III Carrera Circuito de Fuengirola

La tercera de las populares del circuito de Fuengirola de este año comenzaba con la titánica tarea de encontrar a mi padre entre la multitud que abarrotaba la falda del castillo Sohail, en una mañana de auténtico verano.

Mientras saludaba a unos y otros y preguntaba por él (había llegado justo a tiempo para perderme la foto de grupo y ya se me había escapado) avanzaban los minutos, pero estaba tranquilo porque sabía que muy lejos no podía haber ido; es más, seguramente estaría donde más bullicio hubiese.

En efecto, lo encontré llegando a meta con uno de los pequeñines de la carrera infantil, y tras buscar a la muchacha a la que había dejado las llaves pude recoger mi dorsal... y primera mala noticia: no había imperdibles...

Es un fallo muy básico pero mucho más común de lo que debería ser en las carreras populares, así que venía provisto de casa, y tras pinchármelo y colocarme el chip entre el huarache izquierdo y la tobillera, sistema que improvisé con la misma tobillera y una goma en mi primer cross descalzo, me preparé para tomar la salida.

Si ya hacía calor al llegar la temperatura ya, en camiseta de aros, calzonas y sandalias era considerable, pero esto es Fuengirola hasta prácticamente octubre, por lo que uno está acostumbrado.

Tras charlar con unos y otros me dirigí a la salida, un par de metros adelantada del arco de meta, y me coloqué en el extremo izquierdo, junto a Salvador Corral, Claudio Sepúlveda y Luis Enrique, calidad atlética a la que tendría que esforzarme y mucho por seguir la huella, pero en definitiva, liebres de lujo.

¡Buscad al Errante!

No sé como pero en el instante en el que quité los ojos de mis compañeros para atender a las indicaciones de Agustín Molina había un par de filas más de corredores delante de mí, uno pisándome momentáneamente, pero como ya faltaban apenas segundos para el silbatazo de salida no había forma de recuperar la posición...

¡Al corredor que se duerme se lo lleva la corriente!

¡Salida!

Entre codazos y un par de empujones pude abrirme un hueco pasándome en diagonal hacia la derecha esquivando corredores, y tras un nuevo quiebro hacia la izquierda al llegar a la rotondita del paseo, emprendí a toda velocidad la recta hacia el Puente de la Armada, tras la estela de Claudio y Corral.

Bajamos hacia el parque fluvial, cruzamos bajo el puente y dejamos a la derecha el parque biosaludable; sería un circuito a 2 vueltas al parque fluvial, de 6 kilómetros.

El primer kilómetro con mis Nunche 3 (pensadas para montaña, pero que se desenvuelven genial en asfalto y lo que le echen) fue impecable, a ritmos medios en superficies lisas como el carril bici que posteriormente atravesaríamos no me habían patinado nunca, pero hoy habría que ver a esos ritmos...

De momento el primer kilómetro cayó en 3:15, a un par de segundos de un grupito que se estaba formando con Claudio, Ibrahim, Corral, un corredor de blanco y otro de amarillo.

Un corredor de verde me pasó a la altura del puente, y decidí bajar un poco el ritmo para atacar en la segunda vuelta; segundos después, antes de girar en el extremo del parque, me adelantó un corredor veterano de amarillo, que sería el último corredor en adelantarme en toda la prueba.

Recuperé 2 posiciones en la "bajada", y ya tenía a tiro al corredor de amarillo en las escaleras que nos elevaban al Puente de la Armada.

Llegando a la rotondita del paseo donde daríamos la vuelta, adelantándome por unos metros al kilómetro 3 y ecuador de la prueba (entre los giros y las escaleras los gps pierden precisión, estaba medido a la perfección el circuito), en 10:25; no era el objetivo y el tramo de escaleras lo dificultaba enormemente, pero de seguir así tenía a tiro mejorar mi marca en 5 kilómetros...

Ya con el corredor de amarillo por detrás, pero el de verde fuera de alcance

¡A por la segunda vuelta! muy entero y con ganas

Estarían a al menos 15 segundos, pero tenía que atacar al grupo que ahora lideraba Claudio...

En la vuelta al parque fluvial ya se había estirado, con Claudio, el corredor de Verde, Ibrahim y Corral, y siguiéndoles muy de cerca, mi chancleteo y yo (es exagerado en este modelo en ciudad, es su mayor pega fuera de la montaña).

Pasamos bajo uno de los puentes, bajo un aplauso artifical producida por mis pasos, y al llegar al extremo final del parque fluvial sabía que al grupo lo cogía... ¡ahora quedaba aguantar!

Cuando llegamos a la zona de la piragua ya estaban a apenas un par de metros, y con tal de pillarlos subí de 3 en 3 los escalones para alcanzarlos justo al otro lado del puente.

A metros de Corral...

¡Hora de volar!

Ya comenzábamos a doblar corredores, y una de las muchachas dobladas casi tira a Ibrahim, por lo que momentáneamente cogí el testigo para tirar del grupo.

Tirando del grupo en la recta final

En cuanto Ibrahim se recuperó, su explosividad característica apareció, y volando junto a él, Corral, y pese a que entré con ellos a sprint recorriendo los últimos 100 metros, en ligera pendiente, en menos de 14 segundos, según el crono entraron décimas de segundo por delante (igual llevando el chip en la parte frontal del huarache hubiese adelantado esas dos posiciones, pero llevándolo en el tobillo corro cómodo).

Tras recuperar el aliento y charlar con unos y otros sobre la prueba me acerqué a depositar el dorsal para el sorteo y retirar la camiseta, que cambié rápidamente por la mía, ya empapada.

Me acerqué a preguntar el puesto "oficioso" (a falta de posibles reclamaciones y demás, aunque la cosa suele variar siempre poco o nada con respecto al resultado "oficial") y momentáneamente era decimotercero, y cuarto sénior... ¡otra vez por un puesto perdía podio en senior!

Es una categoría amplia y exigente, por lo que ya es muy complicado alzarse al cajón, más en una distancia que no es la mía, pero no me esperaba para nada la posición ni el tiempo, con segunda mejor marca en media milla (2:32), milla (5:16) y 5 kilómetros (17:23), en una carrera de 6 kilómetros y con escaleras.

Con una buenísima experiencia tras competir en uno de los circuitos por donde corro día sí y día también tocaba poner fin a esta breve aventura, si no cae otra antes, nos veremos en mayo en los 101 y las 24hrun de Las Palmas de Gran Canaria, dos de las grandes citas de la temporada.

¡Nos leemos!

¡Hasta la próxima!

Lo mejor

-Nuevo circuito, muy ameno y variado en la II edición del Circuito de Carreras Urbanas de Fuengirola, popular de verdad, 3€ el dorsal, que en plena burbuja runner se agradece; eso si que es fomentar de verdad el atletismo.

-El que no corrió fue porque no quiso, ya que había categorías y distancias para todos, a un precio asequible, con camiseta técnica, avituallamiento en meta y sorteos entre todos los corredores... lo que viene siendo una fiesta del atletismo popular.

-Se solucionó el habitual problema de los doblajes en este tipo de pruebas que combinan a corredores punteros con aquellos que compiten por primera vez o se la plantean como una marcha rápida con las 2 vueltas a 3 kilómetros, que permitieron que salvo en el tramo final la cabeza de carrera alcanzase a la cola.

A mejorar

-Un fallo muy básico que ya comenté en la crónica y que no podría tener una solución más simple fue el tema de los imperdibles; si al finalizar la carrera de categorías inferiores y echar el dorsal a la caja se hubiesen pedido los imperdibles, por ejemplo, podrían haberse aprovechado para el resto de pruebas, aunque lo suyo es tener siempre de sobra.

-No se cortó el acceso al parque fluvial (no sé como se podría haber hecho, al tener tantas entradas e instalaciones de gran uso), lo que hizo que los corredores que más rápido íbamos tuviésemos que esquivar a algunos transeúntes ajenos a la prueba en algunos de los tramos.

-Por último, los más peques corrieron desde el paseo hacia la meta, ubicada en la falda del castillo y en pendiente en contra; quizás en un circuito de bajada y subida desde el arco podrían haber corrido mejor.