Tras la suspensión de última hora del cross de Mijas continuaba el circuito, esta semana con cita en Cuevas de San Marcos.
Los niños estaban corriendo, pero pedí permiso y di una vuelta al trote por el recorrido pegándome al margen derecho y manteniendo las distancias con los chicos que estaban compitiendo.
Al final de la vuelta me encontré con Cristian y completamos el reconocimiento al recorrido mientras los niños terminaban su prueba.
No tardamos mucho en tomar la salida, en la que, viendo que nadie tiraba, decidí adelantarme y ponerme en cabeza para coger las curvas con comodidad.
Alejandro Campos, de Villanueva de Algaidas me seguía de cerca y tras él Cristian Benítez, controlando con tranquilidad el panorama.
Tras completar la primera vuelta se puso en cabeza y frenó un poco el ritmo, así que apreté un poco para ir cómodo en las zonas más complicadas y me sorprendió que en lugar de quedarse a mi espalda, guardase la distancia, aunque llegando al final de la vuelta atacó de nuevo.
El toma y daca continuó una vuelta más mientras nos distanciábamos del resto de corredores y al comienzo de la cuarta vuelta metió un buen cambio de ritmo y empezó a meter tierra de por medio.
Pese a aumentar un puntito el ritmo no conseguía mantener la distancia con él y veía como se alejaba poco a poco en los giros; por detrás le sacaba un buen margen a Alejandro, así que decidí ser conservador y mantener el ritmo.
En la última vuelta iba prácticamente solo, veía a Cristian y a Alejandro en los giros pero poco más y los kilómetros fueron cayendo con facilidad.
Las piernas iban cansadas y estaba claro que el cross me iba a pasar factura en la media del día siguiente, pero me lo tomaría como un entreno con dorsal porque ni este año es un objetivo (el año pasado era un test de cara a la maratón de Valencia), ni estoy preparado para intentar bajar el 1:12:39 que logré.
Llegué a meta en 27:36, cansado pero con la sensación de que podría haber apretado bastante más en la última vuelta.
Una vez acabaron todos los corredores no tardamos nada en celebrar el acto de premiación y cogí la arboleda de vuelta a la furgoneta, donde me esperaban Mayte, Leo y mi uniforme de trabajo, ya que me tocaba currar de 16 a 22...
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