Sobre las 5 de la tarde llegaba al Monumento Romano para participar en la II Edición de esta milla solidaria a beneficio de la Fundación Cudeca.
Pese a haberse desplazado la fecha, el día era fenomenal, casi veraniego, y ya había bastante ambiente en la zona de salida, donde había bastantes camisetas verdes del club (pese a tener de puente a la mitad de los efectivos)
Mientras esperábamos que las pruebas inferiores fuesen dando comienzo, intentamos reunirnos todos para echar una foto grupal completa, pero no fue posible, ya que siempre pillábamos algún despistado...
Este año no había categoría minimalista, pero como es habitual, correría con huaraches, las Terra, para asombro de los que aun no me conocían.
El asfalto tenía muy buen aspecto y estuve tentado de lanzarme a pie desnudo a la carrera, pero no hacía ni 24 horas que había estado corriendo en pista descalzo y no quería forzar la musculatura de los pies.
En la I edición paré el crono en 5:19; hoy tenía en mente, al menos rebajar esa marca, que por el momento era mi mejor marca personal en milla.
Salí desde segunda línea, dejando espacio a los cracks del Nerja y compañía que habían venido a disputarse la prueba, ya que yo, rápido, no he sido nunca, y traté de seguir a Claudio, que para mi sorpresa, estaba al alcance.
No obstante, no tardó mucho en comenzar a distanciarse, y aunque finalmente decidí echar pie al freno, tardé demasiado y comencé a bajar el ritmo más de lo que me hubiese gustado, perdiendo posiciones.
En nada vi un reflejo verde y ya tenía a Luis Enrique a mi lado, y aunque traté de pegarme a él, acabó sobrepasándome.
Tenía la boca seca, un sabor metálico en la garganta y ese agobio generalizado que te provoca la sensación de asfixia en las pruebas cortas (quizá porque no estoy acostumbrado a él).
No obstante, justo al llegar a la rotonda de la virgen y darme cuenta de que ya había dejado atrás media milla, quizás por autosugestión, me vine arriba y decidí aumentar un punto el ritmo.
Pasé el primer kilómetro (esto lo veo ahora, no estaba para mirar el reloj entonces) en 3:10, mi mejor marca en un km en asfalto hasta la fecha, y comencé a recortarle metros a Luis Enrique.
Tras él me puse de marca a un atleta de verde, del Mijas si no me equivoco, y por último, a un muchacho joven del Mijas, al que a punto estuve de alcanzar, pero apretó en el Monumento Romano y ya se me terminó de escapar.
Paré el crono en 4:50, mejorando por 21 segundos mi anterior mejor marca personal, conseguida el año pasado en el mismo circuito... y tengo la certeza de que con un entrenamiento específico unas semanas antes de la milla podría mejorar aun más, ya que salvo la improvisada sesión en el Elola llevaba más de un año sin trabajar la velocidad en pista.
Pregunté a las chicas de Dorsalchip por mi clasificación provisional y había sido (provisionalmente), 5º senior, nada mal teniendo en cuenta el nivel que había en mi categoría.
Tras rehidratarme y compartir experiencias, me despedí de Luis Enrique, Manolo y otros corredores y pusimos rumbo a casa, realmente satisfecho con el resultado.
Ha sido una experiencia diferente al año pasado, con mejores y peores cosas, pero desde mi persona, al no poder estar mi padre por motivos de salud, no ha sido en absoluto lo mismo; con lo bien que lo pasamos diseñando y preparando todo el año pasado... pero ahora es lo que hay, esperemos que pueda estar en la III edición.
Me despido, como siempre, con los que considero puntos fuertes y flojos de la prueba; ¡hasta el año que viene!
Pese a haberse desplazado la fecha, el día era fenomenal, casi veraniego, y ya había bastante ambiente en la zona de salida, donde había bastantes camisetas verdes del club (pese a tener de puente a la mitad de los efectivos)
Mientras esperábamos que las pruebas inferiores fuesen dando comienzo, intentamos reunirnos todos para echar una foto grupal completa, pero no fue posible, ya que siempre pillábamos algún despistado...
Primera de las fotos de grupo |
Con más efectivos |
¡Y más fotos! |
Con Runner, mi perro, que aunque no correría, ganas no le faltaban (ya llevaba 10 km hoy) |
El asfalto tenía muy buen aspecto y estuve tentado de lanzarme a pie desnudo a la carrera, pero no hacía ni 24 horas que había estado corriendo en pista descalzo y no quería forzar la musculatura de los pies.
En la I edición paré el crono en 5:19; hoy tenía en mente, al menos rebajar esa marca, que por el momento era mi mejor marca personal en milla.
¡Comienza la milla! |
Primeros metros... |
No obstante, no tardó mucho en comenzar a distanciarse, y aunque finalmente decidí echar pie al freno, tardé demasiado y comencé a bajar el ritmo más de lo que me hubiese gustado, perdiendo posiciones.
En nada vi un reflejo verde y ya tenía a Luis Enrique a mi lado, y aunque traté de pegarme a él, acabó sobrepasándome.
Tenía la boca seca, un sabor metálico en la garganta y ese agobio generalizado que te provoca la sensación de asfixia en las pruebas cortas (quizá porque no estoy acostumbrado a él).
No obstante, justo al llegar a la rotonda de la virgen y darme cuenta de que ya había dejado atrás media milla, quizás por autosugestión, me vine arriba y decidí aumentar un punto el ritmo.
Pasé el primer kilómetro (esto lo veo ahora, no estaba para mirar el reloj entonces) en 3:10, mi mejor marca en un km en asfalto hasta la fecha, y comencé a recortarle metros a Luis Enrique.
Tras él me puse de marca a un atleta de verde, del Mijas si no me equivoco, y por último, a un muchacho joven del Mijas, al que a punto estuve de alcanzar, pero apretó en el Monumento Romano y ya se me terminó de escapar.
Grandísima remontada del chico en primer plano, que pasó como una gacela |
Disputando la posición... |
Y finalmente luchando por mantenerla |
Paré el crono en 4:50, mejorando por 21 segundos mi anterior mejor marca personal, conseguida el año pasado en el mismo circuito... y tengo la certeza de que con un entrenamiento específico unas semanas antes de la milla podría mejorar aun más, ya que salvo la improvisada sesión en el Elola llevaba más de un año sin trabajar la velocidad en pista.
Pregunté a las chicas de Dorsalchip por mi clasificación provisional y había sido (provisionalmente), 5º senior, nada mal teniendo en cuenta el nivel que había en mi categoría.
Tras rehidratarme y compartir experiencias, me despedí de Luis Enrique, Manolo y otros corredores y pusimos rumbo a casa, realmente satisfecho con el resultado.
Ha sido una experiencia diferente al año pasado, con mejores y peores cosas, pero desde mi persona, al no poder estar mi padre por motivos de salud, no ha sido en absoluto lo mismo; con lo bien que lo pasamos diseñando y preparando todo el año pasado... pero ahora es lo que hay, esperemos que pueda estar en la III edición.
Me despido, como siempre, con los que considero puntos fuertes y flojos de la prueba; ¡hasta el año que viene!
Lo mejor
-Pese a comenzar algo justos de tiempo, este año ha sido todo mucho más fluido, incluso comenzando un par de minutos antes de lo previsto la prueba "grande" dado a que estaban llevándose muy bien los tiempos.
-Este año las inscripciones no han tenido incidencia alguna, pudiendo uno inscribirse in situ sin tener que esperar las inmensas colas que se formaron el año pasado.
-Un año más, esta prueba solidaria sigue en marcha, lo que es un éxito en sí mismo; esperemos que el año que viene podamos disfrutar de una tercera edición.
A mejorar
-Este año ha habido algo más de difusión (la prueba estaba presente en Dorsalchip varias semanas antes de su celebración), pero hubo gente que se enteró de la misma al vernos en el propio paseo; algo falla si un corredor local no sabe de la prueba, hay que pensar en alguna estrategia para publicitarla.
-Del mismo modo, aunque habrá que ver la clasificación final, me dio la impresión de que la participación ha sido menor, ya que pese a unificar sexos y categorías en varias de las salidas que el año pasado fueron separadas, la prueba grande no me pareció demasiado voluminosa.
-Por último, podría aprovecharse la "excusa" de la milla para buscar la colaboración de entidades locales y promover alguna iniciativa para recaudar fondos a beneficio de la Fundación Cudeca, ya que en una prueba solidaria es lo que cuenta, y podría aprovecharse más este aspecto.
-Del mismo modo, aunque habrá que ver la clasificación final, me dio la impresión de que la participación ha sido menor, ya que pese a unificar sexos y categorías en varias de las salidas que el año pasado fueron separadas, la prueba grande no me pareció demasiado voluminosa.
-Por último, podría aprovecharse la "excusa" de la milla para buscar la colaboración de entidades locales y promover alguna iniciativa para recaudar fondos a beneficio de la Fundación Cudeca, ya que en una prueba solidaria es lo que cuenta, y podría aprovecharse más este aspecto.
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