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Quedada Maratón Pirata de Murcia


Tras casi 5 meses sin competir, este fin de semana he tenido la oportunidad, pero la realidad del Covid-19 ha hecho que sea de una forma muy diferente a lo que estamos acostumbrados...

Quizás las cosas vuelvan a ser como antes o quizás nunca sean del todo como recordamos, pero con iniciativas como esta tampoco será necesario.

Ahora no hay carreras, son quedadas y en este caso el artífice, Manolo Rico, se encargó de medir el circuito con rueda calibrada para traer la auténtica experiencia de media y maratón.

El cupo de personas era invitacional y muy reducido, tan solo 15 plazas para la media y 15 para la maratón, el máximo permitido para reuniones por la normativa de la Región de Murcia.

Mayte y yo llegamos al punto de salida, en el polígono industrial de Alguazas, sobre las 6 de la mañana y ya había mucho ambiente.

Estaban Manolo Rico, Buendía, Cocinas y muchos otros, los que no eran conocidos de otras pruebas lo eran de oídas, aunque con las mascarillas me costó reconocer a algunos.

Tras recoger el chip (no habría dorsales, ya que no era una carrera) y el avituallamiento, cerrado y embotellado, montamos la mesa con el planning que le había hecho a Mayte, me pegué una carrera a un descampado para hacer la última parada técnica y me coloqué en la primera oleada de salida del maratón.

Los corredores del maratón y de la media saldríamos desde puntos diferentes, en grupos de 3 corredores separados por dos metros y otros 3 por detrás, separados de igual manera y con otros dos metros de distancia con respecto a nosotros.

Poco antes de la salida tuve el placer de conocer a Pedro Serna, a quien llevaba unas semanas siguiendo en Strava, que tiene entre manos un reto de 52 maratones, a uno por semana, por debajo todos de 3 horas, con los que además recauda alimentos para el banco de alimentos.

El circuito de hecho es el habitual para él, aunque hoy con la quedada seguro que se le hacía más ameno.

Salimos tres corredores, Pedro, un amigo de él y yo en el frontal de la primera oleada y tras un par de kilómetros a 3:55 nos estabilizamos en torno a 4 minutos el kilómetro.

No tardó en amanecer y con ello empeorar la agradable temperatura que teníamos en la salida, pero al menos daba sombra en todo el circuito y no había ni rastro de la agobiante humedad de la Costa del Sol.

Amaneciendo...
Charlábamos animadamente sobre los 101, las 24 horas de Can Dragó (que Pedro ganó un año) y la Ruta de las Fortalezas entre otras pruebas, manteniendo los tres prácticamente el mismo ritmo, pero el amigo de Pedro (no llegamos a darnos los nombres) tuvo que hacer una parada técnica y nos quedamos solos durante varias vueltas.

La vuelta era de algo más de 700 metros, por lo que para completar el maratón tendríamos que dar 59 vueltas más el sobrante de la primera vuelta (que eran casi 3 cuartos de vuelta).

Llegando el kilómetro 10, sin embargo, nos volvió a enganchar el amigo de Pedro, que se hizo el último kilómetro antes de cogernos a 3:34 para llegar hasta nosotros.

Había pensado dejarse doblar para luego acompañarnos, pero rápidamente desechó la idea y decidió darse el calentón; estaba fuerte, dijese lo que dijese.

Los 3 mosqueteros, de nuevo en acción.
Continuamos algunos kilómetros más, pero del kilómetro 12 al 14 empecé a ver siempre el 4 en el minutero y me encontraba con fuerza para bajar, aunque fuese por un par de segundos, el promedio por kilómetros, así que fui poco apoco distanciándome.

Seguido de cerca
Avanzaba "en solitario" (esto es un decir, ya que continuamente nos encontrábamos corredores de la media y la maratón), siguiendo estrictamente el plan de nutrición.

Gran trabajo el de Mayte
En las horas y media y en punto tenía toma de gel y comprimido de sales, alternando geles con y sin cafeína (serían 5 en total) y en las horas y cuarto y menos cuarto, suero oral hiposódico.

Entre toma y toma, Mayte me daba un botellín de agua con el que me enjuagaba la boca (y a veces bebía un sorbo) y el resto me lo vaciaba por encima, especialmente en cabeza, nuca, hombros, brazos y piernas.

Hasta la media maratón, que pasé en alrededor de 1h23 (como Garmin sigue caído no he podido ver todos los parciales, solo los que me marca Strava), tuvimos bastante sombra, pero el sol ganaba cada vez más terreno y las pulsaciones iban subiendo.

El circuito era un rectángulo con una bajada suave y larga, una subida suave y corta, una subida más tendida y larga y una bajada más pronunciada, por lo que ni las pulsaciones ni el ritmo eran regulares.

Al comienzo de la carrera bajaba en torno a 140 pulsaciones y en subida llegaba hasta algo más de 150, pero conforme pasaban los kilómetros, el pulso iba en aumento.

El ritmo lo llevaba controlado, intentado que el esfuerzo fuese uniforme, aunque dependía de si el comienzo de kilómetro comenzaba en bajada o en subida; aun así, intentaba promediar, como poco, 3:57-58, lo que era exigente pero soportable.

Los corredores de la media maratón fueron acabando (gran actuación del corredor más rápido, con 1h16') y poco a poco fuimos quedando solo los corredores del maratón.


¡El circuito para nosotros solos!
Completé los primeros 30 kilómetros en 1h58'21" y me veía con fuerzas para rondar 2h56/57 si no me hundía en los siguientes kilómetros, pero no hubo ni rastro del muro y conforme agotaba las vueltas, aumentaba mi motivación.

Pasé el kilómetro 38 en 3:55 y como el paso por el 39 sería más o menos por la zona del control del chip, decidí preguntar las vueltas que quedaban para ver como iba.

Calculaba 5 vueltas, 4 sería demasiado poco puesto que el circuito estaba medido a rueda por el bordillo y en los giros y para adelantar uno no corre pegado a la acera, pero la noticia de que me quedaban 6 vueltas me cayó como un jarro de agua fría.

Era algo más de un kilómetro más de lo que esperaba, así que bajé un poco el ritmo; puestos en faena...


¡Apretando los dientes!

El promedio de los 4 kilómetros siguientes fue de 4:00 de media, el del 43 3:50 y los últimos 260 metros, que eran en subida, a 3:47, acabé fuerte, pero por un minuto por encima de 2h50'.

¡Última vuelta!
"Oficialmente" no había podido bajar de 2h50' en maratón, pero con una distancia de algo más de un kilómetro adicional me puedo dar por más que satisfecho.

De hecho, Manolo nos propuso en la salida hacer una media de los kilómetros que nos salían para hacer un estudio de la variabilidad de la medida entre la rueda calibrada y los GPS, cuando tenga los resultados los compartiré con vosotros por curiosidad.

En cualquier caso estaba encantado, me lo había pasado en grande, había conocido a gente maravillosa, como Pedro y para más Inri, aunque eso es lo de menos, fui el más rápido del entrenamiento en la distancia de maratón.


Junto a Pedro, que completó su 10º maratón sub 3h del reto

Foto Finish en solitario
Ya solo quedaba lo más duro, despedirme de todos, volver al hostal a ducharme y recoger las cosas y coger el coche para casa, ya que tenía 500 kilómetros por delante y el lunes tengo turno de apertura de la tienda...

Os dejo con los datos de la aventura, como se que más de uno tendrá curiosidad, prepararé un artículo detallado de como he pasado de empezar casi de 0 (entre anemia y confinamiento) a hacer la mejor marca en maratón de mi vida (oficiosamente, 2:46:52).

¡Un abrazo y hasta la próxima!



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