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LXVII Carrera Urbana Feria de Nerja

 


Guardo un recuerdo muy bonito de la edición del año pasado de esta carrera, ya que vivimos un fin de semana estupendo mi mujer, mi hijo y yo junto a Jono, Cris y Leo, su niño.

Este año también coincidiríamos con ellos, pero no pernoctaríamos en la ciudad, ya que acudiríamos con mis padres, que correrían la carrera de 10 kilómetros y la marcha de 5 respectivamente.

Llegamos temprano a Nerja y viendo que era misión imposible aparcar nos fuimos al Parking de la Plaza de España y con las mismas recogimos los dorsales y nos fuimos a desayunar a la misma cafetería del año pasado.

Como yo había desayunado avena con leche a las 6:30 am me dirigí al Carrefour Exprés a por agua para prepararme el pre entreno mientras mi familia comía y me lo fui tomando de vuelta a la plaza.

Me encontré con muchísimos amigos que hacía ya tiempo que no veía, como Antonio, de los Locos de la Colina, David, del Gedysa Comarcal o Cristóbal Ortigosa, del Nerja.

Notaba las piernas algo cansadas de la milla de ayer, pero pese a haber dormido algo menos de seis horas me notaba con bastante energía.

El circuito este año sería a dos vueltas, presumiblemente más rápido al no tener que subir la cuesta del estadio, pero no terminaba de fiarme.

Conforme se acercaba la hora de la salida me dirigí con Jono y mi padre al arco, dejando sitio para los jóvenes, ya que se disputaba también la prueba de 5 kilómetros con los 10 y sus corredores saldrían como balas.

Tras salir primero el corredor en silla de ruedas, con quien coincidí en la Carrera Urbana de la Feria de Mijas, nos tocaba a nosotros.

Puse un ritmo alto pero controlado, tratando de alcanzar a un grupito del que tiraban Agustín Molina y David.


En la bajada por la Avenida Castilla Pérez comencé a remontar posiciones, señal de que la gente había salido más rápido de lo que debía, y alcancé a Agustín pasado el Hotel El Toboso.

Llegamos a la calle de "Chanquete" y en la subida noté las piernas bastante tensas, aunque apreté para que no se me escapase David.

Alcancé al corredor en silla de ruedas antes de la bajadita hacia el parque Verano Azul y tras rodearlo y entrar en el carril bici decidí bajar un punto el ritmo porque la subida me había dejado tieso.

Alargué la zancada en la bajada, cogí el giro a la izquierda con cuidado antes de cruzar la rambla y me alegró ver que este año el tramo por la playa El Playazo se había sustituido por una sección de asfalto que conectaba con la Avenida Ciudad de Pescia.

Ya con el perfil en contra tocaba sufrir nuevamente, por lo que me alegró ver el avituallamiento pasado el puente y aproveché para beber un poco y echarme agua por encima, ya que hacía bastante calor.

Aprovechando la bajada realicé un kilómetro a 3:26, compensando en cierta parte el anterior, a 3:49, pero acusaba ya el esfuerzo de la milla de la tarde anterior.

David se comenzaba a escapar junto a otro corredor, que al final resultó ser de los 5 km, ya que aceleró camino al arco y terminó ahí su carrera.

Antes de comenzar daba por hecho que un ritmo a 3:30 o 3:35 minutos por kilómetro era el objetivo y habiendo salido el primer km a 3:18 y completando el segundo en 3:29 daba por hecho que incluso mejoraría esa expectativa, pero ahora que me quedaba media prueba por delante y ya conocía el trazado, comenzaba a dudarlo.

Aproveché la bajada hasta el hotel nuevamente para coger impulso, que perdí con creces en el ascenso camino del parque Verano Azul, donde ya había perdido completamente de vista a David, que este año está muy fuerte.

Él también había competido hacía poco, el viernes, en la Carrera Nocturna de Archidona, pero estaba haciendo un carrerón.

Ya en tierra de nadie y comenzando a doblar corredores, emprendí el ascenso por la Avenida de Pescia, esta vez sin parar en el avituallamiento.

Escuchaba pasos por detrás cada vez más fuertes, junto a gritos de "ánimo, Rául" y me sentía como presa acechada por depredador.

Hice un amago de cambio de ritmo al coronar la rotonda de Calle Pintada, pero tras la subida, que se me fue a 4:02, estaba sin fuerzas.


Intentaba mantener tierra de por medio pero los pasos eran cada vez más cercanos y además Raúl Roca lo hizo muy bien, ya que se esperó a estar en el giro del Balcón de Europa para meter la última marcha, sacándome un segundo en meta con un potente sprint que no pude disputar.

Aun así, decimotercera posición general y tercera de categoría en una carrera con mucho nivel y con el tercer senior a más de un minuto, margen que ni aún descansado le hubiese podido recortar en este momento de la temporada.

Quedan tres semanas para la cita del otoño, La Desértica, toca cambiar la chispa por el fondo y tratar de llegar bien servido en ambos aspectos ;)

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