Tras la buenísima actuación en Nerja de la semana pasada, mi objetivo en Estepona era salir en torno a 3:20-25 y tratar de mantener el ritmo durante toda la prueba para acabar en un tiempo similar.
Me encontré con Sergy Esquivel nada más llegar, que me presentó a un amigo al que le iba a hacer de liebre.
Al igual que yo, calzaría las Vaporfly Gyakusou, con las que muchos nos hicimos gracias al 50% de descuento al que duraron unas horas en la web de Nike.
Nos despedimos de ellos, recogimos los dorsales, entregamos los dos kilos de pasta para el banco de alimentos y nos encontramos con Silvia, José, Alejandra y Aileen, compañeros del Club Atletismo Fuengirola.
Pensábamos que Mayte saldría a las 10 en la prueba de los 5 kilómetros pero nos informaron de que se había retrasado a las 10:30, así que me tomé un plátano y un tupper de arroz tranquilamente.
Una vez terminé llevamos las cosas al coche y nos dirigimos al interior del estadio, donde ella accedió a la pista y yo me quedé en las gradas.
Estuve charlando con Sergy y su compañero, al igual que con Juan Carlos Cabello, que competiría en los 5 kilómetros y con Mayte, que al final salió a las 10:45.
Tras charlar con un par de corredoras del Mijas que se acercaron a saludar puse el GPS a buscar señal, troté un poco y me dirigí hacia la salida, saludando a Bernardo, del San Pedro y otros corredores por el camino.
Me coloqué en segunda línea y tras el pistoletazo de salida fui abriéndome paso por el tartán, saliendo de la pista de atletismo con apenas una docena de corredores por delante.
Giramos a la izquierda una vez pasado el recinto ferial y bajamos por la Avenida Juan Carlos I a muy buen ritmo, completando el primer kilómetro en 3:17.
Tras cuatro o cinco rotondas llegamos al paseo marítimo, dejando ya la suave pendiente a favor que me ayudó a completar el segundo kilómetro a exactamente el mismo ritmo, avanzando ya algunas posiciones.
Me encontré con Mayte, que ya volvía y poco después un corredor de la prueba de 5k me saludó y me dijo que iba el octavo.
Nos cruzamos con la cabeza de la prueba, liderada por Pablo Comino y Cristián Benítez y poco después giramos nosotros, completando el tercer kilómetro en 3:23 en llano.
Al girar el viento soplaba a rachas en contra, no demasiado fuerte pero lo justo para molestar.
Iba corriendo junto a otros dos corredores, pero ya veía por delante a un muchacho que se había descolgado un poco, así que al ver que el ritmo descendía hasta 3:30 el kilómetro decidí apretar, completando el cuarto en 3:26.
Aunque quedaba más de media carrera por delante me encontraba cómodo, así que fui poco a poco adelantándome, dejé atrás el grupo y alcancé al corredor justo antes de volver a cruzarnos con la cabeza de carrera.
Giré, ahora en solitario, aunque seguido de cerca en el otro extremo del Paseo Marítimo y busqué en la lejanía alguna referencia.
Solo veía a un corredor, a bastante distancia, aunque a pocos metros avanzaba una moto de policía que parecía esperarme y me iba marcando el camino.
Pasé el ecuador de la prueba en 16:48, completando el quinto kilómetro en 3:27.
Nunca había corrido en Estepona, pero sabía que en los últimos kilómetros habría que ascender al estadio, por lo que habría que guardar fuerzas.
Además, Sergy me comentó que los km del 7 al 9 serían entretenidos, ya que entraríamos en el casco urbano y además de haber algunos repechos, encontraríamos giros cerrados.
Completé el sexto kilómetro en 3:26 y al girar hacia la larga Calle Real vi que el corredor que iba por delante se iba girando y parecía estar más cerca.
Aún me llevaría como 200 metros de ventaja y el mirar hacia atrás denotaba inseguridad, pero decidí esperar un poco para atacar, si veía la oportunidad.
Hice bien, ya que tras un brusco giro en la Plazoleta Ortiz el GPS marcó 3:29 al paso por el séptimo kilómetro, al que daba la bienvenida la cuesta de Calle San José.
Por momentos rodaba a 4:00 y pensaba que las fuerzas flaquearían, pero me concentré en la moto que llevaba por delante y aprovechando los pequeños tramos a favor, estiraba la zancada.
Volví a ver al corredor que llevaba por delante en la recta de Calle Terraza y aunque de nuevo parecía que estaba más cerca, esta vez no volvió la vista atrás y le vi más concentrado.
En el siguiente tramo de giros casi me como a la moto, cuya rueda trasera se deslizó al ir a acelerar y tardó un angustioso segundo en mover al vehículo.
El policía debió darse cuenta, ya que aumentó la distancia que llevaba conmigo y me iba esperando en las bifurcaciones.
Completé el octavo kilómetro en 3:35 pese a mantener un nivel de esfuerzo elevado, pero aun tenía un último cambio de ritmo en mente.
No volví a divisar al corredor que iba por delante hasta llegar al Parque de la Constitución, pero ya tenía claro que salvo que él pinchase, cosa que no veía probable, no lo podría alcanzar.
Pasé el noveno kilómetro en 3:32 y ya veía a lo lejos el estadio, en cuya falda me encontré a Agustín Molina, que me animó y me dijo que iba quinto y estaba ya a menos de 400 metros de la meta.
Tras dos giros en ascenso estaba de nuevo en el acceso al estadio, en el que apreté el ritmo nada más pisar el tartán, completando el décimo kilómetro en 3:30 pese al desnivel y la fatiga acumulada.
Aunque el desnivel fuese menor, el paso por el casco antiguo penalizó bastante y a diferencia de en Nerja, que llegué muerto a meta, esta vez entré muy entero y con la sensación de que con un kilómetro más, habría adelantado una posición.
En cualquier caso había hecho una gran carrera que disfruté mucho y me valió la segunda posición senior.
Silvia fue tercera veterana, José cuarto y Alejandra quinta en la carrera de 10k y Mayte mejoró en medio minuto el tiempo de Nerja en su segunda carrera de 5 kilómetros.
Comentarios
Publicar un comentario