Aunque ya había conseguido matemáticamente la primera posición del circuito de carreras populares de la Diputación de Málaga de este año, llevaba inscrito a la prueba de Árchez desde antes de su aplazamiento y me apetecía correrla, así que nos plantamos Mayte, Leo y yo puntuales para recoger el dorsal.
Tuvimos suerte y aparcamos cerca de la salida, en el lateral de una carretera por la que pasaría la prueba, ya que había balizas, y siguiendo a los corredores, llegamos a la zona de salida.
La cola para recoger el dorsal era muy larga y por megafonía anunciaban que se había superado con creces el récord de participación de la prueba.
Hablando con David y Carmona esperamos nuestro turno para retirar los dorsales, mientras Mayte cogía sitio a la sombra con Leo y me fueron poniendo al día del carrerón que habían disputado en Pizarra la tarde anterior.
Con los dorsales en nuestro poder fui al baño y como no veía a mis compañeros me dispuse a trotar por mi cuenta, ya que aunque seguían corriendo las categorías inferiores, se suponía que salíamos a las 11:00.
Di una vuelta al pueblo y decidí subir al sendero que atravesaríamos durante la carrera, por el que me interné hasta que dejé de oír a la animadora de la prueba y decidí volver.
Las vistas de la zona de salida eran espectaculares, con la plaza atestada de gente y tres castillos hinchables montados donde jugaban los niños.
Justo al volver al pueblo me encontré con David y Carmona, que hablaban con Rubén, corredor con el que compartimos carrera en Torrox y que organiza la prueba como concejal de deportes del municipio, que se prestó a hacernos un rápido tour explicándonos el recorrido.
Una vez finalizado el tour me dirigí a la zona de meta, donde seguían llegando corredores, como Rafa Roa, con quien hacía mucho que no coincidía, o Joaquín, que al igual que David está en un estado de forma impecable, o Pablo, del Nerja, con quien hacía ya tiempo que no corría.
Finalmente, sobre las 11:30 y con bastante calor comenzó la prueba, en la que Pablo y un corredor local que no conocía seguían a un potente Joaquín, que haciendo uso de su enorme zancada trepaba por la enorme primera cuesta.
Como nos advirtió Rubén, la cuesta se hizo larga y no tardó Pablo en hacerse con el mando, seguido de cerca por Alberto, el otro corredor joven que no conocía y Joaquín, con quien recortaba cada vez más terreno.
En la bajada me coloqué tras los dos corredores jóvenes, con quienes tuve que apretar para no perder terreno en el ascenso al sendero.
La primera parte la conocía ya, así que me pegué tras ellos pero no tardé en agobiarme, ya que notaba como el ritmo iba bajando y las piernas, que ya iban retenidas, pedían más velocidad, pero no había por donde atacar.
En el momento en el que vi que a vereda se ensanchaba un poco pedí paso y me lancé a por Alberto y Pablo y aunque por momentos lideraba la prueba, al apretar el ritmo notaba que las Vaporfly derrapaban un poco sobre el enrejado y como notaba a Alberto justo tras de mí, le di paso.
El tío pegó un buen cambio de ritmo que me obligó a apretar el paso aún más y en la zona de zetas se me empezó a escapar y cuando llegamos al asfalto me sacaba ya más de 100 metros.
Yo decidí ser conservador, ya que Rubén nos dijo que los dos últimos kilómetros eran cuesta abajo y por asfalto, así que si Alberto petaba lo cogería ahí y si no lo hacía... bueno, si no petaba no lo iba a alcanzar de todos modos.
Cada vez lo veía más distante y se me perdía tras los cambios de rasante y en los giros y aunque en los tramos de bajada por tierra apretaba el paso al verlo, parecía que apenas le recortaba nada y en la subida volvía a distanciarse.
Cuando llegamos al final al asfalto me lancé con todo lo que tenía, marcando el parcial del sexto kilómetro 3:06 de media, pero las piernas me picaban ya, sobre todo los cuádriceps y aunque me daba la sensación de recortar algo, estaba tan lejos que ya la distancia era insalvable.
Volvimos a la bajada del primer kilómetro y a la entrada del pueblo, rodeando el mismo por Calle Vega.
En el giro hacia la Avenida Andalucía vi a David, que llegaba con fuerza en tercera posición pese a la paliza que se había pegado horas atrás y tenía claro que ni él me cogí a mi ni yo a Alberto, así que como conocía este tramo del calentamiento, me fui abriendo en los giros y apretando en las bajadas y entré a meta con fuerza pero sin dejarme la piel.
Segunda posición absoluta y de categoría, a 40 segundos de Alberto y con 27 de ventaja sobre David, con muy buenas sensaciones para la semana tan mala que llevaba.
Disfrutamos de la animación y la charla con los compañeros hasta la entrega de premios, hoy perdonando el trote de soltar piernas ya que las tenía temblando de los dos kilómetros de bajada a fuego.
Seguramente no sea la última prueba que corra del circuito de populares, ya que ha sido una grata sorpresa y junto a la de Monda, de mis preferidas de este año, pero si coincide con cross en la misma semana la perdonaré para afrontar la prueba de campo a través a tope, ya que me juego la primera plaza con Cristian Benítez (y lo tengo difícil para mantenerla).
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