Llevaba ya meses sin escribir nada (desde mayo), pero realmente tampoco había mucho que contar... recuperé muy bien de las molestias, pero entre el calor y la falta de competiciones me remito a entrenar diariamente y seguir sumando kilómetros.
Estoy el decimoséptimo en la lista de espera del Spartathlon y la cosa no pinta bien, pero como la esperanza es lo último que se pierde, yo sigo a lo mío.
Aun así, la falta de proyectos estival se debe a una falta de ganas, sino a una incompatibilidad de horarios y un calor recio por días, por lo que en cuanto Paco (Eltziar) me preguntó si quería acercarme a reconocer el recorrido que se realizará el próximo 5 de agosto con un grupo de senderistas, localicé un día libre, cuadramos agendas y ayer y en cuanto salí del trabajo nos pusimos manos a la obra.
La tarde era aun cálida y tras repostar en el Día de Villanueva de la Concepción fuimos descendiendo por la carretera, dirección Almogía.
Tras unos 3 kms de asfalto enganchamos con la ruta del Camino Mozárabe de Santiago (el GPS no se quería ubicar en un principio) y tras hacer algunos quiebros para seguir el trazado nos pusimos en marcha.
Conforme fue cayendo la tarde la temperatura fue mejorando y los kilómetros se fueron sucediendo, sin prisa pero sin pausa.
Llevo meses sin hacer apenas desnivel o carrileo pero curiosamente iba muy cómodo con mis Nunche 2, que se acercan a los 2000 km recorridos.
Paco y yo nos fuimos poniendo al día, compartiendo historias de carreras, anécdotas con corredores en común, proyectos y cábalas, bajo un cielo estrellado en el que poco después de llegar a Almogía uniríamos la luz de nuestros frontales.
Allí paramos a repostar en casa de unos familiares, repusimos fuerzas y nos encaminamos hacia la última parte del recorrido, en la que atravesaríamos la Aldea de los Mora, tras la cual el sendero era bien ancho y cómodo.
En ningún momento tuve sensación de fatiga, las cuestas hacia arriba las subíamos caminando, las bajadas trotando y prácticamente no callamos en todo momento.
Llegué al Sexmo con mucha energía y ánimo (si Paco llega a proponerme volver a Villanueva a por el coche no hubiese dudado un momento en hacerlo), pero finalmente pusimos punto final al recorrido.
Aunque nos lo pareciese tampoco nos habíamos dado un paseo por el campo, os dejo las cifras de la rutita que nos pateamos...
Me gustó mucho la ruta, ya que salvo algún tramo más estrecho son caminos anchos por los que se puede transitar sin problema, así que el grupo previsto (que rondará las 60 personas aproximadamente, en función de la demanda) podrá recorrer una zona para muchos desconocida pero que de seguro les deja un buen sabor de boca.
Además, en Almogía podrán disfrutar de los Verdiales, lo que añade además valor cultural a la visita.
Por el momento esto es todo, espero tener pronto nuevas aventuras que contar, pero mientras tanto habrá que disfrutar también del verano.
¡Un abrazo!
Estoy el decimoséptimo en la lista de espera del Spartathlon y la cosa no pinta bien, pero como la esperanza es lo último que se pierde, yo sigo a lo mío.
Aun así, la falta de proyectos estival se debe a una falta de ganas, sino a una incompatibilidad de horarios y un calor recio por días, por lo que en cuanto Paco (Eltziar) me preguntó si quería acercarme a reconocer el recorrido que se realizará el próximo 5 de agosto con un grupo de senderistas, localicé un día libre, cuadramos agendas y ayer y en cuanto salí del trabajo nos pusimos manos a la obra.
La tarde era aun cálida y tras repostar en el Día de Villanueva de la Concepción fuimos descendiendo por la carretera, dirección Almogía.
Tras unos 3 kms de asfalto enganchamos con la ruta del Camino Mozárabe de Santiago (el GPS no se quería ubicar en un principio) y tras hacer algunos quiebros para seguir el trazado nos pusimos en marcha.
Conforme fue cayendo la tarde la temperatura fue mejorando y los kilómetros se fueron sucediendo, sin prisa pero sin pausa.
Llevo meses sin hacer apenas desnivel o carrileo pero curiosamente iba muy cómodo con mis Nunche 2, que se acercan a los 2000 km recorridos.
Paco y yo nos fuimos poniendo al día, compartiendo historias de carreras, anécdotas con corredores en común, proyectos y cábalas, bajo un cielo estrellado en el que poco después de llegar a Almogía uniríamos la luz de nuestros frontales.
Allí paramos a repostar en casa de unos familiares, repusimos fuerzas y nos encaminamos hacia la última parte del recorrido, en la que atravesaríamos la Aldea de los Mora, tras la cual el sendero era bien ancho y cómodo.
En ningún momento tuve sensación de fatiga, las cuestas hacia arriba las subíamos caminando, las bajadas trotando y prácticamente no callamos en todo momento.
Llegué al Sexmo con mucha energía y ánimo (si Paco llega a proponerme volver a Villanueva a por el coche no hubiese dudado un momento en hacerlo), pero finalmente pusimos punto final al recorrido.
Aunque nos lo pareciese tampoco nos habíamos dado un paseo por el campo, os dejo las cifras de la rutita que nos pateamos...
37 kilómetros a trote diésel, trabajando bien cuádriceps en las bajadas |
Me gustó mucho la ruta, ya que salvo algún tramo más estrecho son caminos anchos por los que se puede transitar sin problema, así que el grupo previsto (que rondará las 60 personas aproximadamente, en función de la demanda) podrá recorrer una zona para muchos desconocida pero que de seguro les deja un buen sabor de boca.
Además, en Almogía podrán disfrutar de los Verdiales, lo que añade además valor cultural a la visita.
Por el momento esto es todo, espero tener pronto nuevas aventuras que contar, pero mientras tanto habrá que disfrutar también del verano.
¡Un abrazo!
Juan Andrés, me gusta cómo nos cuentas tus aventuras.
ResponderEliminarGracias por compartirlas ;)
Saludos
Muchas gracias Miguel, siempre es un honor tener con quien compartirlas.
ResponderEliminar¡Un abrazo!