Después de un parón de algo más de dos meses y tras una semana corriendo llegaba la primera carrera del 2020, los 3 kilómetros de la primera de las 3 carreras del circuito de Fuengirola.
Os ahorraré la interminable espera y el jaleo de médicos de estos meses, pero la versión reducida es que 1: ahora mismo no tengo anemia. 2: siguen haciéndome pruebas porque no sabemos aún de donde viene.
Lo importante es que con este parón, el mayor en 13 años corriendo, he vuelto con muchísimas ganas y me he dado cuenta de que es posible que llevase algo más de un año con anemia, aunque no al nivel que me detectaron en diciembre.
Mi ritmo de trote suave, desde hace un par de años, es de 6-6:30 minutos el kilómetro y en las primeras tiradas, con una sensación de esfuerzo suave, estoy rodando a 5-5:20 con comodidad.
Quiero tomarme las cosas con calma, ya que mi objetivo principal este año son los 6 días de Hungría, en mayo, donde participaré en la Carrera de las Naciones junto a José Buendía y Fernando Soriano, quien intentará batir la mejor marca española en el formato.
Aun así me veía muy fuerte y muy motivado, ya que pese a llevar muy poco entrenando he pasado de no hacer nada salvo coger kilos (63 pesaba tras las 24h de Barcelona y he llegado a 70 en enero), por los tiempos de los dos entrenos de intensidad en pista el Garmin me indica en predicción de tiempos 2:49:43, una marca que nunca había visto.
Está claro que es un algoritmo y por supuesto no voy a correr todavía un maratón, pero llegaba muy ilusionado a la plaza del ayuntamiento, donde estuve poniéndome al día con mis compañeros de club y varios amigos a los que no veía desde hace mucho.
Mis padres correrían en categoría parejas |
Gran afluencia de compañeros del club |
Tras un trote con Antonio Ibáñez para entrar en calor nos fueron dirigiendo a la zona de salida, donde me coloqué en segunda línea, a la sombra de Ángel Torres, quien sabía que haría un carrerón ya que está entrenando para bajar de 1:15 en la media de Málaga.
Dieron la salida y decidí contenerme, ya que eran solo 3 kilómetros, pero recordaba lo largos que se me hicieron en la prueba del año pasado, que tuvo lugar en Los Boliches.
Me coloqué tras Tania, del Todos a Correr y vi como me pasaban Ismael y Antonio, entre otros compañeros del Club.
Sabía por los entrenamientos que habíamos hecho en la pista que posiblemente podría seguirles, pero preferí aguantar un poco y llegando a la rotonda del torso ya comencé a recortarles distancia, mientras ganaba posiciones.
Estaba rodando a 3:29 y tenía la sensación de estar guardando fuerzas, por lo que me vi muy motivado ya que no me notaba tan cómodo a ese ritmo desde el verano de 2018, en el que corrí varias carreras en ruta de 10 kilómetros buscando batir mi marca personal.
Poco a poco adelanté a Tania, me pegué a Iván y alcancé a Antonio, al que animé para que me siguiese, pero decidió ser conservador.
Por delante solo veía del club a Ismael, y varias camisetas del Todos a Correr que me servirían como referencia.
Seguía a ritmo constante, algo más lento en la subida por Calle Málaga, debido a la pendiente, pero recuperando velocidad al llegar a la Calle Camilo José Cela.
Alcancé a Ismael junto a la tienda de zapatos una vez giramos hacia la plaza, pero al igual que Antonio, decidió mantener el ritmo.
Llevábamos kilómetro y medio y me encontraba bien, así que decidí apretar un poco, aunque en el giro de 180º en la avenida y el posterior giro a la izquierda para bajar hacia Calle España, en el que me abrí más de la cuenta, perdí algo de tiempo.
Bajé a buen ritmo, sin referencias cercanas, ya que los corredores del TAC estaban al alcance de la vista pero no de las piernas y traté de no perder velocidad en la subida por Calle Marconi.
Volvimos a la Avenida y me sorprendió ver que el cronómetro de la meta, a unos 200 metros, marcaba algo menos de 9 minutos y medio.
Con un rápido vistazo al GPS comprobé que no íbamos a llegar a los 3 kilómetros, pero rodaba a 3:33, que teniendo en cuenta que el último parcial era en ligera subida, no estaba nada mal.
Crucé la meta en 10 minutos clavados, a un promedio de 3:31 y con la sensación de que podía haber apretado ligeramente el ritmo.
Según la clasificación provisional he quedado 7º senior y 18º absoluto de 156 llegados a meta, lo que no está nada mal.
Me está gustando hacer series e intervalos un par de veces en semana y creo que me está viniendo muy bien para coger chispa.
Nunca he entrenado metiendo dos sesiones de calidad a la semana de forma sistemática, pero como tengo tiempo para meter volumen de aquí a mayo, de momento continuaré entrenando con las indicaciones del manual de Jack Daniels.
Os dejo con las métricas de la prueba y en cuanto tenga fotos las añadiré a la crónica.
Un abrazo a todos y nos vemos, por fin, corriendo.
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