Al fin llegaba el día en el que completaríamos aquel circuito de carreras populares que empezamos allá por el año 2020, antes de la era Covid.
El planteamiento para esta carrera era sencillo, salir a 3:08-3:12 e intentar aguantar el ritmo.
Prácticamente ya lo había hecho a 3:15 unos meses atrás en un recorrido idéntico, en la carrera de navidad y ahora me encuentro más fuerte, así que habría que pelearlo, pero tenía confianza en que lo lograría.
Llegué con tiempo, justo cuando José Luis y Silvia recogían los dorsales del club, y tras recoger la camiseta del circuito, troté durante quince minutos para entrar en calor.
Me encontré con Juande, Claudio, Carretero, Pablo... aun así se echaban de menos caras conocidas de la zona, como Akash, Israel o Daniel Gámez, quien ganó la segunda prueba del circuito.
Imagino que al coincidir la media y 10k de Vélez-Málaga y los 5k, 10k y media maratón de Asics organizados en Málaga hizo que algunos corredores se perdieran la cita.
Poco antes de las 10 de la mañana nos dirigimos a la zona de salida con Agustín y en cuanto le dieron el okey, salimos disparados hacia la avenida tras una cuenta regresiva desde cinco.
Salí a todo lo que daban las piernas para aprovechar la bajada y colocarme bien en el giro hacia la Avenida Jesús Santos Rein.
Tras los primeros 50 metros me coloqué ya en cabeza y tras el giro iba escuchando los pasos de mis perseguidores paulatinamente más lejanos.
Miré el GPS para saber cómo iba y vi que rodaba a 180 pulsaciones y a 2:58 minutos el kilómetro.
Iba eufórico pero decidí bajar un punto el ritmo porque si no iba a petar en cuestión de un par de kilómetros, ya que a ese ritmo no hago ni las series de un km por separado.
Llevaba la mirada fija en el horizonte y de repente, en la rotonda de los caballos, que estaba cercada por conos, la policía me indicó que realizase el giro.
Me extrañó ya que a priori lo daríamos en la mediana de Mercacentro, como hicimos en la carrera de navidad, pero no le di importancia y tracé un muy buen giro para continuar a gran velocidad.
No lo había notado en los primeros metros pero soplaba ahora brisilla en contra.
Por una parte me aliviaba porque el calor estaba siendo estival pero por el otro si notaba la brisa, me frenaría un poco, así que no me podía relajar.
Apenas llevaría unos 50 metros de ventaja a la cabeza de la prueba, pero no era algo que me preocupase, aunque ganar siempre es una buena motivación, la mía era hacer la marca que buscaba, quedase primer, tercero o décimo.
Completé el primer kilómetro en 3:08, según lo previsto, pasé de nuevo por los arcos de la feria, en dirección Carvajal y me lancé por la bajada de la ermita.
Me di cuenta de que ya ni si quiera oía los pasos de mis perseguidores, así que, al no tener referencia por delante ni por detrás, me concentré en la zancada, la respiración y el ritmo, que iba comprobando cada varios pasos en el reloj.
A la altura de la estación de tren completé el segundo kilómetro, en 3:10, mientras me animaba un grupo de personas que nos esperaban en el paso de cebra de la rotonda.
Iba de escándalo pero quedaba aun lo más complicado, la pendiente que ahora ascendía, que culminaría en un giro de 180º, la pendiente de subida a la ermita y el último ascenso a meta desde el principio del recinto ferial.
Cuando iba frente a la fontanería Pastora, el grupo del paso de cebra volvió a romper en vítores, por lo que según mis cálculos les llevaba unos 15 o 20 segundos de ventaja.
Completé la tachuela, giré en la mediana, esta vez con peor fortuna, ya que frené tarde y trastabillé un poco, pero aceleré con potencia y en seguida estaba de nuevo en acción.
Entre la tachuela y el giro ese fue mi kilómetro más lento con diferencia, que completé en 3:17 a la altura de la estación de tren, esta vez por el otro carril.
Apreté los dientes para subir el ritmo, dejando aun un cambio más para la cuesta de la ermita, donde apreté a fondo.
Sin apenas tiempo para recuperar el aliento, llegaba a la zona de los arcos, donde me indicaban que debía acceder por un giro en el que había una moto justo en mitad del camino, así que me abrí en la curva.
Espoleado por los ánimos y sabiendo que quedaba ya poco, volví a acelerar en la cuesta hacia el palacio de la paz, completando por el camino el cuarto kilómetro en 3:11.
No me daban las cuentas porque sabía que no podía quedar un kilómetro físicamente, así que dejé algo de fuerzas por si alguno de mis perseguidores intentaba esprintarme en los últimos metros.
Ya que no haría mejor marca en 5 kilómetros al quedarnos cortos, por lo menos, defendería la posición que llevaba desde los primeros compases.
Llegué al giro frente al Palacio de la Paz y sin mirar atrás me lancé a la carrera hacia la meta.
Quedaban dos giros cerrados, así que no podía apretar a tope aún, tuve que esperar a estar a pocos metros de la meta, por lo que llegué con fuerzas y con ganas de más.
Crucé, por primera vez en mi localidad, el primero absoluto en una carrera, en14:26 para, por mi reloj, 4,51 kilómetros, a un promedio de 3:12, el ritmo objetivo.
Cogí un botellín de agua y mientras me entrevistaba Pedro, de la televisión local, llegaban el segundo y tercer corredor a meta, en 15:15 y 15:19 respectivamente.
Una vez terminé continué trotando quince minutos para enfriar, compartiendo kilómetros con Claudio, que a sus 57 años quedó cuarto con un tiempo de 15:22.
Durante la entrega de premios me enteré de que la policía se había confundido de rotonda y el voluntario de Protección Civil estuvo solo en la rotonda de Mercacentro esperándonos.
Ahí estaban los 500 metros que nos faltaban y quizá hasta alguno más, pero bueno, ya caerán en la próxima ocasión.
El siguiente objetivo será la Media Maratón de Estepona, el domingo próximo, aunque me han comentado que es un circuito algo complicado para hacer marca, sobre todo si sopla poniente.
En cualquier caso, intentaremos, si no superar, rondar mi mejor marca en la distancia ;)
Es que haces trampa.... No tocas el suelo!!
ResponderEliminarhttps://drive.google.com/file/d/1aua1sEQwfui06HGYs-uDxXdraZqsC-2J/view?usp=drivesdk