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VI Circuito Carreras urbanas Fuengirola - Parque Fluvial

Una semana después del maratón de Sevilla me he vuelto a poner un dorsal, aunque no lo tuve claro hasta la tarde anterior.

La recuperación del maratón de Sevilla la llevaba muy bien, pero el martes me dio un tirón en la planta del pie después de entrenar y el miércoles al levantarme otro y me he pasado toda la semana con molestias en el pie derecho.

Masajeando con radiosalil mañana y noche y poniendo hielo antes de acostarme ha ido remitiendo, pero lo curioso es que corriendo no tenía molestia alguna y con zapatos de calle poca cosa; pero andando descalzo iba cojo.

Agustín Molina me había escrito informándome de la carrera, que sería la segunda del circuito de 2020 y en este caso, a beneficio de la Cruz Roja, pero al ser solo tres kilómetros no tenía pensado correrla.

Ya en el fin de semana, con las piernas  muy recuperadas de la maratón, me llegó un correo de la prueba y tras consultarlo con Julio, me comentó que podría correrla tras el rodaje del domingo, sin exprimirme demasiado.

Así, a las 9 y media de la mañana del domingo, ya con 14 kilómetros y medio en las piernas, recogí mi dorsal en la falda del Castillo Sohail y tras charlar con mis compañeros del Club Atletismo Fuengirola y rodar con Akash, Juande y Salva Bravo, entre otros, me coloqué en la salida, con un pupilo de Agustín.

Me dijo que el entrenador le había dicho que corriese "suave", como mucho a 3:15, un ritmo que para 5 kilómetros veía asequible pese a la proximidad del maratón, ya que en la carrera de navidad de diciembre promedió ese ritmo en la prueba de 5 kilómetros, poco después de las 12 horas de Can Dragó.

Con el pistoletazo de salida aceleramos hasta quedarnos tres corredores en cabeza, el pupilo de Agustín, un servidor y un corredor que llevaba las Alphafly, ya que el repiqueteo contra el asfalto es muy característico.

Se lo comenté al muchacho del Nerja bajando hacia el Parque Fluvial y poco después me dijo "ya se va quedando atrás" y al prestar atención era verdad que el repiqueteo era cada vez más lejano.

Le dije que no podíamos tardar mucho porque entraba a las 10 y media a trabajar en el Miramar y él me dijo que pasaría la tarde en el sofá, descansando y estudiando.

Charlando llegamos al primer kilómetro en 3:08, un ritmo que ya me estaba costando trabajo mantener, así que reduje una marcha la velocidad y poco a poco fue poniendo tierra de por medio.

Ascendimos hacia el puente que cruza por encima del parque fluvial y de vuelta en el otro lado entré de nuevo a él, por el carril bici.

El levante me abofeteaba con fuerza, así que me quedé a la espera de que me alcanzase alguno de los corredores que venía por detrás para apretar una vez se pusiese a mi par, pero se fue acabando el carril bici y continuaba segundo.

Ascendí por el puente de la Armada, con pasos cada vez más cercanos desde detrás y el pupilo de Agustín a una distancia insalvable ya, así que fui aguantando hasta los últimos metros para cambiar de ritmo y asegurar la segunda posición.

Ha sido una carrera rápida y divertida, nunca pensé que disfrutase tanto la velocidad pese a no ser mi elemento.

La próxima temporada me gustaría correr también algún cross e incluso atreverme con la pista, que de momento solo he pisado en pruebas de ultrafondo.

Por el momento esto ha sido todo, la próxima cita, los 50 kilómetros de la Cuna de la Legión, en un par de semanas ;)

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