Los que sigáis este blog desde sus orígenes puede que recordéis lo que me pasó la última vez que competí en la costa marbellí, en 2013... Para los demás, lo recordaré al final de esta breve crónica.
El sábado había sido frenético: Academia de oposiciones, corrección del simulacro de examen y supuesto, defensa de mi programación completa y una Unidad Didáctica a sorteo y una larga tarde de estudio; necesitaba despejarme.
Llevaba inscrito varias semanas a la Legua Nocturna San Bernabé, a la que no sabía si acudiría o no, pero finalmente decidí participar; Mayte, mi prometida, me acompañaría una vez más en lo que pretendía ser una prueba rápida (pensaba que serían unos 5.500, aunque luego descubrí la equivalencia 1 legua = 3 millas = 4.827 metros, es decir, hasta más rápida de lo que pensaba).
A las 8:45 (algo apurados, ya que pensábamos que la prueba comenzaba a las 9:00) aparcamos en el párking del centro comercial, pero al ver la inmensa cola para retirar el dorsal respiré tranquilo.
Finalmente saldríamos casi 2 horas más tarde, tras las competiciones de los pre-benjamín, benjamín, alevín e infantil; las demás categorías competiríamos juntos.
Gracias a Mayte dispongo de un archivo fotográfico bastante extenso, que en estos días iremos colgando, de cada una de estas pruebas.
Por falta de tiempo (oposito la semana que viene y cada hora cuenta), comenzaré directamente con la crónica.
Tras saludar a viejos conocidos, como David, del San Pedro, Juanma Navarro y Dani Blanco (organizadores de la CxM Sierra Blanca) y algunos más, intenté colocarme en primera línea de salida, ya que la prueba sería muy rápida y una buena posición sería clave.
Salí en tercera línea, en la que recibí un codazo en el costado izquierdo que me dejó sin aire, un empujón desde atrás que casi me proyecta contra el suelo y un par de pisotones, muy dolorosos, al calzar las Simna 3.
Tras unos primeros 200 metros frenéticos a un ritmo parcial de 2:55 min/km la carrera comenzó a abrirse un poco y pude comenzar a correr con normalidad; había comenzado mucho más rápido de lo que estoy acostumbrado (la prueba ya sería de por sí mucho más rápida de lo que estoy acostumbrado), pero no podía frenarme para no ser arrollado para los que venían por detrás.
Paradójicamente, cuando pude decelerar ligeramente ya iba esquivando a los corredores que habían salido mucho más rápido que lo debían y ya comenzaban a perder fuerza.
Pasé el primer kilómetro a un ritmo medio de 3:29, excesivamente rápido, pero ya en los últimos metros comenzaba a ajustar el ritmo para sentirme cómodo y poder acabar la prueba de menos a más.
Llegamos al carril de albero y ya si comenzaron a pasarme algunos corredores.
Iba con precaución, ya que soy miope y pese a correr con gafas, de noche veo mucho peor; la iluminación no era demasiado buena, pero le daba un aspecto especial a la carrera, y al no tener demasiadas irregularidades el terreno, rápidamente cogí confianza y pude volver a poner un ritmo competitivo.
Segundo kilómetro, mucho más "tranquilo", en 3:43; David y otro corredor del San Pedro me habían adelantado, pero los tenía dentro del alcance y ya les iba recortando metros.
Me sentía muy contento con mi rendimiento, había sabido sobreponerme a un comienzo demasiado explosivo y pude poner un ritmo cómodo (dentro de que es una prueba para nada de mi especialidad), ahora comenzando a adelantar corredores cuando aún no habíamos alcanzado el ecuador de la prueba. Mi motivación iba en aumento.
Adelanté a David, al que animé a mi paso, y me puse como objetivo dos corredores que se acababan de caer de un nutrido grupo que iba a pocos metros de ellos, casi en cabeza.
Cuando me disponía a adelantar al primero me crucé con la cabeza de carrera, pero en penumbra y con mi miopía no le reconocí; suponía que sería Cristian, del Club Atletismo Málaga, pero tras cruzarme con los 4 perseguidores del primer corredor pude distinguir en la camiseta de uno de los corredores que se disputaba las primeras posiciones los colores del CAM, aunque por la forma de correr no me parecía Cristian.
Bueno, yo a lo mío, giré, contando 23 corredores por delante mía, y nada más completar el giro y arrancando muy cómodo, adelanté a uno de los corredores solitarios y me puse a pocas zancadas del siguiente; el grupo comenzaba a disgregarse y seguían cayéndose corredores.
En la zona de enlosado del paseo notaba la rigidez del suelo, que me dificultaba correr con comodidad, pero en el circuito de albero, especialmente a la vuelta, cuando ya conocía todos los recovecos, estaba disfrutando como un enano.
Al ir a esas velocidades (3:35 de media al completar el tercer kilómetro) chancleteaba ligeramente, lo que ponía sobre aviso a los corredores a los que perseguía (alguno miraba hacia atrás), que sabían cuando les iba atacando.
Antes de completar el tercer kilómetro había adelantado a todos los corredores del grupo que llevaba por delante, y calculaba ya que estaba en la decimoséptima posición; algunos corredores también estaban corriendo de menos a más, pero a pesar de que en algún momento veía sombras acercarse y pasos a escasos metros, ninguno llegó a hacerse visible dentro de mi campo de visión.
Nos íbamos cruzando con los corredores que se dirigían camino del giro, escuchaba voces de ánimo conocidas y varias que me saludaban, pero iba centrado en mi carrera y en los 3 corredores en solitario que me precedían; ¡podía alcanzarlos!
Pasé el cuarto kilómetro a un ritmo medio de 3:33; esto se acaba...
Adelanté a uno de los corredores en el último tramo de albero, y nada más llegar al paseo marítimo al segundo; solo quedaba un tercero, del Primeguis, que me saludó y animó a ponerme a su ritmo, pero a escasos 500 metros de la meta cambió de ritmo de forma magistral y no pude pensar si quiera en cogerlo... inicialmente.
Cuando vi las luces de la policía de la cabeza de carrera a lo lejos y las banderolas que señalaban la meta era demasiado tarde... casi lo alcanzo al pasar bajo el arco (no de meta, en este caso), y al cruzar la línea de meta estábamos a una zancada uno de otro.
Vi el GPS; 4920 metros, 17:30; mi mejor marca en 5 kilómetros esa 18:14; ¡podía superarla!
Le pedí paso al corredor, pero al pasar por meta (como es lógico) se paró en seco, y al alargar la mano para coger la botella de agua que le cedía un organizador me cortó el paso y tuve que pararme también en seco; paré el GPS en 17:33.
Obviamente no me podía enfadar con el muchacho, hubiese sido absurdo (de hecho, después se disculpó y todo, cosa que era totalmente innecesaria), pero me vi momentáneamente frustrado, ya que pensaba que una legua eran cerca de 5.500 metros; bueno, ya habría otro día, paradójicamente pese a haber estado todo el año entrenando para ultrafondo ahora estoy más rápido que nunca.
Me reuní con Mayte y rápidamente me cambié de ropa (hacía bastante fresco, pese a la época del año que es), y fui saludando a varios conocidos, como al triatleta (se me ha ido el nombre y no lo recuerdo, ¡perdón!) con el que, entre otros, formé equipo este año para participar en el Campeonato Andaluz de Campo a Través.
Otros viejos conocidos fueron Ángel Custodio, "Custeitor", del primeguis, y varios corredores del Clínicas Rincón Vélez, algunos de los cuales conocí en su II media maratón y otros esta misma noche.
Muchos estaréis pensando... "¿pero a qué viene el título de la crónica?"
La última vez que competí en la costa de Marbella, en la XXVIII media maratón, batí mi mejor marca, de media maratón por varios minutos, pero al llegar al coche nos lo habían abierto y nos robaron todo.
En mi caso, caso 300 euros en metálico (tenía que pagar las tasas de la universidad y el bono del tren al día siguiente), las llaves de casa, la cartera con toda la documentación, unas zapatillas nuevas, la equipación del club de atletismo, las gafas de vista... un valor que ascendió a más de 700 euros y que al no ser robo, sino hurto (dichoso sistema penal...) nadie cubrió; fue mi media maratón más cara.
Hoy había batido mi mejor marca en milla (5:35, superando la anterior en 2 segundos) y doble milla (11:26, superando la anterior en 8 segundos), teniendo al alcance de la mano además la MMP en 5 kilómetros.
En menos de un mes corriendo con las Simna 3 de Pies Sucios ya "colecciono" con ellas MMP's en 1 kilómetro (en pista), milla, doble milla y 10 kilómetros, sin ninguna molestia ni problema al correr.
Pero a lo que íbamos, tras la actuación, de la que estoy muy orgulloso, y mientras salían las clasificaciones, fui un momento al baño, mientras comunicaba a mis compañeros de club el resultado; recuerdo dejar un momento el móvil sobre el toallero, y después ir a preguntar por las clasificaciones.
Había sido cuarto, con Cristian como ganador de la prueba, pero al no haber categoría absoluta, permanecería a un pie del cajón; cuando fui a echar mano al móvil...
Sprint al baño, donde, tras 3-4 minutos como mucho y como me temía, ya no estaba le móvil... Llamamos y sin cobertura... pedimos al speaker del evento que pregunte por megafonía y esperamos mientras preguntamos a los transehuntes y organizadores... y nada...
En fin, una vez más, en Marbella, tras una genial actuación deportiva, un percance me cuesta el susto (y próximamente el dinero...).
Bueno, 212 euros me ha costado la legua, pero hay que ser positivos, seguro que el destino me tiene guardada alguna sorpresa en el futuro cercano.
Comparto con vosotros, como siempre, lo que más me ha gustado y lo que creo que se puede mejorar de cara a futuras ediciones en esta prueba:
El sábado había sido frenético: Academia de oposiciones, corrección del simulacro de examen y supuesto, defensa de mi programación completa y una Unidad Didáctica a sorteo y una larga tarde de estudio; necesitaba despejarme.
Llevaba inscrito varias semanas a la Legua Nocturna San Bernabé, a la que no sabía si acudiría o no, pero finalmente decidí participar; Mayte, mi prometida, me acompañaría una vez más en lo que pretendía ser una prueba rápida (pensaba que serían unos 5.500, aunque luego descubrí la equivalencia 1 legua = 3 millas = 4.827 metros, es decir, hasta más rápida de lo que pensaba).
A las 8:45 (algo apurados, ya que pensábamos que la prueba comenzaba a las 9:00) aparcamos en el párking del centro comercial, pero al ver la inmensa cola para retirar el dorsal respiré tranquilo.
Finalmente saldríamos casi 2 horas más tarde, tras las competiciones de los pre-benjamín, benjamín, alevín e infantil; las demás categorías competiríamos juntos.
Gracias a Mayte dispongo de un archivo fotográfico bastante extenso, que en estos días iremos colgando, de cada una de estas pruebas.
Por falta de tiempo (oposito la semana que viene y cada hora cuenta), comenzaré directamente con la crónica.
Tras saludar a viejos conocidos, como David, del San Pedro, Juanma Navarro y Dani Blanco (organizadores de la CxM Sierra Blanca) y algunos más, intenté colocarme en primera línea de salida, ya que la prueba sería muy rápida y una buena posición sería clave.
Salí en tercera línea, en la que recibí un codazo en el costado izquierdo que me dejó sin aire, un empujón desde atrás que casi me proyecta contra el suelo y un par de pisotones, muy dolorosos, al calzar las Simna 3.
Debería haberme colocado mejor en la salida... |
Tras unos primeros 200 metros frenéticos a un ritmo parcial de 2:55 min/km la carrera comenzó a abrirse un poco y pude comenzar a correr con normalidad; había comenzado mucho más rápido de lo que estoy acostumbrado (la prueba ya sería de por sí mucho más rápida de lo que estoy acostumbrado), pero no podía frenarme para no ser arrollado para los que venían por detrás.
Paradójicamente, cuando pude decelerar ligeramente ya iba esquivando a los corredores que habían salido mucho más rápido que lo debían y ya comenzaban a perder fuerza.
Volando bajo en los primeros kilómetros... |
Pasé el primer kilómetro a un ritmo medio de 3:29, excesivamente rápido, pero ya en los últimos metros comenzaba a ajustar el ritmo para sentirme cómodo y poder acabar la prueba de menos a más.
Llegamos al carril de albero y ya si comenzaron a pasarme algunos corredores.
Iba con precaución, ya que soy miope y pese a correr con gafas, de noche veo mucho peor; la iluminación no era demasiado buena, pero le daba un aspecto especial a la carrera, y al no tener demasiadas irregularidades el terreno, rápidamente cogí confianza y pude volver a poner un ritmo competitivo.
Segundo kilómetro, mucho más "tranquilo", en 3:43; David y otro corredor del San Pedro me habían adelantado, pero los tenía dentro del alcance y ya les iba recortando metros.
Me sentía muy contento con mi rendimiento, había sabido sobreponerme a un comienzo demasiado explosivo y pude poner un ritmo cómodo (dentro de que es una prueba para nada de mi especialidad), ahora comenzando a adelantar corredores cuando aún no habíamos alcanzado el ecuador de la prueba. Mi motivación iba en aumento.
Adelanté a David, al que animé a mi paso, y me puse como objetivo dos corredores que se acababan de caer de un nutrido grupo que iba a pocos metros de ellos, casi en cabeza.
Cuando me disponía a adelantar al primero me crucé con la cabeza de carrera, pero en penumbra y con mi miopía no le reconocí; suponía que sería Cristian, del Club Atletismo Málaga, pero tras cruzarme con los 4 perseguidores del primer corredor pude distinguir en la camiseta de uno de los corredores que se disputaba las primeras posiciones los colores del CAM, aunque por la forma de correr no me parecía Cristian.
Bueno, yo a lo mío, giré, contando 23 corredores por delante mía, y nada más completar el giro y arrancando muy cómodo, adelanté a uno de los corredores solitarios y me puse a pocas zancadas del siguiente; el grupo comenzaba a disgregarse y seguían cayéndose corredores.
En la zona de enlosado del paseo notaba la rigidez del suelo, que me dificultaba correr con comodidad, pero en el circuito de albero, especialmente a la vuelta, cuando ya conocía todos los recovecos, estaba disfrutando como un enano.
Al ir a esas velocidades (3:35 de media al completar el tercer kilómetro) chancleteaba ligeramente, lo que ponía sobre aviso a los corredores a los que perseguía (alguno miraba hacia atrás), que sabían cuando les iba atacando.
Antes de completar el tercer kilómetro había adelantado a todos los corredores del grupo que llevaba por delante, y calculaba ya que estaba en la decimoséptima posición; algunos corredores también estaban corriendo de menos a más, pero a pesar de que en algún momento veía sombras acercarse y pasos a escasos metros, ninguno llegó a hacerse visible dentro de mi campo de visión.
Nos íbamos cruzando con los corredores que se dirigían camino del giro, escuchaba voces de ánimo conocidas y varias que me saludaban, pero iba centrado en mi carrera y en los 3 corredores en solitario que me precedían; ¡podía alcanzarlos!
Pasé el cuarto kilómetro a un ritmo medio de 3:33; esto se acaba...
Adelanté a uno de los corredores en el último tramo de albero, y nada más llegar al paseo marítimo al segundo; solo quedaba un tercero, del Primeguis, que me saludó y animó a ponerme a su ritmo, pero a escasos 500 metros de la meta cambió de ritmo de forma magistral y no pude pensar si quiera en cogerlo... inicialmente.
Cuando vi las luces de la policía de la cabeza de carrera a lo lejos y las banderolas que señalaban la meta era demasiado tarde... casi lo alcanzo al pasar bajo el arco (no de meta, en este caso), y al cruzar la línea de meta estábamos a una zancada uno de otro.
Vi el GPS; 4920 metros, 17:30; mi mejor marca en 5 kilómetros esa 18:14; ¡podía superarla!
Le pedí paso al corredor, pero al pasar por meta (como es lógico) se paró en seco, y al alargar la mano para coger la botella de agua que le cedía un organizador me cortó el paso y tuve que pararme también en seco; paré el GPS en 17:33.
Entrada a tope... ni técnica de carrera natural ni nada ya... |
Obviamente no me podía enfadar con el muchacho, hubiese sido absurdo (de hecho, después se disculpó y todo, cosa que era totalmente innecesaria), pero me vi momentáneamente frustrado, ya que pensaba que una legua eran cerca de 5.500 metros; bueno, ya habría otro día, paradójicamente pese a haber estado todo el año entrenando para ultrafondo ahora estoy más rápido que nunca.
Me reuní con Mayte y rápidamente me cambié de ropa (hacía bastante fresco, pese a la época del año que es), y fui saludando a varios conocidos, como al triatleta (se me ha ido el nombre y no lo recuerdo, ¡perdón!) con el que, entre otros, formé equipo este año para participar en el Campeonato Andaluz de Campo a Través.
Otros viejos conocidos fueron Ángel Custodio, "Custeitor", del primeguis, y varios corredores del Clínicas Rincón Vélez, algunos de los cuales conocí en su II media maratón y otros esta misma noche.
Muchos estaréis pensando... "¿pero a qué viene el título de la crónica?"
La última vez que competí en la costa de Marbella, en la XXVIII media maratón, batí mi mejor marca, de media maratón por varios minutos, pero al llegar al coche nos lo habían abierto y nos robaron todo.
En mi caso, caso 300 euros en metálico (tenía que pagar las tasas de la universidad y el bono del tren al día siguiente), las llaves de casa, la cartera con toda la documentación, unas zapatillas nuevas, la equipación del club de atletismo, las gafas de vista... un valor que ascendió a más de 700 euros y que al no ser robo, sino hurto (dichoso sistema penal...) nadie cubrió; fue mi media maratón más cara.
Hoy había batido mi mejor marca en milla (5:35, superando la anterior en 2 segundos) y doble milla (11:26, superando la anterior en 8 segundos), teniendo al alcance de la mano además la MMP en 5 kilómetros.
En menos de un mes corriendo con las Simna 3 de Pies Sucios ya "colecciono" con ellas MMP's en 1 kilómetro (en pista), milla, doble milla y 10 kilómetros, sin ninguna molestia ni problema al correr.
Pero a lo que íbamos, tras la actuación, de la que estoy muy orgulloso, y mientras salían las clasificaciones, fui un momento al baño, mientras comunicaba a mis compañeros de club el resultado; recuerdo dejar un momento el móvil sobre el toallero, y después ir a preguntar por las clasificaciones.
Había sido cuarto, con Cristian como ganador de la prueba, pero al no haber categoría absoluta, permanecería a un pie del cajón; cuando fui a echar mano al móvil...
Sprint al baño, donde, tras 3-4 minutos como mucho y como me temía, ya no estaba le móvil... Llamamos y sin cobertura... pedimos al speaker del evento que pregunte por megafonía y esperamos mientras preguntamos a los transehuntes y organizadores... y nada...
En fin, una vez más, en Marbella, tras una genial actuación deportiva, un percance me cuesta el susto (y próximamente el dinero...).
Bueno, 212 euros me ha costado la legua, pero hay que ser positivos, seguro que el destino me tiene guardada alguna sorpresa en el futuro cercano.
Comparto con vosotros, como siempre, lo que más me ha gustado y lo que creo que se puede mejorar de cara a futuras ediciones en esta prueba:
Lo mejor
-Prueba popular con precio popular; hacen falta más de este tipo, desde luego, solo con agua en meta por los 2 euros que costaba ya estaba bien, y además tenías camiseta de algodón y posibilidad de obtener trofeo, nada mal.
-El ambiente, fue un gustazo disfrutar con las carreras de la cantera marbellí, un lujo y una envidia, ya que por desgracia la cantera del atletismo popular desapareció en Fuengirola cuando eliminaron la escuela de atletismo.
-El recorrido, combinando asfalto y albero en un circuito de ida y vuelta para nada monótono pese a que en un principio pudiese parecerlo.
A mejorar
-El sistema de cronometraje, bastante rudimentario; no tengo nada en contra de que se sigan tomando a mano las llegadas (por supuesto sin contabilizar tiempo), pero es mucho más rápido y asequible usar un sistema con chip, que aunque encarezca el precio de la prueba a 4 o 5 euros, creo que la mayoría (al menos de promesa en adelante) estamos dispuestos a abonar sin problema alguno.
-La falta de personal organizador; el que asistió actuó de forma impecable, dispuesto a ayudar, pero era obvio que el volumen de corredores (que se conocía de antemano) había desbordado a la organización.
-La sincronización de las salidas de las carreras, pero es un punto que debido a la falta de personal no podría haberse hecho de otro modo salvo el que se realizó.
Hola de nuevo. Soy Javier Valens Gomila. 49 años. Runner desde hace 25 años. 63 maratones con mejor marca de 2:55 en Valencia 2002.
ResponderEliminarAnte todo felicitarte por tu blog, por tus carreras, por tus estudios y por tu filosofía.
Me siento identificado contigo, aunque nos separen 26 años, ya que desde hace nueve meses me cambié a un estilo Paleo en alimentación y a un estilo minimalista en zapatillas desde hace 6 meses.
Hola Javier, ¡buenas tardes!
EliminarMuchísimas gracias por tu comentario, es un honor recibir esas felicitaciones, especialmente de un corredor con semejante bagaje, ¡increíble!
Continuamente aparecen nuevos "avances" y productos, pero la verdad es que creo que nos estamos complicando demasiado, a lo que esta sociedad del márketing multicanal y el consumismo no ayuda precisamente... de momento con el minimalismo me va genial, y la alimentación trato de hacerla lo más natural posible desde hace varios meses, aunque no siempre es fácil.
¡Un saludo desde Málaga! ;)