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I Carrera Nocturna Sendero del Mar


Como año y medio después de la celebración de la última carrera en Fuengirola, ayer tarde se celebró el primer evento deportivo de la era Covid en nuestra localidad, una cronoescalada de algo menos de una milla con cerca de 75 metros de desnivel positivo.

No es el tipo de prueba que estoy acostumbrado a correr, pero ya que pude cambiar el turno en el trabajo para asistir, no quería perderme la oportunidad de apoyar la primera de la que espero que sean más carreras en los próximos meses.

A fin de facilitar el control de la asistencia y la vigencia de las medidas Covid, cada uno se llevó su dorsal impreso de casa, se nos tomó la temperatura y se nos dio gel en la firma del descargo de responsabilidad y la mascarilla y distancia de seguridad sería obligatoria en todo momento salvo que estuvieses corriendo.

Además, las salidas, intercaladas cada treinta segundos y tomadas de forma individual, ayudarían a evitar el contacto entre corredores.

El mecanismo sería muy sencillo, se tomaría la salida unos metros por debajo del arco de inicio del sendero del mar y se tomaría el tiempo en el otro arco, situado en Calle Perdices, siendo el tiempo empleado el que figuraría en la clasificación.

Salimos por orden de dorsal, por lo que, al tener el 51 de algo más de 90 inscritos, podría hacerme una idea de cómo quedaría más o menos al llegar a meta, ya que aunque quedarían por correr los atletas del Marbella, que eran además de los favoritos, buena parte de los atletas de mayor nivel correrían antes que yo.

La primera salida, de Salva Vega, dorsal 1, comenzó sobre las 20:30, pero las salidas fueron bastante fluidas y al faltar algunos corredores, en cosa de una rato estaba ya preparado para tomar la salida.


Dos semanas antes de la prueba no conocía si quiera el sendero, que el día 20 recorrí a buen ritmo, haciendo el circuito de la prueba completa en 7:50, por lo que creía que el sub 7' era posible.

Así, salí como una exhalación en cuanto escuché el pitido calle abajo, derrapando un poco al coger el paso de cebra para cambiar el sentido de la marcha y acometer el ataque a la subida hacia la rotonda.

No tenía referencia cercana, ya que adelanté al corredor con el dorsal 50 en el mismo giro del paso de cebra y el siguiente debía estar ya girando en la rotonda y al ir cuesta arriba me parecía ir a cámara lenta, por lo que me sorprendió ver que el ritmo promedio al llegar yo al giro antes de la rotonda era de 3:19.

Quizás demasiado rápido, ya que en breves momentos acometería el ataque al grueso del desnivel, pero ya no importaba, para bien o para mal iba apretando los dientes en la bajada para coger impulso y ganar fuerza en el ascenso.

Había visto a Juan de Dios y a Antonio Caba ascender como si nada por la pendiente y me daba la sensación a mi de que las piernas me iban a fallar en cualquier momento, ya que me quemaban los cuadriceps y en la garganta comenzaba a notar sabor a sangre.

La última vez que noté esa desagradable sensación fue hace más de dos años, en una milla que corrí en Mijas Pueblo, para mi son mucho más duras las pruebas cortas que las largas...

Adelanté a un par de corredoras antes de pasar junto a la piscina y a lo lejos vi a un corredor subiendo la penúltima tachuela, por lo que me lo puse de objetivo y, dando bocanadas lo más grande que podía para llevar la mayor cantidad posible de oxígeno a mis piernas, acorté la zancada y me impulsé pendiente arriba.

Lo alcancé pero vi a otro corredor al alcance, subiendo ya que sería ya la última cuesta, así que sin darme si quiera un respiro en el breve falso llano, me lancé a por los últimos metros, con más dolor ya en garganta de forzar la respiración que en las piernas, que iban justitas.


Subí a meta y paré el crono en 6:06 tras pasar el arco, en cuarta posición absoluta según me dijo Mariano, de Dorsalchip.

Sin duda un tiempo excelente, de casi 6 minutos teniendo en cuenta que paré el crono ya pasado el arco, pero si estaba, de momento, cuarto absoluto y faltaban por correr tres de los favoritos, veía difícil hacer podio.

Contento por el resultado en una prueba tan corta y explosiva me fui al trote a la furgo para ver en el móvil la clasificación parcial y me sorprendió que por el momento, ocupaba la primera posición senior.

Decidí cambiarme y dirigirme con Mayte a la zona de salida, donde me comentaron que había habido algunos problemas con el cronometraje y había corredores con treinta segundos de más o menos en sus marcas.

Comprobé mi marca en dorsalchip, de 6:04 y supe al momento que la mía estaba bien, pero claro, dependería de las de los corredores cercanos por delante o por detrás que mi posición variase.

Además, no estaba aun actualizada, ya que faltaban los tiempos de unos 30 corredores por actualizarse.

Pasé un buen rato charlando con Julio, Antonio y Gary, del Club Atletismo Fuengirola, con Antonio o Frank de los Ríos del Todos a Correr y con Antonio Caba, Juan o Dani Mestanza, del Torremolinos, entre otros atletas, así que la espera no se me hizo pesada.

Me daba apuro por Mayte, que se tenía que levantar a las 4 de la mañana para trabajar, pero finalmente hicimos bien en esperar, ya que con la clasificación final, mi posición quedaba sexta en la absoluta y segunda en la categoría senior.


Ha sido una prueba diferente que creo que tiene potencial para fomentar el deporte, ya que se podría colocar un tablón informativo junto al sendero del mar con el recorrido de la prueba, que yo mismo colgué hace varios días en Strava y de esta forma, cualquiera lo podría recorrer a su ritmo cuando quisiera.

Es más, se podría poner en un forrito de plástico un listado actualizado cada mes con los mejores tiempos para animar a todo el que quiera a entrenar en la zona, en estos tiempos de pandemia con escasez de eventos deportivos y proliferación de retos virtuales, podría ser una iniciativa interesante.

Por el momento esto es todo, nos vemos en un par de semanas en las Subida al Veleta ;) 

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