Tras la titánica experiencia que viví la semana pasada en Barbate, durante las 24 Horas La Breña Xtreme, esta semana mi "entrenamiento" se ha pasado en andar, trotar descalzo un par de días y coger la bici un par de días.
Visitaría Nerja de rebote el fin de semana para acudir a la boda de mi primo Kevin, pero como sabía que había carrera, ahí estaba el domingo, puntual bajo el arco de salida...
Mi objetivo era disfrutar, sinceramente, no sabía como estaba y no me importaba, solo tenía claro que correría con mis Simna 3, que van camino de los 700 kilómetros, y que esperaba tardar alrededor de 40 minutos.
Cada vez somos más los minimalistas (si no me salto a nadie, fuimos 3 en esta prueba), y un ejemplo de ellos es Ronn, que sin ir más lejos, corrió completamente descalzo la pasada edición de la Maratón de Málaga.
Esta prueba es muy especial para mi, ya que aunque tiene 59 ediciones a sus espaldas no la había corrido nunca, pero desde muy pequeño venía acompañando a mis padres, quedándome de pequeño impresionado con el ritmo de los marchadores sin despegar el pie del suelo.
Además, amigos de mis padres tenían hijos de mi edad, así como familiares, por lo que las visitas a Nerja siempre me han dejado muy buen sabor de boca.
En ello pensaba mientras nos apretujábamos en la línea de salida, a fin de que los jueces dieran el visto bueno y por ende, la salida.
Fue muy lenta y a la vez, rapidísima; muy lenta porque de segunda línea antes de retroceder todos los corredores que apuraron hasta el último segundo para calentar, me encontré codo a codo con el presidente del Cártama en cuarta-quinta línea, totalmente embutido, y muy rápida porque desde el giro a la izquierda una vez abandonamos la Calle Diputación Provincial y hasta el final de la Avenida Mediterráneo, fuimos con la pendiente a favor.
Así, tras un inicio en el que casi me voy al suelo y me gané un par de pisotones, pude "dejarme caer" en la cuesta abajo y mantener el ritmo conforme el desnivel cesaba en su generosidad, comenzando el ascenso de "Calle Chanquete" a 3:30 después de cuajar un primer kilómetro en 3:20.
Demasiado rápido, pero me notaba completamente fresco, sin rastro alguno de tensión muscular, agujetas ni molestia de ningún tipo; no había querido correr antes porque aunque me sentía bien no quería forzar la marcha tras los 153 kilómetros de Breña, pero en esos momentos me estaba arrepintiendo...
Como soy de piernas largas y bajo muy bien en asfalto, fui guardando fuerzas en la subida, y en ese segundo kilómetro me marqué como meta adelantar a un grupo de 5 corredores de Motril que tenía delante, y que subían a buen paso.
Los 4 primeros aguantaron el ritmo unos 200 metros, pero comenzaron a acusar el desnivel en contra y bajaron el ritmo, al quinto le di "caza" en el descenso tras cruzar el Parque "Verano Azul"; y porque me cedió el paso en un giro abrupto.
Dejamos atrás el Chillar y entramos en un carril de tierra con bastantes guijarros sueltos, camino del hotel Marinas de Nerja, donde precisamente se celebró la boda, con un firme al estilo carril de ascenso a Cordobilla, pero fui especialmente atento y no tuve problema alguno con ellos.
Dejamos atrás la Playa El Playazo cuando mi crono marcaba 10:30 justo... ¡en 3 kilómetros!
Me notaba acelerado y el ritmo estaba siendo todo lo alto que podía mantener, pero me notaba muy fresco aun, en el que estaba siendo mi inicio de carrera más rápido desde que tengo memoria.
Vale, quedaban 7 y era obvio que no iba a poder mantener mucho tiempo más, especialmente cuando comenzasen las subidas... pero si reservaba bien y tenía fuerzas para apretar en la bajada final tenía a tiro, sin buscármelo y sin pisar una pista en meses, una nueva mejor marca personal en 10 kilómetros.
No quería ponerme presión yo solo, así que dejé el crono de lado y me fijé en el terreno entre mis huaraches y las zapatillas de "Cazorla", el corredor que iba justo delante de mi.
Me propuse mantener la posición con él, aunque comenzó a acelerar cuando llegamos al giro (entre el hotel y el circo) que nos ascendía a la Nacional 340 y durante varios segundos dudé si acelerar o no.
Mantuve el ritmo hasta llegar a la rampa, que subí muy bien, adelantando gente, como desde el comienzo de la prueba hasta ese punto, y con la mirada fija en el horizonte, escudriñando por si veía la bajada (ya no me preocupaba el firme), fui acercándome a él.
Lo adelanté al pasar la marca de 5 kilómetros, situada pocos metros antes de la rotonda de la Avenida Pescia, casi perfectamente sincronizada con mi GPS; pasamos en paralelo en casi 18 minutos... la mitad ya estaba echa, pero de nuevo, volví a agobiarme un poco por la presión que yo mismo me estaba echando encima, y dejé el crono de lado.
Sabía que estaba rondando un ritmo de 4 minutos el kilómetro, ¡pero no quería verlo! me marqué como nueva marca una pareja a un ritmo bastante inferior al mío, y después a otro corredor que me costó cerca de medio kilómetro adelantar...
Ya veía marcas azules por el otro lado de la carretera, pero nadie bajaba aun...
Al primero que vi fue a "Pulgilla Terremoto", cojeando... que mala suerte tiene este chico con las lesiones, ya comenzó la prueba con una pierna plagada con kinesiotapes... después, en solitario... bajó El Mouzaiz.
De repente comencé a escuchar pasos, cada vez más cercanos, mientras comenzaba a ver en la lejanía a más corredores descendiendo hacia el Balcón de Europa.
Normalmente cuando me cruzo con corredores conocidos me gusta animarles y jalearlos, pero ni cuando me crucé con Cristian Benítez ni con Cristóbal Ortigosa pude sacar fuerzas para dedicarles una palabra de ánimo, bastante tenía con mantenerles los pocos metros de distancia a mis perseguidores...
Llegando a la rotonda del final de la avenida vi al otro lado a la bicicleta que acompañaba a la líder femenina y a pocos metros a su perseguidora más directa, y me tocó girar a mi.
En el giro me adelantaron mis perseguidores, uno de ellos, el chico de motril que más me había costado alcanzar previamente, el otro corredor no me sonaba.
Cambié de ritmo y me centré lo máximo posible en seguirlos; el de Motril iba muy fresco, animando a unos y otros, al otro le costaba mantener el paso.
Fuimos adelantándonos mutuamente mientras pasábamos otros corredores, aunque personalmente mantuve un ritmo bastante uniforme.
Cuando el GPS marcó el paso por el kilómetro 9 (y al momento me fijé en el cartel) pensaba que ya no podía con ellos, ya que en la zona del callejeo Calle Almirante Ferrán Díaz - Calle Méndez Núñez - Calle Granada me comenzaron a meter metros de por medio.
Me concentré por mantenerlos al menos dentro del campo visual, tratando de apurar al máximo cada giro y alargando al máximo la zancada, pero aun así parecía que se me escapaban...
Al llegar a la Calle Carmen sabía que quedaban unos 200 metros hacia meta, así que aceleré al máximo, notando la típica sensación de asfixia de los esprines finales mucho antes de ver el arco de meta, pero quería mantener el puesto al menos, y si podía, superar en dos la posición.
En la penúltima recta me "vacié" dándolo todo, dejándolos atrás lentamente, y al llegar al último giro, tras chocarle la mano a mi padre (que, algo imprudente, se metió de lleno en el recorrido) afronté la última recta ya en apnea, corriendo a todo lo que daban mis piernas.
Cuando llegué a meta lo primero en lo que me concentré fue en respirar, dando bocanadas de aire como pez fuera del agua, y doblándome sobre mí mismo mientras felicitaba a mis compañeros de final de carrera por su actuación.
Ya regulada la respiración me dispuse a hacer lo propio con el pulso, andando para no taponar y cogiendo un vaso de Acuarius mientras iba saludando a los campeones.
Cuando miré el crono me llevé una sorpresa doble; por un lado, el circuito daba 10.010 metros clavados, siendo muy raro un circuito con una medición tan precisa, por otro lado, había bajado mi MMP en más de un minuto, a pesar de haber pasado meses sin pista, series ni intervalos.
Pese a las subidas había mantenido una media de 3:40 minutos el kilómetro a lo largo de 10, dándolo todo, sí, pero con la sensación de que todo funcionó adecuadamente.
Lo curioso es que llegaba sin muchas expectativas puestas en el resultado y sin nada de preparación específica, pero entre la motivación que arrastro esta temporada (4 podios en 4 pruebas) y el merecido descanso que proporcioné a mi cuerpo tras Breña, todo salió mejor de lo que podría haber imaginado.
Me gusta ojear de vez en cuando las tablas de Jack Daniels, y con la marca oficial (36:43, 4 segundos menos por mi GPS) en estos 10K se supone que estoy para 1:21 en media maratón (sería MMP, lo veo viable y creo que hasta lo puedo bajar actualmente) y para 2:49 en maratón (sería MMP por más de 20 minutos y lo veo muy poco probable, aunque en diciembre pienso atacar el sub 3 horas).
Fui saboreando la marca camino al hostal, donde me duché y nos cambiamos para hacer tiempo mientras Sergio, uno de los chicos a los que está entrenando mi padre, corriese, y tras analizar el recorrido y los parciales, me di cuenta de que me va a costar mucho superar los tiempos que he marcado en la prueba... ¡Ahí va el carrusel de MMPs!
-2ª mejor MMP en media milla (804,5 metros), 2:34.
-MMP en 1 kilómetro, 3:12.
-MMP en milla (1.609 metros), 5:18.
-MMP en doble milla (3218 metros), 11:13.
-MMP en 5 kilómetros, 18:06.
-MMP en 10 kilómetros, 36:39 (36:43 oficialmente).
Además, en mi asalto al bastión del atletismo malagueño obtuve la undécima posición senior, y la vigésimoquinta absoluta, nada mal teniendo que cuenta que el año pasado por estas fechas comenzaba a notar "cosas raras" en la rodilla, que al final resultaron ser condromalacia rotuliana.
Desde luego, la mejor decisión que tomé tras mi recuperación fue terminar de realizar la transición al minimalismo, desde entonces, 0 problemas de rodillas y ampollas, y de rozaduras casi nada.
En fin, ha sido una experiencia fenomenal, con un resultado del todo inesperado, que me ha motivado mucho para recuperar alguna serie de velocidad de tanto en cuando y plantearme alguna media para rebajar mi marca (vigente desde 2013, en Rincón de la Victoria).
Con mi opinión de la prueba me despido hasta la próxima, el fin de semana que viene, inaugurando la mejor liga de ultrafondo Española.
A mejorar
Visitaría Nerja de rebote el fin de semana para acudir a la boda de mi primo Kevin, pero como sabía que había carrera, ahí estaba el domingo, puntual bajo el arco de salida...
Mi objetivo era disfrutar, sinceramente, no sabía como estaba y no me importaba, solo tenía claro que correría con mis Simna 3, que van camino de los 700 kilómetros, y que esperaba tardar alrededor de 40 minutos.
Con Ronn Reyes, corredor minimalista local, a escasos minutos de tomar la salida. |
Esta prueba es muy especial para mi, ya que aunque tiene 59 ediciones a sus espaldas no la había corrido nunca, pero desde muy pequeño venía acompañando a mis padres, quedándome de pequeño impresionado con el ritmo de los marchadores sin despegar el pie del suelo.
Además, amigos de mis padres tenían hijos de mi edad, así como familiares, por lo que las visitas a Nerja siempre me han dejado muy buen sabor de boca.
En ello pensaba mientras nos apretujábamos en la línea de salida, a fin de que los jueces dieran el visto bueno y por ende, la salida.
Fue muy lenta y a la vez, rapidísima; muy lenta porque de segunda línea antes de retroceder todos los corredores que apuraron hasta el último segundo para calentar, me encontré codo a codo con el presidente del Cártama en cuarta-quinta línea, totalmente embutido, y muy rápida porque desde el giro a la izquierda una vez abandonamos la Calle Diputación Provincial y hasta el final de la Avenida Mediterráneo, fuimos con la pendiente a favor.
Así, tras un inicio en el que casi me voy al suelo y me gané un par de pisotones, pude "dejarme caer" en la cuesta abajo y mantener el ritmo conforme el desnivel cesaba en su generosidad, comenzando el ascenso de "Calle Chanquete" a 3:30 después de cuajar un primer kilómetro en 3:20.
Demasiado rápido, pero me notaba completamente fresco, sin rastro alguno de tensión muscular, agujetas ni molestia de ningún tipo; no había querido correr antes porque aunque me sentía bien no quería forzar la marcha tras los 153 kilómetros de Breña, pero en esos momentos me estaba arrepintiendo...
Como soy de piernas largas y bajo muy bien en asfalto, fui guardando fuerzas en la subida, y en ese segundo kilómetro me marqué como meta adelantar a un grupo de 5 corredores de Motril que tenía delante, y que subían a buen paso.
Los 4 primeros aguantaron el ritmo unos 200 metros, pero comenzaron a acusar el desnivel en contra y bajaron el ritmo, al quinto le di "caza" en el descenso tras cruzar el Parque "Verano Azul"; y porque me cedió el paso en un giro abrupto.
Dejamos atrás el Chillar y entramos en un carril de tierra con bastantes guijarros sueltos, camino del hotel Marinas de Nerja, donde precisamente se celebró la boda, con un firme al estilo carril de ascenso a Cordobilla, pero fui especialmente atento y no tuve problema alguno con ellos.
Dejamos atrás la Playa El Playazo cuando mi crono marcaba 10:30 justo... ¡en 3 kilómetros!
Me notaba acelerado y el ritmo estaba siendo todo lo alto que podía mantener, pero me notaba muy fresco aun, en el que estaba siendo mi inicio de carrera más rápido desde que tengo memoria.
Vale, quedaban 7 y era obvio que no iba a poder mantener mucho tiempo más, especialmente cuando comenzasen las subidas... pero si reservaba bien y tenía fuerzas para apretar en la bajada final tenía a tiro, sin buscármelo y sin pisar una pista en meses, una nueva mejor marca personal en 10 kilómetros.
No quería ponerme presión yo solo, así que dejé el crono de lado y me fijé en el terreno entre mis huaraches y las zapatillas de "Cazorla", el corredor que iba justo delante de mi.
Me propuse mantener la posición con él, aunque comenzó a acelerar cuando llegamos al giro (entre el hotel y el circo) que nos ascendía a la Nacional 340 y durante varios segundos dudé si acelerar o no.
Mantuve el ritmo hasta llegar a la rampa, que subí muy bien, adelantando gente, como desde el comienzo de la prueba hasta ese punto, y con la mirada fija en el horizonte, escudriñando por si veía la bajada (ya no me preocupaba el firme), fui acercándome a él.
Lo adelanté al pasar la marca de 5 kilómetros, situada pocos metros antes de la rotonda de la Avenida Pescia, casi perfectamente sincronizada con mi GPS; pasamos en paralelo en casi 18 minutos... la mitad ya estaba echa, pero de nuevo, volví a agobiarme un poco por la presión que yo mismo me estaba echando encima, y dejé el crono de lado.
Sabía que estaba rondando un ritmo de 4 minutos el kilómetro, ¡pero no quería verlo! me marqué como nueva marca una pareja a un ritmo bastante inferior al mío, y después a otro corredor que me costó cerca de medio kilómetro adelantar...
Ya veía marcas azules por el otro lado de la carretera, pero nadie bajaba aun...
Al primero que vi fue a "Pulgilla Terremoto", cojeando... que mala suerte tiene este chico con las lesiones, ya comenzó la prueba con una pierna plagada con kinesiotapes... después, en solitario... bajó El Mouzaiz.
De repente comencé a escuchar pasos, cada vez más cercanos, mientras comenzaba a ver en la lejanía a más corredores descendiendo hacia el Balcón de Europa.
Normalmente cuando me cruzo con corredores conocidos me gusta animarles y jalearlos, pero ni cuando me crucé con Cristian Benítez ni con Cristóbal Ortigosa pude sacar fuerzas para dedicarles una palabra de ánimo, bastante tenía con mantenerles los pocos metros de distancia a mis perseguidores...
Llegando a la rotonda del final de la avenida vi al otro lado a la bicicleta que acompañaba a la líder femenina y a pocos metros a su perseguidora más directa, y me tocó girar a mi.
En el giro me adelantaron mis perseguidores, uno de ellos, el chico de motril que más me había costado alcanzar previamente, el otro corredor no me sonaba.
Cambié de ritmo y me centré lo máximo posible en seguirlos; el de Motril iba muy fresco, animando a unos y otros, al otro le costaba mantener el paso.
Fuimos adelantándonos mutuamente mientras pasábamos otros corredores, aunque personalmente mantuve un ritmo bastante uniforme.
Cuando el GPS marcó el paso por el kilómetro 9 (y al momento me fijé en el cartel) pensaba que ya no podía con ellos, ya que en la zona del callejeo Calle Almirante Ferrán Díaz - Calle Méndez Núñez - Calle Granada me comenzaron a meter metros de por medio.
Me concentré por mantenerlos al menos dentro del campo visual, tratando de apurar al máximo cada giro y alargando al máximo la zancada, pero aun así parecía que se me escapaban...
Al llegar a la Calle Carmen sabía que quedaban unos 200 metros hacia meta, así que aceleré al máximo, notando la típica sensación de asfixia de los esprines finales mucho antes de ver el arco de meta, pero quería mantener el puesto al menos, y si podía, superar en dos la posición.
En la penúltima recta me "vacié" dándolo todo, dejándolos atrás lentamente, y al llegar al último giro, tras chocarle la mano a mi padre (que, algo imprudente, se metió de lleno en el recorrido) afronté la última recta ya en apnea, corriendo a todo lo que daban mis piernas.
Llegando al último giro |
Mi padre, en plena curva |
Llegada a todo gas, imagen de Manuel el Corredor |
Y otra más de este gran atleta popular |
Ya regulada la respiración me dispuse a hacer lo propio con el pulso, andando para no taponar y cogiendo un vaso de Acuarius mientras iba saludando a los campeones.
Cuando miré el crono me llevé una sorpresa doble; por un lado, el circuito daba 10.010 metros clavados, siendo muy raro un circuito con una medición tan precisa, por otro lado, había bajado mi MMP en más de un minuto, a pesar de haber pasado meses sin pista, series ni intervalos.
Mi anterior MMP en 10k era 38:10, y en llano... sobran las palabras |
Lo curioso es que llegaba sin muchas expectativas puestas en el resultado y sin nada de preparación específica, pero entre la motivación que arrastro esta temporada (4 podios en 4 pruebas) y el merecido descanso que proporcioné a mi cuerpo tras Breña, todo salió mejor de lo que podría haber imaginado.
Me gusta ojear de vez en cuando las tablas de Jack Daniels, y con la marca oficial (36:43, 4 segundos menos por mi GPS) en estos 10K se supone que estoy para 1:21 en media maratón (sería MMP, lo veo viable y creo que hasta lo puedo bajar actualmente) y para 2:49 en maratón (sería MMP por más de 20 minutos y lo veo muy poco probable, aunque en diciembre pienso atacar el sub 3 horas).
Fui saboreando la marca camino al hostal, donde me duché y nos cambiamos para hacer tiempo mientras Sergio, uno de los chicos a los que está entrenando mi padre, corriese, y tras analizar el recorrido y los parciales, me di cuenta de que me va a costar mucho superar los tiempos que he marcado en la prueba... ¡Ahí va el carrusel de MMPs!
-2ª mejor MMP en media milla (804,5 metros), 2:34.
-MMP en 1 kilómetro, 3:12.
-MMP en milla (1.609 metros), 5:18.
-MMP en doble milla (3218 metros), 11:13.
-MMP en 5 kilómetros, 18:06.
-MMP en 10 kilómetros, 36:39 (36:43 oficialmente).
Además, en mi asalto al bastión del atletismo malagueño obtuve la undécima posición senior, y la vigésimoquinta absoluta, nada mal teniendo que cuenta que el año pasado por estas fechas comenzaba a notar "cosas raras" en la rodilla, que al final resultaron ser condromalacia rotuliana.
La clasificación de la prueba, en senior masculino |
En fin, ha sido una experiencia fenomenal, con un resultado del todo inesperado, que me ha motivado mucho para recuperar alguna serie de velocidad de tanto en cuando y plantearme alguna media para rebajar mi marca (vigente desde 2013, en Rincón de la Victoria).
Con mi opinión de la prueba me despido hasta la próxima, el fin de semana que viene, inaugurando la mejor liga de ultrafondo Española.
Lo mejor
-Sin duda el ambiente en Nerja, con multitud de pruebas para correr o realizar marcha atlética en un pueblo precioso y volcado con el deporte.
-La medición del circuito, de 10, así como la inclusión de pruebas para todos de todas las distancias, con entregas de premios intermedias que agilizaron muchísimo la jornada.
-Bolsa del corredor buena para ser una prueba de 10 kilómetros y 2 avituallamientos en carrera, aunque por primera vez desde que soy corredor no hice uso de ninguno durante la prueba (tenía el desayuno aun en la garganta...).
-El tramo desde que cogimos la N-340 hasta que giramos al final de la Avenida de Pescia se me hizo eterno, muy monótono y en subida... dos vueltas a un circuito de 5 kilómetros podrían ser una buena alternativa, aunque creo que de hecho el circuito original comenzó así, así que sus motivos tendrá.
-Las plazas me parecen bastante limitadas, varios compañeros de club se quedaron fuera a principios de semana, aunque viendo la afición al deporte que hay en Nerja y la expectación que suscita, no me extraña que suceda; ¡hasta desde Torrevieja vienen todos los años autobuses con corredores!
¡Nos vemos el sábado que viene, en la V Marcha de la Cueva del Gato!
-Las plazas me parecen bastante limitadas, varios compañeros de club se quedaron fuera a principios de semana, aunque viendo la afición al deporte que hay en Nerja y la expectación que suscita, no me extraña que suceda; ¡hasta desde Torrevieja vienen todos los años autobuses con corredores!
¡Nos vemos el sábado que viene, en la V Marcha de la Cueva del Gato!
Ufff!!!!! Que ganas de correrla. Es el lugar por el que me tiro entrenando 3 meses al año. Me alegro que te haya gustado. ¿por cierto todavía sigue el circo? Joder llevan desde finales de Julio allí colocados, si es que en Nerja se vive muy bien y han decidido no irse,jaja.
ResponderEliminarPor cierto por su belleza y porque los 10 primeros km son duros de verdad, te recomiendo el II trail sierra de almijara el 1 noviembre. http://www.nerjaatletismo.com/?page_id=3878 .La carrera no la he hecho pero ese recorrido muchas veces y te pone en su sitio.
EliminarTodavía, todavía... yo creo que ya hasta que no pase la feria como poco no levantan el campamento jajaja
EliminarLo sé, el año pasado me lo perdí, y este tampoco va a poder ser... me pisa el Ultra Líbar Adventure, puntuable para la LRU...
A ver el año que viene, no conozco mucho de Sierra Almijara, pero me han contado maravillas.
¡Un abrazo Nacho!
Estaba dando un "repaso" a las crónicas no leídas..y no me dí cuenta que me había saltado la mas importante...jjjj..soy de Nerja..y varias cosas te quiero comentar..estuve detrás de tu padre viendo el transcurso de la carrera(lógicamente acabo de enterarme que es tu padre..jjj.) me encantó..porque animaba a todo el mundo chocando la mano..despues te he leído lo de la comdromalacia..cosa que tenemos en común pero que por mi afición a bien nutrirme a pesar de hacer un montón de kms aún no he conseguido "arreglar"..como tú..hice mis pinitos con el minimalismo..de vez en cuando hago mis trayectos con mis "huaraches" que hace un amigo..pero sigo teniendo pendiente el tema del condumio..y lo último..decirte que cuando te apetezca conocer sierra almijara estás invitado...aunque soy de Nerja vivo cerca del Rincón..cerca de Félix..con lo cúal tendrías el transporte desde aquí..no te doy mas la vara..un saludo campeón!!!!
ResponderEliminarQue curioso, la vida al final es un cúmulo de casualidades ;)
EliminarEspero que la condromalacia te de un suspiro Antonio, y me apunto esa quedada por Almijara.
¡Un abrazo!
Dicho queda..cuando quieras y te apetezca y las obligaciones te lo permitan..sólo tienes que decirlo..saludos!!!!
EliminarEn noviembre con el reto estaré hasta arriba, ¡pero a ver si tras la maratón de Málaga encontramos un hueco en común!
Eliminar¡Un saludo!