Con las piernas aun destrozadas por culpa del Gato y la rodilla derecha aún llena de arañazos, llegué a la zona de entrega de dorsales de la Calle Vega de Mar.
No, no me había peleado con ningún animal, ni mucho menos, de lo que se quejaba todavía mi cuerpo eran de los 44 kilómetros y casi 2000 metros de desnivel positivo de la V Marcha Cueva del Gato del pasado sábado.
Tras sufrir muchísimo durante las primeras horas finalmente me repuse y cuajé una muy buena carrera, entrando fuerte en el top 10 senior y entre los 30 primeros corredores, por lo que me tomé el domingo libre y pensé en descansar hoy también... pero a los que nos va la marcha nos cuesta desconectar.
Sabía que venía a sufrir, pero el año pasado no pude acudir a la cita, en la que he participado en 4 ocasiones previas (esta sería la quinta) y al menos quería disfrutar del ambiente.
Tras retirar el dorsal, que tuvieron que cambiarme al darse mi chip a la fuga, estuve saludando a compañeros que hacía bastante que no veía, algunos, como Pablo, triatleta marbellí, desde hacía más de un año.
Me encontré con multitud de amigos, corredores y colaboradores del CxM Sierra Blanca, como Daniel Blanco o Francisco y Juane Viegas, corredores del San Pedro como David o Toni y muchos más.
Tras pasar un buen rato con todos ellos y trotar con varios compañeros de club con los que me crucé calentando, como Óscar Rivero, Javi Santana o José Manuel Moreno, entre otros, me coloqué tras el arco de salida con Pili y estuvimos charlando mientras se acercaba la hora de la salida, con el objetivo de buscar una buena posición en la misma.
Hoy corría, sin duda alguna, con las Simna 3; en Benaoján no tuve más remedio que correr con calzado recubierto, y aunque las Merrel Trail Glove 3 me suelen ir genial, me provocaron que se me ennegreciese una uña con el roce, y eso que fue escaso.
Ahí estábamos los dos antes de la salida, en segunda línea, justo cuando comenzaba a chispear mientras repasaba mentalmente el recorrido de la prueba.
Sería el mismo que el de mi última participación, el tradicional, donde en 2013, en la XIX edición (la del "relaxing Cusp con zapatillas") rebajé mi mejor marca personal en la prueba hasta 21:28.
Cuando se dio el pistoletazo de salida estaba ya en "la zona".
Comencé a correr hacia la Calle Marqués de Estella, por la que me dejé caer, sin más, buscando aterrizar de forma suave con el mediopie, transicionar suavemente y despegar para continuar el descenso.
El técnico trazado entre Benaoján y Cortes de la Frontera del sábado había hecho mella en mis cuadriceps (había bajado a saltitos las escaleras de casa por la mañana), pero en el calentamiento había comprobado que en las cuestas arriba podía mejorar el ritmo.
Me sorprendió que Óscar, corredor muy top, me adelantase llegando al final de la Avenida Oriental (como varios otros que habían comenzado a muy buen ritmo), pero en el suave repecho por donde corrimos la I Milla Urbana de San Pedro de Alcántara estuve a punto de alcanzarle.
Podía apretar un poco más el ritmo, pero el terreno volvía a descender, castigándome las piernas, así que pensé que lo mejor sería ceñirme al plan de dar una primera vuelta con buenas sensaciones y mejorarla en la segunda vuelta sufriendo un poco más, si era necesario.
Avanzaba entre dos corredores del Km 1 de Ronda cuando me crucé con la cabeza de la prueba en la Avenida Pablo Ruiz Picasso, y tras girar, con mucha cautela, al final de la misma (las Simna 3, con casi 700 kilómetros, se estaban portando de escándalo sobre mojado, pero no quería tentar a la suerte), apreté un poco el ritmo, sabiendo que ya estaba a punto de completar la primera vuelta.
Con algo más de dificultad de la esperada, pero sin forzar la maquinaria, ascendí camino de la meta por Calle Bahía, completando la primera vuelta en 9:05.
Ahora, con el cuerpo en caliente, notaba menos el dolor a la hora de bajar, por lo que aceleré un poco el paso, bajando ligeramente el ritmo de 3:30, y comencé a ganar posiciones, aunque ni tenía cuerpo ni opciones como para hacer podio, pero veía que tenía a tiro mejorar mi marca en el circuito, y esa era motivación sobrada para esforzarme al máximo.
Usaba como referencia a un corredor del San Pedro y a otros dos del Km 1 de Ronda (con mucha representación en la prueba), a los que tenía a tiro, pero al volver a pasar por el tramo que recorrimos en la Milla en Junio vi una camiseta azul a lo lejos...¡era Óscar!
Algo raro debía pasarle, ya que es un corredor con sub 35 minutos en 10 kilómetros y sub 1:15 en media maratón, y aunque hace 2 semanas estableciese mi marca personal en 10 kilómetros en 36:42 en la LIX Carrera Urbana de la Feria de Nerja, estoy aun muy lejos de su rendimiento deportivo.
Como en subida me dolían menos las piernas que en bajada apreté un poco en Calle Castilla, dejando atrás las referencias del Km 1 de Ronda y alcanzando a Óscar justo al final de la misma.
Me puse a su altura e intenté tirar de él, pero me dijo que notaba una fuerte molestia en los isquios, y me instó a que continuase yo.
Aproveché el impulso que llevaba para acelerar hasta el giro en la Avenida, y afronté la última recta larga con ganas, antes del repecho final.
Aun así el cuerpo ya no me daba para mucho más, y aunque tenía ganas de acelerar sabía que estaba ya vacío.
De hecho, cuando un corredor Ángel Torres, un joven corredor del Where Is The Limit? me adelantó no pude ni pensar en seguirle; tiene una planta excepcional y una gran zancada, sin duda alguna le espera mucho futuro en el atletismo.
Levantando el pie del acelerador, a sabiendas, me concentré más en mantener la posición que en buscar adelantar (no por llegar antes o después, sino para mantener el buen ritmo que estaba marcando en esta segunda vuelta), y finalmente, en la subida por Calle Bahía, apreté un poco más.
La sensación que tuve fue de acelerar ligeramente, pero llegué arriba totalmente falto de fuerzas, y no pude sino dejarme caer hacia el parque y completar el último tramo en su interior en piloto automático.
Llegaba KO, como casi me deja el chiringuito del puesto de cronometraje, muy bajo para mi estatura y que me llevé tatuado en la frente con un buen coscorrón (había corredores mucho más altos, como Ángel, pero sin duda no tan torpes).
Paré el crono unos segundos después de cruzar la meta, algo aturdido por el golpe, en 20:35; por pocos segundos establecí una mejor marca personal en 5 kilómetros (17:55), y lo que es mejor, la sensación de saber que aun puedo mejorarla más.
Nada más entrar en meta me encontré de frente con Daniel Pérez, todo un referente del atletismo a nivel malagueño y claro vencedor de la prueba, con quien tuve el placer de charlar brevemente.
Me comentó que se había enterado del Reto 360º Solidarios, que comenzaré el próximo 11 de noviembre y a través del cual recorreré la totalidad de la provincia de Málaga (unos 700 kilómetros) a beneficio de la Fundación Cudeca, ofreciéndose a echar una mano con lo que pudiese (¡gracias crack!), como Jesús Aguilera, que me está echando un gran capote, y otros grandes corredores.
Tras cambiarme en el coche e informar a la familia de la actuación, volví a la zona de meta para charlar con mis compañeros e intercambiar impresiones de la prueba.
Mi tiempo oficial fue de 20:32 en los algo escasos 5.800 metros de la prueba, mejorando ampliamente mi mejor marca en el mismo, y finalizando con la séptima posición en categoría senior y vigésimo primera en la absoluta.
Por segunda participación consecutiva me quedé a las puertas del podio (tan solo logré alzarme a él en 2008, cuando fui sexto clasificado cadete), pero la experiencia fue fenomenal, y pude disfrutar en tercera persona de los podios de Pili y los compañeros del club Óscar y Mónica, con grandes actuaciones.
Ya pasadas las 13:30 largas me despedí de mis amigos y puse rumbo de vuelta a Fuengirola, con los cuádriceps recordándome que estaban muy bien en la cama esta mañana, pero quejándose menos que cuando me levanté.
Me despido hasta la semana que viene, como siempre, con lo que más y menos me ha gustado de la prueba; ¡hasta pronto!
A mejorar
No, no me había peleado con ningún animal, ni mucho menos, de lo que se quejaba todavía mi cuerpo eran de los 44 kilómetros y casi 2000 metros de desnivel positivo de la V Marcha Cueva del Gato del pasado sábado.
Tras sufrir muchísimo durante las primeras horas finalmente me repuse y cuajé una muy buena carrera, entrando fuerte en el top 10 senior y entre los 30 primeros corredores, por lo que me tomé el domingo libre y pensé en descansar hoy también... pero a los que nos va la marcha nos cuesta desconectar.
Sabía que venía a sufrir, pero el año pasado no pude acudir a la cita, en la que he participado en 4 ocasiones previas (esta sería la quinta) y al menos quería disfrutar del ambiente.
Tras retirar el dorsal, que tuvieron que cambiarme al darse mi chip a la fuga, estuve saludando a compañeros que hacía bastante que no veía, algunos, como Pablo, triatleta marbellí, desde hacía más de un año.
Con Carlos, corredor de mi localidad |
Junto a la gran Pili "troterilla", campeona del Pies Negros |
Suscitando el interés de otros corredores por nuestra técnica de carrera |
Tras pasar un buen rato con todos ellos y trotar con varios compañeros de club con los que me crucé calentando, como Óscar Rivero, Javi Santana o José Manuel Moreno, entre otros, me coloqué tras el arco de salida con Pili y estuvimos charlando mientras se acercaba la hora de la salida, con el objetivo de buscar una buena posición en la misma.
A la izquierda, los pies de Pili, a la derecha, los mios |
Ahí estábamos los dos antes de la salida, en segunda línea, justo cuando comenzaba a chispear mientras repasaba mentalmente el recorrido de la prueba.
Sería el mismo que el de mi última participación, el tradicional, donde en 2013, en la XIX edición (la del "relaxing Cusp con zapatillas") rebajé mi mejor marca personal en la prueba hasta 21:28.
Cuando se dio el pistoletazo de salida estaba ya en "la zona".
Comencé a correr hacia la Calle Marqués de Estella, por la que me dejé caer, sin más, buscando aterrizar de forma suave con el mediopie, transicionar suavemente y despegar para continuar el descenso.
El técnico trazado entre Benaoján y Cortes de la Frontera del sábado había hecho mella en mis cuadriceps (había bajado a saltitos las escaleras de casa por la mañana), pero en el calentamiento había comprobado que en las cuestas arriba podía mejorar el ritmo.
Me sorprendió que Óscar, corredor muy top, me adelantase llegando al final de la Avenida Oriental (como varios otros que habían comenzado a muy buen ritmo), pero en el suave repecho por donde corrimos la I Milla Urbana de San Pedro de Alcántara estuve a punto de alcanzarle.
Podía apretar un poco más el ritmo, pero el terreno volvía a descender, castigándome las piernas, así que pensé que lo mejor sería ceñirme al plan de dar una primera vuelta con buenas sensaciones y mejorarla en la segunda vuelta sufriendo un poco más, si era necesario.
Avanzaba entre dos corredores del Km 1 de Ronda cuando me crucé con la cabeza de la prueba en la Avenida Pablo Ruiz Picasso, y tras girar, con mucha cautela, al final de la misma (las Simna 3, con casi 700 kilómetros, se estaban portando de escándalo sobre mojado, pero no quería tentar a la suerte), apreté un poco el ritmo, sabiendo que ya estaba a punto de completar la primera vuelta.
Con algo más de dificultad de la esperada, pero sin forzar la maquinaria, ascendí camino de la meta por Calle Bahía, completando la primera vuelta en 9:05.
Concentrando, camino a la segunda vuelta |
Usaba como referencia a un corredor del San Pedro y a otros dos del Km 1 de Ronda (con mucha representación en la prueba), a los que tenía a tiro, pero al volver a pasar por el tramo que recorrimos en la Milla en Junio vi una camiseta azul a lo lejos...¡era Óscar!
Algo raro debía pasarle, ya que es un corredor con sub 35 minutos en 10 kilómetros y sub 1:15 en media maratón, y aunque hace 2 semanas estableciese mi marca personal en 10 kilómetros en 36:42 en la LIX Carrera Urbana de la Feria de Nerja, estoy aun muy lejos de su rendimiento deportivo.
Como en subida me dolían menos las piernas que en bajada apreté un poco en Calle Castilla, dejando atrás las referencias del Km 1 de Ronda y alcanzando a Óscar justo al final de la misma.
Me puse a su altura e intenté tirar de él, pero me dijo que notaba una fuerte molestia en los isquios, y me instó a que continuase yo.
Aproveché el impulso que llevaba para acelerar hasta el giro en la Avenida, y afronté la última recta larga con ganas, antes del repecho final.
Aun así el cuerpo ya no me daba para mucho más, y aunque tenía ganas de acelerar sabía que estaba ya vacío.
De hecho, cuando un corredor Ángel Torres, un joven corredor del Where Is The Limit? me adelantó no pude ni pensar en seguirle; tiene una planta excepcional y una gran zancada, sin duda alguna le espera mucho futuro en el atletismo.
Levantando el pie del acelerador, a sabiendas, me concentré más en mantener la posición que en buscar adelantar (no por llegar antes o después, sino para mantener el buen ritmo que estaba marcando en esta segunda vuelta), y finalmente, en la subida por Calle Bahía, apreté un poco más.
La sensación que tuve fue de acelerar ligeramente, pero llegué arriba totalmente falto de fuerzas, y no pude sino dejarme caer hacia el parque y completar el último tramo en su interior en piloto automático.
Llegaba KO, como casi me deja el chiringuito del puesto de cronometraje, muy bajo para mi estatura y que me llevé tatuado en la frente con un buen coscorrón (había corredores mucho más altos, como Ángel, pero sin duda no tan torpes).
Paré el crono unos segundos después de cruzar la meta, algo aturdido por el golpe, en 20:35; por pocos segundos establecí una mejor marca personal en 5 kilómetros (17:55), y lo que es mejor, la sensación de saber que aun puedo mejorarla más.
Nada más entrar en meta me encontré de frente con Daniel Pérez, todo un referente del atletismo a nivel malagueño y claro vencedor de la prueba, con quien tuve el placer de charlar brevemente.
Me comentó que se había enterado del Reto 360º Solidarios, que comenzaré el próximo 11 de noviembre y a través del cual recorreré la totalidad de la provincia de Málaga (unos 700 kilómetros) a beneficio de la Fundación Cudeca, ofreciéndose a echar una mano con lo que pudiese (¡gracias crack!), como Jesús Aguilera, que me está echando un gran capote, y otros grandes corredores.
Tras cambiarme en el coche e informar a la familia de la actuación, volví a la zona de meta para charlar con mis compañeros e intercambiar impresiones de la prueba.
Mi tiempo oficial fue de 20:32 en los algo escasos 5.800 metros de la prueba, mejorando ampliamente mi mejor marca en el mismo, y finalizando con la séptima posición en categoría senior y vigésimo primera en la absoluta.
Con Ángel y otros miembros del WITL? Marbella |
Ya pasadas las 13:30 largas me despedí de mis amigos y puse rumbo de vuelta a Fuengirola, con los cuádriceps recordándome que estaban muy bien en la cama esta mañana, pero quejándose menos que cuando me levanté.
Me despido hasta la semana que viene, como siempre, con lo que más y menos me ha gustado de la prueba; ¡hasta pronto!
Lo mejor
-La fiesta deportiva que supone para todos los corredores de la provincia este tradicional encuentro, donde desde los más pequeños hasta los más veteranos disfrutamos de una jornada que siempre cae en fiesta, por lo que no hay excusa para no correrla.
-El ánimo del público, bastante importante en la zona de meta y varios puntos pese a la adversa previsión meteorológica.
-La camiseta finisher, como es habitual con un diseño original y atractivo y un buen material para usarla como camiseta de entrenamiento habitual.
-En estas pruebas tan multitudinarias siempre hay alguna anécdota en la entrega de dorsales o el control de llegadas, y como me pasa con más frecuencia de la que me gustaría admitir, me tocó a mi, aunque desde cronometraje solventaron la incidencia sin problemas en cuestión de segundos.
-A propósito de lo anterior, la carpa de llegada a meta podría haberse elevado ligeramente, aunque seguro que con el coscorrón que me he llevado este año el que viene me fijo a la hora de entrar a meta.
¡Nos vemos el próximo fin de semana en la tradicional cita malagueña de El Corte Inglés!
-A propósito de lo anterior, la carpa de llegada a meta podría haberse elevado ligeramente, aunque seguro que con el coscorrón que me he llevado este año el que viene me fijo a la hora de entrar a meta.
¡Nos vemos el próximo fin de semana en la tradicional cita malagueña de El Corte Inglés!
Jo, muchas gracias por la mención, para mi todo un honor compartir un rato contigo.GRACIAS.MIL GRACIAS..por cierto eso de gran Pili sobra jajajajaja..1,60 jajajaja..simplemente una tia que disfruta corriendo de forma natural.
ResponderEliminar¡Lo que nos hace grandes es lo que llevamos dentro Pili! ;)
EliminarA ver si coincidimos pronto, un abrazo.
Pa quitarse el sombrero y encima corriendo con calzado minimalista... doble de mérito.A seguir completando retos y hazañas. Un saludo desde Cádiz
ResponderEliminarhttps://runningmiestilodevida.blogspot.com.es/
¡Gracias Juan Antonio!
EliminarBuen blog el tuyo, ¡ánimo para Sevilla'16!