Ir al contenido principal

XXXVIII Carrera Urbana Solidaria de Málaga "El Corte Inglés"


Creo que firmemente que esta prueba es la cúspide de la organización de una prueba popular; gratuita, con fines solidarios, el apoyo de una gran marca y el respaldo del ayuntamiento.

38 ediciones dan para mucho, y ya tenía ganas de volver, ya que hacía años que no participaba en los 10 kilómetros más famosos de la provincia.


Me inicié en el 2008, con 43:01 pese a no llegar tan temprano como queríamos a la salida... pero teniendo en cuenta que era la primera vez que participaba en una competición de 10 kilómetros, no estaba nada mal.


Llegando a meta con mi padre, que fue tirando de mi toda la prueba
En el año 2009 regresé, con mucha más experiencia (3 medias maratones ese año sin ir más lejos...) y pese a tener problemas aparcando y comenzar más atrás aun, rebajé mi marca un minuto, dejándola en 41:58.


Mi segunda parcipación, esta vez entrando "solo" a meta
Cada año surgía alguna cosa, y el 2014, medio lesionado (estaba comenzando con la condromalacia que me tuvo sin vivir varios meses), decidí participar con Mayte en la prueba paralela de 4 kilómetros; echamos media hora, y creo que yo sufrí más que ella...


Servidor, mi señora y su hermana, antes de la salida de la prueba "grande"
Este año iba a volver a la prueba de 10 kilómetros, 7 años después y saliendo con los federados, por primera vez (y creo que última, ya que ha sido el primero que he pasado federado en asfalto y no lo veo útil).

Por los pelos me quedo sin correrla, ya que cuando podía ir a por el dorsal estaba cerrado y me planté en el último día sin haber pasado y sin transporte, pero gracias a Inma Velo, que me lo recogió y acercó al Corte Inglés, me planté en la salida antes de las 9 y media.


Preparado para comenzar, dándoles caña a las Terra
Había caras conocidas por todos lados, pisteros, como Rubén Espejo, montañeros, como una división completa del Jarapalos, corredores de cross, asfalteros por doquier...


Charlando con Emilio (izquierda) y Rubén Lirio (derecha)
Había gente a la que hacía un siglo que no veía, como a Salva, de El Loco Que Corre, que como es habitual cubriría la prueba.

5 minutos antes de comenzar, se retiró la cinta y avanzamos algunos metros, quedando embutidos sobre la línea de salida, hasta que...


¡Comenzó la prueba!
Salí a toda prisa tras la estela de Chemari, con quien compartí más de la mitad de la media de Cártama, hacía unas semanas, pero decidí bajar un poco el pistón y mantenerlo dentro de mi alcance visual, ya que me costaba mantener un ritmo fijo entre tanta gente (y eso que en la salida tan solo tenía 4 o 5 líneas por delante...).

Al llegar al final de la Alameda pude hacerme un hueco tras un equipito del Álora, y llegamos a la antigua salida de la prueba en cosa de 3:30 desde el comienzo de la prueba.

No fui pendiente al GPS, tengo los parciales ahora, analizando el track, pero veo que iba realmente rápido pese a avanzar cómodo.

Tras coger el desvío a la derecha pasado el Puente de las Américas vi a Chemari, que parecía que bajaba el ritmo, así que tras saludarlo, aceleré.

Había pasado el segundo km a 3:29, y los primeros metros, pese a que ya íbamos en subida, a 3:20 (algo menos de 100 metros).

Adelanté a Jesús y otro muchacho del Álora, y a lo lejos vi a Claudio, uno de los mejores corredores locales de Fuengirola, al que traté de alcanzar.

Un corredor del Real Club Mediterráneo que había reconocido el terreno esta semana (en 35 minutos aproximadamente, casi nada), me advirtió de las cuestas del km 3 y 8, pero no me di cuenta de que esa era la cuesta hasta que ya era demasiado tarde...

El grupito de Claudio se alejaba, comenzaban a adelantarme, y por primera vez en años... ¡me entró flato!

Bajé el ritmo y traté de dejarme llevar, pero cada vez me faltaba más el aire, y cuando llegué a Carranque me estaba ahogando.

Sabía que era psicológico (de pequeño tuve varias crisis con broncoespasmos y sé diferenciar cuando me ahogo de verdad de cuando parece que me ahogo pero mis pulmones pueden respirar), pero sinceramente, esos minutos fueron los peores en competición desde hace años.

Aproveché la bajada por Carlos Haya para relajarme, respirar profundamente y alargar la zancada buscando una cadencia cómoda, y poco antes de llegar a la raqueta de la BP había recuperado las sensaciones.

Pese a todo, el kilómetro en subida lo había realizado a 3:50, y este de bajada en 3:46, en mi mente iba muy lento pero era solo mi impresión.

Nos metimos a la izquierda por Eugenio Gross y cuando vi los repechos ni me lo pensé; a bajar el ritmo y olvidarme de Claudio, Jesús, Chemari y todos aquellos conocidos a los que había perdido ya en la distancia...

Una voz conocida me animó, y Salvador Corral, otro de los mejores atletas fuengiroleños que conozco, pasó como una centella.

Podría haber intentado pegarme, pero tenía muy fresca la penitencia por pasarme de ritmo y decidí mantener mi propio ritmo; ese kilómetro fue el más lento, a 3:57.

Dejé atrás el Hospital Civil viendo como cada vez me acercaba más a los que se iban quedando rezagados del grupo de delante, y no oía pasos por detrás; volví a disfrutar de la competición lánzadome a por ellos.

Llegando a la zona de la Rosaleda, en Martiricos, me encontré a Cristóbal, al que había echado de menos en el cajón de salida; hoy correría la carrera de 4 km por problemas físicos.

Pasamos por la zona de salida de la carrera de 4 km y el público animaba más y más; me llevaron en volandas hasta la Avenida de Jorge Silvela, donde me cogió Rubén Lirio.

Por lo visto también se había pasado de revoluciones y había tenido que parar a beberse algo, pero ya estaba recuperado y avanzábamos los dos a buen paso.

Clavamos 2 kilómetros a 3:45 por el callejeo alrededor de El Ejido, pero estaba muy fuerte y cada vez apretaba más, así que al final lo dejé de ir.

Había recuperado varios puestos, pero quedaba poco más de un kilómetro de carrera y no tenía otra referencia a la vista salvo Rubén y un grupito a unos 50 metros, así que, ¿para qué correr más tan "temprano"?

En una de las últimas cuestas pasé a un muchacho del Mijas que si no me equivoco era Ibrahim Buras, que en su día fue octavo absoluto e indiscutible campeón cadete en la I Carrera Popular Villa de Mijas.

Cuando comenzó la bajada comencé a acelerar, pero no quería aun dejarme de ir, hasta que no tuviese una referencia o me supiese ya casi en meta...

y de repente, al girar hacia la izquierda al final de la Calle de la Victoria, divisé a Chemari a lo lejos, entrando al túnel de la Alcazaba.

Saludé a Salva, que nos inmortalizaba objetivo en mano, y me lancé a su persecución.


Saludando...

¡y a volar...!

Ya saliendo del túnel lo tenía a un par de metros, y al dejar atrás la rotonda avanzábamos codo con codo.

Le dije que se pegase, pero iba ya muy apurado, así que apreté el paso sin ninguna referencia al alcance de mis piernas y crucé la meta, con un parcial completo de 3:25 en el último kilómetro (me salieron algunos metrillos de más, pero ningún GPS hace milagros, más con el túnel de por medio).

Cogí un vaso de aquarius, un botellín de agua de Olaf y probé una cerveza isotónica (aunque no me hizo mucho tilín, pero tampoco soy muy cervecero). 


Foto en meta; nueva marca en la prueba, 37:57
Me entretuve charlando con varios corredores, como Luis Enrique, Claudio o Nico, el muchacho del Cártama al que gané la posición en el sprint final, que hoy había hecho alrededor de 35 minutos, todo un tiempazo, o María, del Mijas, que había hecho otro carrerón, y así acabó mi aventura.

Creo que valió la pena el madrugón y el trayecto en coche, metro y a pie, estas pruebas no son lo mio, pero me gusta salir de vez en cuando de mi zona de confort, sobre todo en eventos de este calibre.

Me despido, como siempre, con lo mejor y peor de la prueba, si el destino quiere, hasta el año que viene.

Lo mejor

-Pese a estar Málaga eternamente inmersa en obras, el circuito fue rápido, con una salida ancha y un par de cuestas que pusieron en su sitio a los que como yo, nos pasamos de listos.

-Me parece genial la idea de la camiseta solidaria para repartir entre las asociaciones benéficas del evento, 3 euros no es dinero para una prenda, el diseño es original y la causa, justa.

-No sé si habrá sido récord de participación, pero desde luego ambas pruebas eran un hervidero de gente, da gusto fomentar el deporte con iniciativas como esta.

 A mejorar

-En primer lugar, los horarios de recogida de dorsales, para federados entiendo que sean más estrictos (aunque no se especificaban adecuadamente en la web y me comí un viaje a Málaga en vano), pero tengo muchos amigos que intentaron retirar ayer su dorsal y, al estar fuera de plazo, no han corrido hoy; puede ser un engorro logístico, pero el plazo podría ser más extenso y la recogida el último día a mediodía pero en todos los Corte Inglés.

-Por otro lado, me resultó imposible encontrar el recorrido, y mira que estuve buscando por la web... para los acompañantes sería fenomenal, ya que así podrían ver si existen rutas para vernos en varios puntos del recorrido, o un par al menos.

-Y por último, me han comentado que a los primeros en meta se les entregó un ticket para recoger una camiseta... no sé si será verdad o una confusión (me lo ha dicho más de una persona), pero yo entré a meta aproximadamente entre los 100 primeros (no éramos muchos en meta) y si había camiseta finisher, no se indicaba por ningún sitio.

Comentarios