Penúltima cita de la temporada con el campo a través, a falta del campeonato provincial de la semana que viene en Algarrobo, esta vez con una prueba del altura (+700 msnm) en Villanueva del Trabuco.
Llegamos con tiempo al pinar aledaño a la piscina municipal donde tendría lugar la prueba, sorprendidos por la densa niebla que cubría la autovía y la carretera de acceso a la localidad, de la que, por suerte, no quedaba ni rastro en la zona del cross.
Me sorprendió ver a Cristian haciendo abdominales en la zona de aparcamiento, ya que había competido en la Carrera del Estrecho hacía apenas dos días, pero viendo cómo dobló en Canillos de Aceituno y Archidona hacía dos semanas, sabía que vendría a tope.
Tras recoger el dorsal y saludar a los compañeros estuve trotando con él por las lomas cercanas al pinar, notando el pulso elevado por la altitud, que no parece tanta, pero entrenando siempre a nivel del mar, algo se nota.
Tras un breve paso por el baño y viendo que los cadetes estaban terminando su prueba, acudí a la zona de salida, donde estuve comentando con Eduardo, Janine y Britney el papel de nuestros amigos en la media y maratón de Málaga, que llevaban disputándose desde temprano.
Con el pistoletazo de salida y como esperaba, Cristian tomó la delantera, seguido por Moha, de, Mijas y Eduardo y cerrando el grupo de cabeza iba yo.
Tras un giro a la izquierda para entrar en el circuito afrontamos la mayor cuesta del trazado, con el grupo compacto y expectante para ver quien tiraba.
La primera vuelta pasó sin más, a un ritmo casi de calentamiento (4:19), con Cristian y Moha empezando a destacarse y yo a la zaga de ellos.
El recorrido me había gustado mucho, era un compendio de toboganes entre pinos de continuas subidas y bajadas, pero no tenía los típicos giros de 180º de otros cross que te obligan a parar casi en seco y acelerar de nuevo, aquí el ritmo, de no ser por el desnivel, sería muy rápido.
Durante la segunda vuelta, Moha empezó a pegarse a Cristian y éste empezó a apretar el paso, de momento apenas un poco, pero fue completar la vuelta (a un ritmo medio de 4:11, aún lenta) y pegar un buen cambio de ritmo en la cuesta larga.
Se distanciaba por momentos con largas zancadas, así que me lancé tras él y, aprovechando que había estudiado el terreno en las dos primeras vueltas, me iba abriendo y cerrando, lanzando la zancada y recogiéndola para fluir con el trazado.
Completé la vuelta a un ritmo medio de 3:41 pero pese a que me encontraba fuerte, Cristian me sacaba varios metros de ventaja y parecía escaparse más.
Reduje un poco el ritmo y en el giro del final del circuito tomé la referencia, él salía del mismo justo cuando yo entraba, así como en la cuesta empinada del último sector del circuito, justo cuando él la dejaba atrás, yo llegaba a la base.
Completé la vuelta a un ritmo medio de 3:45, ya doblando corredores y al llegar al giro del final del circuito me sacaba una valla y media más que en la vuelta anterior.
Decidí mantener el ritmo y si en la penúltima vuelta le recortaba algo, atacar en el final, ya que había perdido por completo a Moha por detrás y Cristian no parecía ceder terreno, así que de momento no tenía sentido apretar.
De nuevo en el giro del final del circuito me sacaba cerca de tres vallas, iba ampliando su ventaja como un metrónomo, así que tras completar la vuelta de nuevo a un ritmo medio de 3:45 y viendo que Cristian se iba perdiendo entre los pinos, bajé un poco el ritmo.
Las piernas iban bien, fuertes, hoy el problema era que parecía que me faltaba aire cuando subía el ritmo más de la cuenta, así que en vista de que ni yo iba a alcanzar a Cristian ni Moha me iba a alcanzar a mí, me dejé llevar y disfruté de la última vuelta, que completé a un ritmo medio de 3:55 (hay que tener en cuenta que la cuesta de meta era la más dura del recorrido y solo la afrontamos en esa última vuelta).
Una vez acabada la prueba, en la que Cristian me sacó 20 segundos, salí a trotar con él y en un momento dado, para alargar un kilómetro o así el enfriamiento, bajamos al pueblo... y no perdimos.
Al final llegamos tarde a la entrega de premios ya que tras ir a parar a casas un par de veces en unas calles sinuosas al estilo de Mijas Pueblo decidimos bajar más y desde el centro recorrer el pueblo hasta la otra punta y subir campo a través hacia la zona del pinar.
En una competición de trail, el calzado adecuado es esencial. Con terrenos desafiantes, cada paso cuenta. Un calzado especializado proporciona tracción y protección, marcando la diferencia en el rendimiento.
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