crónica del año pasado durante la carrera. ERES UN MAQUINA
Un abrazo
PD ¿donde se buscan las fotos y las videos de la llegada?
Juan está bien, es más corto ;)
EliminarMuchísimas gracias José María, ¡es un orgullo conocer a tan buenos deportistas y buenas personas gracias a este rincón de la web!
De momento no he encontrado hilos "oficiales", pero en el grupo de Facebook "101 kilómetros de ronda" y "101 kilómetros de ronda 2015" varios particulares están subiendo fotos, y en sopa pa' correr mi amigo Fernando ha subido varias (http://sopaparacorrer.blogspot.com.es/2015/05/fotos-101km-ronda.html).
Gracias a Mayte tengo personalmente un buen reportaje de Alcalál del Valle (casi 150 fotos), este medio día publicaré la galería, están subiéndose aún.
¡Un abrazo!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMucho ánimo Juan Andrés,eres un máquina y te quedan muchas carreras por terminar.Te entiendo perfectamente,es más, me parece haber leído casi mi propia crónica de la carrera,participé en el 2013 finalizándola en unas 17 horas,con episodios de vómitos desde el km 55 achacados a la ingesta de geles sin diluir (error de bulto) pero baje el ritmo y pude finalizar.Este año me he tenido que retirar al igual que tu el Alcalá del Valle,acabé en el centro de salud un par de horas con sueros puestos,desde el principio me notaba altisimo de pulsaciones,y pasado la cuesta de Arriate los vómitos ya no me abandonaron.Creo que el calor este año ha sido demasiado y que cualquier pequeño error de ritmo o planificación suponía entrar en un bucle de malestar y abandono y que esas mismas altas temperaturas no favorecían su mejora si no todo lo contrario.Mucho ánimo y en la siguiente carrera si coincidimos te saludaré y me presentaré como colega de infortunio ;)
ResponderEliminarEspero, antes de nada que estés mejor Sergio, por suerte no necesité atención médica, pero entiendo tus sensaciones en esta edición...
EliminarAl menos hemos aprendido de la experiencia y sabemos qué no ha funcionado de cara a futuras ediciones, siempre tenemos que quedarnos con lo más positivo de cada experiencia, aunque la experiencia en sí sea horrible...
¡Mucho ánimo y nos vemos en otra!
¡Un abrazo!
Gracias Juan ya estoy mejor fisicamente,ahora toca recuperar la cabeza,como dices nos quedaremos con lo positivo e intentaremos no cometer los mismos fallos.
EliminarNos vemos en la siguiente ¡un abrazo crack!
¡Un abrazo Sergio, ánimo y paciencia, que nos hará falta!
EliminarNo nos conocemos pero te leo casi con devoción. Yo soy de .los que termino más allá de las 20 horas y paso un año entrenando solo para estar en mayo en Ronda. Leerte nos da fuerzas y ánimo para continuar así que tienes que seguir escribiendo tus relatos para nosotros¡¡ Mucho ánimo eres un verdadero crack¡¡
ResponderEliminarGracias compañero, ¡una gran fuente de motivación (e inspiración) son mensajes de apoyo como este!
EliminarEs duro tener que abandonar sin remedio después de tanto esfuerzo y planificación,
ResponderEliminaryo también la hice en más de 20 horas pero me ha ayudado mucho leer tus experiencias,
sigue así, lo que haces genera conocimiento y eso es muy valioso para el resto del mundo.
y colega no te hundas ni te comas el tarro, ya quisieran la mayoría estar en tu situación de forma física y logros conseguidos. pero ya se que se quiere aquello que no se tiene y no se valora lo que es o tiene, o al menos hasta que se pierde.
Muchísimas gracias Máximo, me alegra muchísimo que de una forma u otra haya contribuido (mínimamente) a que algunos hayáis podido dar lo mejor de vosotros mismos en una prueba tan dura.
EliminarAhora con varios días de margen ni me planteo si fue o no la mejor decisión esa retirada (tengo claro que sí), pero en el momento y los días posteriores he de admitir que fue duro.
Pero bueno, de todo se aprende, estas experiencias son las que nos hacen más fuertes como atletas y, sobre todo, como personas.
Muchas gracias por tu comentario ;)
Hola Juan, entiendo todo por lo que pasaste porque a mí me ocurrió la mismo, y aún ando indagando qué pasó. Fatiga tremenda, como asco general en el cuerpo, internamente, una sensación de sed brutal, la boca hinchada, pastosa y sin comer sólido porque me daban arcadas (y el que me conoce sabe que como en carrera y bastante, sin problema). Y el orinar, hasta Benahoján no oriné, que me aparté tras un camión en la entrada del pueblo y allí me obligué, nada unas gotas. Finalicé la carrera, iba también para 13 horas y la terminé en 15,09, contenta porque había bajado mi marca por segunda vez (era la tercera 101), pero con mucho sufrimiento interno, no podía correr al ritmo que sabía era capaz, y no por pesadez en las piernas, de hecho llegué muy entera en ese sentido, sino porque mi cuerpo, internamente, no me dejaba.
ResponderEliminarFuiste valiente, muy valiente y consecuente al tomar la decisión de abandonar, eso demuestra lo mucho que has crecido en este año como corredor, y por consiguiente, como persona, por aquello de que "ser un corredor nos hace mejores personas", que he oído tantas veces.
Ánimo, sigue con tu afición, no lo dejes, son baches que se interponen en la carrera, pero que nos enseñan mucho. No por ello tienen que salir mal otra ultrafondo, ni tan siquiera otra 101 tiene porqué salir mal, ninguna carrera, aunque sea el mismo recorrido, se repite, tienen su ADN propio.
Un abrazo compañero, sigue adelante, por nosotros, por tí, por todos.
Muchísimas gracias Fabiola, tanto por el apoyo como por compartir tu experiencia, eres una grandísima atleta y seguro que como persona mayor aún.
EliminarSin duda volveré, al final la cabra siempre tira al monte, pero como bien dices en el último párrafo, como aficionado, con un planteamiento de disfrute y sin marca ninguna en mente.
Desde luego algo tendrán los 101, que pese a su dureza y los estragos que causa en nosotros, corredores, año tras año, volvemos, y cada vez somos más.
¡Espero que coincidamos en la siguiente!
Mi crónica podría ser 100x100 una copia de la tuya pero mal redactada ... yo me quede en el Puerto del Monte km 37 y aun arrastro secuelas... el Domingo, una de la cosas que primero hice es ver si habías completado el reto que tan a conciencia habias preparado y fue una gran y porque no decirlo triste sorpresa ver que te había pasado lo mismo que a mi. Esta claro que por encima de una preparación tan exhaustiva existen factores que aun no controlamos que nos llevan a no poder acabar. Lo que si te animo es a que sigas con tu blog del que me declaro fan incondicional por toda la experiencia q poco a poco nos vas aportando. A ver si coincidimos en alguna carrera y te puedo dar las gracias personalmente. Un abrazo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, por mucho que queramos, no podemos controlar nunca todas las variables... es una lección con la que me quedo, entre otras, a partir de ahora me "descuadricularé" bastante y trataré de sufrir menos y disfrutar un poco más.
EliminarPor supuesto, esta entrada es el más claro ejemplo de que las horas invertidas en este blog vale la pena con creces, es un privilegio contar con el apoyo de semejante audiencia.
Espero que nos veamos pronto, ¡espero que tengas una pronta y efectiva recuperación!
Mucho ánimo Juan Andrés, esta sensación de derrota es temporal, aun tienes demasiado caliente el abandono, creo que a todos nos pasa depués de haber estado preparando una carrera con mucho mimo y que luego no salga como queramos; a medida que pasan los días, vuelves a entrenar, esa ilusión vuelve. Este año finalmente no puede conseguir dorsal, el año que viene lo volveré a intentar, bueno mejor dicho, lo volveremos a intentar por que seguro que te veo en la salida de los 101 del año que viene, con tus clásicas gafas, tu buff en el pelo y unas ganas tremendas de bajar de las 13 horas.
ResponderEliminarSaludos, ánimo y un fuerte abrazo.
¡Gracias Juan Jesús!
EliminarUno de los objetivos (a priori, a ver como evoluciona la cosa) es disfrutar (y recalco disfrutar) de todas las prueba de la Liga Rondeña de Ultrafondo, con suerte si no tengo ídem en el sorteo a lo mejor me cuelo entre los 100 primeros clasificados absolutos y consigo una plaza de reserva...
De momento no toca ni pensar en correr, una semana de descanso y a descansar cuerpo y mente, que han sido unos meses muy duros y este fin de semana la puntillita, pero prometo volver a dar caña en unos días.
¡Un abrazo!
Había seguido los comentarios en Strava y en IDoRun pero aún no había leído la crónica de tu carrera. La salud es lo primero, y la confianza y las ganas las recuperarás pronto.
ResponderEliminarGracias por las grandes lecciones que nos das a los que, como en mi caso, nos tomamos esto de correr como un pequeño reto paralelo a todas esas otras grandes cosas que tenemos en nuestras vidas... =)
Este año lo empecé marcándome el objetivo de llegar a terminar mi primera Media Maratón, y ahora ya me estoy marcando el objetivo de completar la distancia de Maratón, aquí en Málaga en diciembre...
Saludos y mucho ánimo, campeón.
Seguro que sí, muchas gracias por los ánimos, ¡están siendo balsámicos!
EliminarDesde luego correr es como la vida misma, te enseña lecciones muy duras pero muy valiosas, y lo que aprendes en un ámbito puedes aplicarlo en el otro... algo tiene correr que a quien atrapa de verdad no lo suelta...
Un maratón es un objetivo mayúsculo, pero tienes la base de haber llegado ya a completar una media maratón y muchos meses para llegar con fuerzas y confianza a diciembre, ¡seguro que lo logras!
Si puedo echarte una mano con lo que sea no dudes en preguntarme.
¡Un abrazo!
Me ha encantado leer tu crónica, con mucho sentimiento y de la que se aprende mucho. Disfrutar y no mirar el reloj, tenemos que concienciarnos.
ResponderEliminar¡Gracias Gonzalo, es un honor recibirte por aquí!
EliminarTotalmente de acuerdo, es una lección que he tenido que recordar a las malas... pero como suele pasar, hasta que no vivimos una experiencia así no aprendemos, espero que esto me sirva para volver a mis orígenes y mejorar como atleta y persona, que ya tendré años por delante para echarle un pulso al tiempo, aunque al final, como a todos, nos acabará por vencer.
¡Un abrazo crack, y felicidades atrasadas (aunque ya te dejé mensaje en la web ;))!
Lo primero darte la enhorabuena por tu cronica, ya que muchos nos veremos reflejados en tus palabras y vivencias, lo segundo es darte las gracias, por que yo llevaba tras mi dorsal ese rutometro elaborado con tanto mimo que pusistes semanas antes y que a mi personalmente me ha venido muy bien, ya que pude alcanzar mi objetivo con creces y acabar la prueba en 12h 18' 17''.
ResponderEliminarMuchas gracias y ANIMO CRACK !!
Muchas gracias Rodrigo, ¡me alegra muchísimo ver que sirvió de ayuda a muchos!
EliminarLa mayoría de corredores me han comentado que lo adaptaron a ritmos superiores, pero eres el primero que aún manteniéndolo, hace ese marcón, ¡enhorabuena!
Muchas de nada, gracias a tu por tu visita y comentario, soy yo el que te lo agradece ;)
¡Un abrazo!
Mucho ánimo Corredor Errante, no puedo más que hacer eso , si te hubiera visto en el camino te hubiera dado los ánimos insitu, cada carrera es un mundo y los planes a veces se tuercen, ahora toca ordenar la cabeza, descansar y los objetivos ya se irán colando en tu camino ;)
ResponderEliminarEsta vez me enfrenté a los 101 en equipo y conseguimos acabar los 5, fue muy difícil ya que uno de los nuestros también tubo problemas de deshidratación, cuando no has meado en 2 horas con ese calor y la cantidad de liquido que necesitas hay que ver que ocurre, había que controlar mucho el ritmo, tomar sales cada hora y beber mucho también para no caer en ella.
Ya sabes que no se es grande por no caer si no por la forma en la que te levantas cuando caes, arriba ese ánimo!!!!
Gracias por los ánimos, ¡que no es poco!
EliminarMe alegro de que pudiéseis acabar los 5, si ya acabar solo es duro, al ir con 4 compañeros más las posibilidades de que aparezcan complicaciones se quintuplican... sin duda todo un reto, algún año me gustaría poder vivenciar esa experiencia.
¡Nos vemos pronto!
¡Hola Juan!
ResponderEliminarPor un lado me ha hecho mucha ilusion leer las menciones a mi nombre y a la prueba del del año pasado, yo también me acordé mucho de los 101 cuando corría en La Palma (por cierto, tienes que hacer la Transvulcania, es la leche). Por otro, sin embargo, esto del abandono me ha dejado con un poco de mal sabor de boca porque sé las ganas que tenías de acabarla. En cualquier caso, la salud es lo primordial, tienes edad y potencial para acabar infinidad de ediciones de los 101 más.
Creo que haces bien ahora centrándote en las oposiciones y entrenando por sensaciones, ya verás cómo las ganas de competir vendrán solas. Al fin y al cabo, esto de correr ultras es también una manera de conocernos a nosotros mismos, así que mientras más experiencia tengamos, mejores corredores seremos.
Te sigo leyendo, como siempre es un placer.
Un abrazo crack,
David.
Pues sí, a ver si coincidimos de nuevo en algún ultra pronto, sean los 101, Transvulcania o cualquier otro (aunque seguro que te pierdo de vista pronto, ¡estás que te sales!).
EliminarDicen que todo pasa por una razón, y con la lesión y el accidente a final del año pasado aprendí que lo que me gusta es correr en sí, es el plato fuerte, competir es la salsa, pero si este abandono me supone poder seguir disfrutando del deporte sin parones, no es un mal intercambio.
Muchas gracias tus visitas, es un placer recibirte por "casa".
¡Un abrazo fiera!
Que tal Andres ,soy Sebastian estuvimos un rato junto corriendo los 101 ,,,soy el de Dolor y victoria de Jerez..a pasado casi un mes de los 101 y he estado recopilando información sobre los abandonos de los 101..y es muy curioso casi todos los abandono hay un comun determinante la desidratación...pero dudo mucho de eso...he calculado que pude tomar en la carrera mas de seis litros de agua lo cual me hace pensar y el cual afirmo que la mayoría de los abandono es por "Hiponatremia" cual es mi idea ,probamos geles ,alimentación,zapatos ,calcetines.etc...pero cuando entreno jamas llego a tomarme mas de 2ltros de aguas jamas,,,En los entrenamiento ,ni en nuestra vida comun llegamos a niveles de agua que se puede tomar en una prueba con tanto calor como los 101...por tanto sería muy interesante en una prueba como esta el control de la injeta de agua.Tal vez estemos intentando controlar todo ,y al final todo se reduce y perdón en poder elimar (mear) todo ese liquido que nos sobra...desde Jerez Dolor y Victoria..
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